
El responsable de Análisis Económico del BBVA, Rafael Doménech, ha opinado que limitar el uso de los contratos eventuales para reducir la temporalidad "es un cambio que facilita, simplifica, pero no va a resolver por sí solo las necesidades estructurales del mercado de trabajo".
Doménech ha presentado de forma telemática el informe del servicio de estudios del banco sobre la economía del País Vasco, en una rueda de prensa en la que se le ha preguntado por la intención del Ministerio de Trabajo de restringir los contratos temporales para evitar el abuso de la temporalidad, una de las peticiones de la Comisión Europea.
"Se puede simplificar el número de contratos a tres -fijo, temporal y formación-, podemos introducir a lo mejor restricciones a los contratos temporales, como se está hablando ahora de duración limitada a un año y que posteriormente se transforme en indefinido, pero por otro lado, si no damos más flexibilidad al contrato indefinido, seguirán sin hacerse esos contratos", ha comentado el economista.
El ejemplo del sector público
Hay que hacer una reflexión, ha invitado Doménech, "y preguntarse por ejemplo por qué la tasa de temporalidad es muy superior en el sector público, donde supera el 30%, que en el privado, donde es del 22%".
"Esto no tiene que ver con la simplificación de este tipo de contratos ni con las indemnizaciones de despido ni con nada, es sencillamente porque las administraciones públicas encuentran en los contratos temporales un margen de flexibilidad del que no disponen con los contratos indefinidos", ha defendido.