Economía

Círculo vicioso para las mujeres en China: la libertad para tener más hijos anula su derecho al trabajo

  • Creen que la posibilidad de tener 3 hijos solo empeorará su situación
Foto: Getty

La política de un solo hijo que imperó durante años en China para controlar la población parecía -y lo era- un atentado contra la libertad de decisión individual. Sin embargo, la mayor permisividad aplicada desde 2016, cuando se elevó el máximo a dos criaturas, y la recién estrenada posibilidad para las parejas casadas de tener hasta tres hijos, coloca a las mujeres en una situación de discriminación total en el mercado laboral. El derecho a elegir la vida personal frente al derecho a un trabajo digno.

La discriminación laboral a las mujeres es una realidad en China. El estado civil o la edad pesan más que el currículum en un país en el que la mayoría de las empresas aún no están dispuestas a pagar los permisos de maternidad. Ya la política de dos hijos agravó la situación, según se desprende de un informe publicado por Human Rights Watch (HRW) y ahora las mujeres en edad de trabajar temen que la posibilidad de tener un hijo más solo empeorará su situación ante el aumento de la desconfianza del empleador.

A pesar de estar prohibidas preguntas personales desde 2019, en las entrevistas de trabajo, los departamentos de recursos humanos se encargan de conocer el estado civil, las ganas de tener hijos -y cuántos- o si la futuro empleada (para ellos no existe) querrá disfrutar de la baja de 98 días (15 más por cada parto posterior) que establece la ley y que muchas provincias ya están ampliando a entre 128 días y un año de permiso. Según una encuesta de Zhaopin.com, uno de los sitios web de contratación más grandes de China, el 58% de las mujeres que buscan empleo dijeron que se les preguntó sobre su estado civil y fértil en entrevistas en 2020.

La crisis demográfica a la que se enfrenta China es consecuencia de las más de 30 décadas de prohibición a tener más de un hijo. Se controló el crecimiento de la población -ahora en 1.400 millones- pero la fuerza laboral está debilitada ante una población envejecida. Desde 2016, la estrategia empezó a cambiar.

Las mujeres sin hijos se vuelven poco fiables para la empresa

Según el informe de HRW, ahí comenzó la ola de discriminación contra las mujeres ante la negativa por parte de los empleadores de pagar la licencia por maternidad. De esta manera, las mujeres sin hijos se vuelven poco fiables para la empresa, que las considera como una "bomba de tiempo" que podría querer disfrutar de hasta tres bajas por maternidad.

Las empresas, recoge BBC, deben costear un seguro de maternidad para que la empleada reciba una asignación mensual del fondo del Gobierno tras dar a luz. Sin embargo, dichos pagos están limitados y si el salario mensual del empleado excede la asignación máxima que pagará el gobierno local, el empleador deberá completar el resto.

Además de la carga de ser consideradas posibles futuras madres de hasta tres hijos, en China siguen aplicando normas obsoletas que hacen que las mujeres siguen siendo las principales responsables de roles tradicionales como el cuidado de los menores, haciendo del tiempo que conlleva esa tarea otro punto en contra de cara a la contratación. ¿Y qué no pueden hacer las madres trabajadoras? Cumplir con las jornadas maratonianas que se imponen en el país ('996' o de 9 am a 9 pm seis días a la semana, por ejemplo).

Tras anunciar la política de tres hijos, el Gobierno chino se apresuró a asegurar que "protegerá los derechos e intereses legales de las mujeres en el empleo" pero los más críticos denunciaron en redes sociales que esa promesa, no nueva, nunca había conllevado una mejora sustancial. 

Y es que los datos confirman que la desigualdad de género en ese país ha empeorado en los últimos años. En 2020, la clasificación de China en el índice de brecha de género global del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) cayó por duodécimo año consecutivo al número 107 de 156 países después de haber ocupado en 2008 el puesto 57. 

Además, el informe también señala que las empresas no ocultan las políticas que incentivan la desigualdad de género e incluso tienen cláusulas discriminatorios mediante las que despiden a las empleadas que quedan embarazadas o implementan políticas para disuadir a sus empleadas de tener hijos.

El China Youth Daily publicó en febrero declaraciones de Song Qiang, director de RRHH de una empresa china, en las que aseguró que "en el 90% de los casos" los reclutadores eligen a hombres y que en los casos en los que se contrata a mujeres normalmente se las relega a "trabajos auxiliares" con salarios más bajos y promoción más difícil.

Para acabar con estas prácticas, el cambio cultural es fundamental, subraya el informe de HRW. Aunque China ha dado luz verde a leyes para evitar estas situaciones, las lagunas legales hacen que continúe la discriminación. Por ejemplo, la ley sobre la protección de los derechos e intereses de las mujeres prohíbe a las empresas despedir a las empleadas o reducir su salario durante su embarazo o licencia por maternidad proporciona tan pocos detalles sobre la aplicación que a efectos prácticos no es una ayuda. O la ley de contratos de trabajo, que ofrece compensación por despido ilegal. Sin embargo, una de las principales dificultades para las víctimas es demostrar que su despido se debió a estar embarazada y no a otras razones que pueden referir los empleadores (despido por dificultades económicas, por ejemplo).

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