La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) aboga por mejorar el diseño de la jubilación activa y propone analizar la percepción de pensiones mínimas bajo la jubilación activa, que se exima de cotizar por contingencias comunes en las edades previas a la edad legal y considerar que la cuantía de la pensión compatibilizada sea mayor o menor al 50% actual.
No es la primer vez que la fundación pide reformar los incentivos para demorar la salida del empleo. Lo hizo en marzo y lo repite en el estudio publicado este lunes y firmado por los investigadores Alfonso R. Sánchez Martín y Sergi Jiménez Martín, recuerda que si bien España cuenta con la jubilación activa desde 2013, que permite compatibilizar el cobro del 50% de la pensión en el caso de los asalariados mientras se sigue trabajando, existen dos problemas "importantes": las condiciones de acceso "muy restrictivas" y "no siempre genera los incentivos adecuados" para que las empresas y los trabajadores se acojan a ella.
Esos inconvenientes, según Fedea, apunta a que no se espera que se use mayoritariamente en el futuro. Si se busca incentivar esta modalidad, "será preciso mejorar notablemente su diseño, optimizándolo en aspectos tales como los detalles contributivos durante la fase de compatibilización, el porcentaje de la pensión a recibir, el grado de actualización de la pensión final, etc.", indican desde la fundación.
Fedea, que analiza los efectos de "relajar" las condiciones de acceso y recalcular el importe final de la pensión teniendo en cuenta el periodo de compatibilidad y concluye, considera que será necesario afinar aún más el diseño: "reflejar los intereses y decisiones de las empresas es, claramente, la extensión más necesaria" de la jubilación activa y de cara a futuros trabajos, "lo más inmediato" es explorar "nuevas reformas institucionales".
Además, la fundación también aboga por otros cambios, como permitir la percepción de pensiones mínimas bajo jubilación activa, explorar entornos en que se exima de cotizar por contingencias comunes en las edades previas a la edad legal y considerar rangos de ingresos en que la cuantía de la pensión durante la fase de compatibilización sea mayor (salarios bajos) o menor (salarios altos) al 50% actual.
A juicio de los autores, "todos estos cambios entran en una categoría más general: la necesidad de optimización del diseño del mecanismo de compatibilización con el objetivo de que la Seguridad Social pueda recibir una parte del excedente producido por cada trabajador que participa en el programa".