
El expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, está "preocupado" por el cariz que está cogiendo el 'caso Kitchen', que alude a una presunta operación de espionaje ilegal, sufragada con las cuentas del Estado, y dirigida contra el extesorero del Partido Popular, Luís Bárcenas.
Rajoy mostró su preocupación a un periodista de elEconomista, en un encuentro que tuvo lugar el jueves en un conocido restaurante de Madrid. El exlíder del Partido Popular, con su proverbial sentido del humor, reconoció el "lío" que hay montado con los papeles del excomisario Villarejo, de donde emana esta causa, y que hasta ahora señala directamente a María Dolores Cospedal, como imputada por espiar al extesorero del PP, Luis Bárcenas.
En el transcurso de una conversación coloquial, Rajoy señaló que "con que no me empapelen tengo bastante". Eso sí, el expresidente no entró en detalles y por supuesto no admitió que tuviera conocimiento de las decisiones judiciales que han provocado la imputación de su exsecretaria general, María Dolores Cospedal.
Desde el otro lado, desde el entorno de la exsecretaria Cospedal -imputada junto a su esposo, Ignacio López del Hierro, por presunto cohecho, malversación y tráfico de influencias, la sensación- es que la exdirigente albaceteña se va "a comer el marrón" que otros con más rango que ella no se van a comer por defender y ser leal a Rajoy.
En manos del juez
Fuentes de la policía, consultadas por eE, insisten en que el futuro de la también expresidenta de Castilla-La Mancha, está en manos del "juez", y de que vea fiables todas las anotaciones del excomisario Villarejo. Ahora bien, estas mismas fuentes anticipan que el nombre de Cospedal aparece "en todas las grabaciones de Villarejo", y a priori "está bien metida".
A la pregunta de si la imputación de Dolores de Cospedal puede llegar a alcanzar al expresidente Rajoy, la respuesta de las fuente policiales es que todo apunta a que sí.
Fuentes políticas advierten no obstante, de que la influencia de un expresidente es suficiente razón para que finalmente la justicia establezca un cordón sanitario, o una suerte de comodín, en este caso para salvar al expolítico gallego.
Claro que además también hay quien apunta a que Cospedal tiene que tener cuidado con sus declaraciones, porque se puede encontrar con informaciones nada gratificantes, filtradas por sus adversarios o adversarios políticos, que relacionan a su marido con los negocios de un exministro.
Un tema político
Entretanto, desde Génova 13, la sede nacional del Partido Popular que podría cambiar de enclave en breve, se intenta transmitir una sensación de calma, subrayando no obstante el uso político que se está dando a un asunto de una persona -en este caso Cospedal-, que en primer lugar tiene derecho a la presunción de inocencia, y que por otra parte es alguien que ya no está en la primera línea ni en la dirección, por lo que la formación de centro-derecha considera que "no tenemos mucho que ver" con el caso Kitchen.
Los populares sostienen que no es de recibo que la izquierda les machaque con este escándalo, cuando ellos han valorado las anotaciones de Villarejo cuando han considerado oportuno, y por el contrario las han denostado cuando no les interesaba. Ayer, la comisión Kitchen anunció la prórroga de sus trabajos hasta diciembre, desconvocó la declaración de Rajoy y postergó la de Cospedal.
Casado evita el 'caso Kitchen'
El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, rechazó este jueves referirse a la imputación de la ex secretaria general de su formación María Dolores de Cospedal porque, según ha explicado, no le corresponde a él "valorar cuestiones" de las que no tiene "información". En declaraciones a los medios durante su visita a Ceuta, Casado recordó que hace cuatro meses dijo que no hablaría de asuntos que no le "corresponde" valorar y que "nada tienen que ver" con su "responsabilidad" como líder del PP.