Ahora que el Tribunal Supremo de Estados Unidos ha anulado la moratoria federal sobre los desahucios y que la mayoría de las protecciones estatales y locales acabarán en septiembre, los analistas de Goldman Sachs estiman que 750.000 de familias del país se enfrentarán a un potencial desalojo durante el próximo otoño e invierno.
En estos momentos, entre 2,5 y 3,5 millones de hogares registran un retraso considerable en el pago del alquiler, debiendo entre 12.000 y 17.000 millones de dólares a los propietarios. Estos inquilinos parecían estar a salvo de los desahucios hasta el próximo mes de octubre pero el Tribunal Supremo anuló la semana pasada la prohibición impuesta por la Administración Biden, lo que indica que el Congreso deberá tomar nuevas medidas.
Ayudas que no llegan
"Es probable que el fin de la moratoria de los desahucios provoque un aumento brusco y rápido de las tasas de desalojo en los próximos meses, a menos que la financiación de la Ayuda de Emergencia para el Alquiler (ERA, por sus siglas en inglés) se distribuya a un ritmo mucho más rápido o que el Congreso aborde la cuestión", explica Spencer Hill, economista de Goldman en un informe distribuido esta semana entre sus clientes. A pesar de los 25.000 millones de dólares distribuidos por el Departamento del Tesoro a los gobiernos estatales y locales, el proceso de entrega de estos fondos a los hogares y a los propietarios ha sido lento.
Sólo 350.000 hogares recibieron ayuda en julio y a este ritmo, Hill considera que entre 1 y 2 millones de hogares seguirán sin ayuda y en riesgo de desahucio cuando las últimas prohibiciones implantadas para hacer frente a la pandemia expiren el próximo 30 de septiembre.
Hasta 3,5 millones de hogares deben entre 12.000 y 17.000 dólares en alquiler
Estas políticas redujeron significativamente los desalojos durante los primeros 18 meses de la pandemia. No obstante, debido a las lagunas legales y a los requisitos de elegibilidad de ingresos de las prohibiciones federales de desahucio, las moratorias estatales y locales han sido a menudo más eficaces para evitarlos. Las tasas de desahucio se desplomaron hasta casi cero mientras estaban en vigor las prohibiciones de desahucio más estrictas implantadas durante la primavera de 2020, y de media las tasas siguen siendo menos de la mitad de su ritmo anterior a la crisis.
La fortaleza del mercado de la vivienda y el alquiler en EEUU sugiere que los propietarios intentarán desalojar a los inquilinos morosos, a menos que obtengan ayudas federales. Y los desahucios podrían ser especialmente pronunciados en las ciudades más afectadas por la crisis provocada por el Covid-19, ya que los mercados de apartamentos están mucho más ajustados en dichas urbes. En conjunto, el economista de Goldman calcula que unos 750.000 hogares serán desalojados a finales de este año bajo la política actual.
Además recalca que una oleada de desahucios de esta magnitud puede suponer un pequeño lastre para el consumo y el crecimiento del empleo, aunque destaca que las implicaciones para las infecciones por Covid-19 y la salud pública de país son probablemente más graves.
El fin de las moratorias también ejercería una presión a la baja sobre la inflación de las viviendas al aumentar las tasas de vacantes. Según proyecta Goldman, los desahucios posteriores a la moratoria aumentarán la tasa de vacantes en aproximadamente 1 punto porcentual, lo que por sí solo reduciría la inflación de las viviendas en 0,3 puntos porcentuales en 2022, compensando en parte la intensa presión al alza derivada de la escasez de viviendas.
A nivel nacional, los precios de los alquileres de un apartamento de una sola habitación han subido al menos un 9%, según los datos de la plataforma de alquiler inmobiliario Zamper. En Nueva York el coste medio asciende en estos momentos hasta los 2.810 dólares al mes, el más alto en todo el país.