Los españoles perderán este año poder adquisitivo si se tiene en cuenta la previsión del aumento del coste de la vida, disparado por las decisiones del Gobierno sobre la tarifa eléctrica y, en menor medida, por incrementos fiscales y, del lado opuesto, las subidas de las rentas de algunos colectivos. Con los datos actuales en ambas partidas, la merma de la capacidad de compra podría superar el medio punto, quizá 0,65 puntos porcentuales.
Funcas y el Banco de España
El Índice de Precios al Consumo (IPC) aumentará de media este año algo menos del 2% según las previsiones arrojadas por el panel de Funcas (datos de los 20 equipos de analistas más importante de España) y el Banco de España. Ambos calculan que la cesta de la vida subirá de media un 1,9%. Del lado de los ingresos, teniendo en cuenta las variaciones de renta de grandes colectivos, la subida media de 23 millones de españoles rondaría el 1,25%, incluyendo la congelación salarial de los dos millones de trabajadores con el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y los desempleados, cuya renta se congela una vez entran en el Sepe.

En términos anuales (junio 2021 sobre junio 2020), el IPC sube un 2,7%, concentrado en lo que va de año que sube el 2,5%. Tres grandes rúbricas son las causantes, con un impacto de 2,4 puntos porcentuales (pp) de los 2,5 registrados en 2021. Por productos, la electricidad es la clara culpable, pues dispara la rúbrica de vivienda un 10,9% en los últimos doce meses y un 8,2% desde enero. Lo que supone un impacto de 1,107 puntos porcentuales, el 45% de los 2,5 pp de la subida del semestre. Con los datos del INE, los productos energéticos (electricidad) se han incrementado en lo que va de año un 17,4% y en los doce últimos meses el 23,5%.
La segunda gran rúbrica es la del transporte, un 8,9% en términos anuales y un 7,2% desde enero, debido al incremento de los carburantes, un 17,2% y un 14,5% respectivamente. El transporte aporta 0,892 pp de los 2,5 del IPC desde enero. La tercera rúbrica responsable del aumento del coste de la vida, es la alimentación y bebidas no alcohólicas, que sube un 1,1% en el año y un 1,7% desde enero y, dado el peso que tiene en la cesta de la compra, aporta 0,398 pp en el semestre.
Pero no son los únicos responsables. Los bienes industriales registran una de las mayores subidas por el impacto de los precios de las materias primas y ciertos componentes como los semiconductores. Así, este grupo aumenta un 5,1% en lo que va de año y suma un 7,5% en los doce últimos meses.
Impacto de los impuestos
Las subidas de impuestos en este 2021 también contribuyen a la pérdida de poder adquisitivo. Según el Instituto Nacional de Estadística, ha tenido un impacto de una décima en la inflación. Así, el IPC habría subido en términos anuales un 2,6% si los impuestos se hubiesen mantenido constantes. Este año se han producido cambios en IRPF, y arrancan las tasas Tobin (Transacciones Financieras) y Google.
Hay que recordar que según cálculos de la Airef, los cambios tributarios detraerán cerca de 2.900 millones de euros de la renta de los españoles. El Gobierno cifró en los Presupuestos en 6.100 millones lo que preveía recaudar, pero el retraso de algunas medidas ha reducido a algo más de la mitad los ingresos. No obstante, en el Plan de Resiliencia se plantea una batería de medidas fiscales que aumentarán la recaudación entre 2022 y 2023.
No obstante, por el efecto escalón, el IPC irá reduciendo sus incrementos mes a mes, pues la comparación interanual se establece en relación con las bajadas de los meses del confinamiento del año pasado y, por efectos que podrían ser coyunturales. De hecho, como resalta Carlos Martín, responsable del gabinete económico de CCOO, la inflación subyacente, sin carburantes ni alimentos, se mantiene en un moderado 0,4%. De aquí que el índice de diciembre registre menores subidas que las actuales.
Lo que tendrá efectos negativos para uno de los principales colectivos cuyas rentas se conocen: los pensionistas. Los 9,8 millones de personas que cobran de la Seguridad Social han visto aumentar su pensión un 0,9% en enero, pero tendrán a principios de 2022 una compensación por la inflación. Sin embargo, perderán poder adquisitivo, pues en la media del año la cesta de la compra subirá un 1,9%, pero la compensación se medirá con el IPC de noviembre que, en principio, debería estar por debajo de esa cifra.
En cualquier caso, será el colectivo menos castigado. Los funcionarios perderán un punto, ya que su salario aumentó en enero un 0,9% y no tendrán compensación por el IPC. Algo mejor parados están los 4,7 millones de asalariados amparados por la subida en convenio que a junio se situó en un 1,56%.
No obstante, como aclara el economista de CCOO, la estadística de convenios lleva mucho retraso, por lo que es posible que el número de trabajadores con subida sea en estos momentos superior a esos 4,7 millones. Además, a lo largo del año pueden ir cerrándose más convenios, muchos con carácter retroactivo en los subidas salariales.
Los grandes perdedores en términos retributivos entre los colectivos contabilizados para calcular el aumento de la renta de este año son los trabajadores que cobran el SMI, unos dos millones según Martín, que han congelado su salario. Aunque cabría una posibilidad, que se antoja remota, de que se produzca alguna subida del SMI en lo que queda de año. Los desempleados, 3,65 millones en marzo según el INE, eso otro colectivo perjudicado. No todos están cobrando el desempleo y, aquellos que sí lo hacen, se han quedado con la base salarial que registraron en el momento de quedarse en paro. Y, por tanto, sin un incremento salarial.
Grandes diferencias
Pero junto con las diferencias que se abren entre estos colectivos, la subida del coste de la vida no impacta por igual en todas las familias. Las rentas de cada hogar e, incluso, el lugar de residencia determinan que el efecto sea mayor o menor. En general, las subidas de precios son las mismas para todos los ciudadanos, pero a rentas menores, el choque de la inflación es más duro. No en vano se conoce como el "impuesto de los pobres".
La Encuesta de Condiciones de Vida del INE determina que en 2019, la renta media de los hogares fue de 30.690 euros, 35.485 euros si se imputa el alquiler. Se trata de una media con abultadas diferencias entre el caso de mayor renta, "otros hogares con niños dependientes" cuyos ingresos con alquiler imputado se eleva a 47.562 euros frente a los 21.669 de un hogar compuesto por un solo adulto o 25.421 de los hogares monoparentales, de un adulto con uno o más niños a su cargo. Supone casi la mitad de la renta que los hogares con mayores ingresos.
En términos regionales también el IPC grava de distinta manera, pues la renta media per cápita puedes ser el doble dependiendo de la comunidad autónoma donde se resida. Para conocer las diferencias del efecto de la inflación lo mejor es el Índice de Paridad de Poder Adquisitivo (PPA) que mide la capacidad de compra de una zona descontando el efecto del coste de la vida en proporción a la renta media. Así, con 100 en la media nacional, la Comunidad de Madrid se eleva hasta 115,7 y en el otro extremo se coloca Extremadura con 86,4. Eso supone que descontando los distintos impactos del IPC en la región, de media un madrileño dispondría de una renta de 115,7 euros por los 86,4 de un extremeño.
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