
La mayor recesión en tres generaciones provocada por el covid-19 no cerró el bolsillo de la Comisión Europea al contratar consultores externos, más bien lo contrario. El gasto del Ejecutivo comunitario en PWC, Deloitte, EY y KPMG, conocidas como las 'cuatro grandes', continuó aumentando el año pasado, en parte debido a su creciente facturación vinculada al programa de apoyo a las reformas en los Estados miembros, según estimaciones realizadas por elEconomista.
La Comisión actualizó su Sistema de Transparencia Financiera con las cifras correspondientes a 2020. Los contratos firmados el año pasado por las 'Big Four' ascendieron al menos a 156,06 millones de euros, de los cuales 101,27 millones fueron gastados hasta diciembre. En 2019, los contratos con estas firmas ascendieron a 125,80 millones de euros, de los que 102,18 millones de euros se consumieron ese año.
La Comisión explica que la diferencia entre las dos cifras se debe al tiempo transcurrido entre el momento en que se firman los contratos y cuando se efectúan los pagos. Algunos de los contratos tienen una duración de varios años.
Bruselas ha disparado en los últimos años el dinero destinado a proveedores externos, principalmente a las "cuatro grandes", sobre todo desde que lanzara en 2017 el programa de apoyo a las reformas estructurales en los Estados miembros.
Este instrumento proporciona asistencia técnica a los Estados miembros para diseñar reformas, ya sea con funcionarios de la Comisión o expertos contratados con fondos de la UE de organizaciones internacionales, ONG o consultores externos.
Desde que comenzó el programa, las 'cuatro grandes' han ido aumentando su porción del pastel, hasta captar proyectos por unos 28,77 millones de euros el pasado año de un total de 75,73 millones de euros destinados a esta iniciativa en 2020.
En 2019, las 'cuatro grandes' recibieron 24,38 millones de euros para reformas, menos de un tercio de los 79,4 millones de euros dedicados al programa ese año.
El conjunto de contratos adjudicados a PWC, Deloitte, EY y KPMG en todos los programas comunitarios ascendió a 462 millones de euros entre 2016 y 2019, según reveló elEconomista en marzo.
Tras la publicación de estas cifras, un grupo de 73 eurodiputados envió una carta a la Comisión para expresar su preocupación por el volumen destinado y la participación de consultores en reformas sensibles, como el mercado laboral o la Justicia.
En la respuesta enviada el 11 de junio, y a la que tuvo acceso elEconomista, el vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovskis, defendió el apoyo externo.
En el caso del Programa de Apoyo a la Reforma Estructural, argumentó que los contratos con los consultores "está destinados a brindar la mejor y más personalizada solución al Estado miembro beneficiario, de la manera más ventajosa económicamente".
Von der Leyen y los consultores
El enorme gasto de la Comisión en contratistas externos se remonta varios años antes de la llegada de Ursula von der Leyen a su presidencia en diciembre de 2019. No obstante, la alemana llegó a Bruselas con un controvertido pasado en este frente. El parlamento alemán investigó los lucrativos contratos que firmó el Ministerio de Defensa con consultores externos cuando ella estaba a los mandos. Desde la Comisión Europea explican que todos los acuerdos que firma con proveedores fuera de sus muros se someten a un concurso público totalmente transparente.