La Fundación Empresa Familiar demandó un marco tributario con menos carga fiscal, al estilo de países como Francia, Alemania, Italia, Portugal o Grecia. Su presidente, Marc Puig, utilizó estos ejemplos para explicar que estos dedican un mayor porcentaje de sus recursos a ayudas directas y reducen la carga fiscal, mientras que en España "la aumentamos o pretendemos aumentarla" con la intención de alcanzar el 40% del PIB, lo que significará incrementarla seis puntos, precisó Puig.
Con motivo de la Asamblea Anual de Socios del IEF, que contó con la participación de la vicepresidenta segunda y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño; Puig se refirió a la reforma fiscal que quiere llevar a cabo el Gobierno y para la que ha constituido un grupo de expertos, indicando que las empresas familiares están dispuestas "a contribuir al esfuerzo de todos", pero "pedimos estabilidad y disponer de un marco tributario que no nos penalice competitivamente".
En esta línea, Puig remarcó que "ningún otro país de nuestro entorno mantiene algunos de los tipos impositivos que más afectan a la empresa familiar". Así, reclamó que se permita "dar continuidad a nuestras empresas preservando la titularidad familiar". Destacó Marc Puig que "en ningún caso debería la fiscalidad determinar que empresas españolas enraizadas en nuestro territorio y nuestra sociedad tengan que ser vendidas a terceros", mientras que, si estuvieran radicadas en determinadas comunidades o en cualquier otro país vecino, "eso se hubiera podido evitar".
El IEF dice sentirse excluido de los procesos de deliberación de los fondos europeos
Puig también aludió a los cambios en la reforma laboral que el Gobierno está negociando con los agentes sociales y que ha comprometido con la Comisión Europea. Se preguntó si en un escenario en el que España lidera el desempleo, particularmente el juvenil, "¿no sería razonable convertir en eje de la reforma laboral la inclusión de los jóvenes, la incentivación del empleo, la formación dual, más que otras cuestiones a las que podremos enfrentarnos más adelante?", y agregó que, hay varios ejemplos de iniciativas que "en mi opinión, se han acometido con una cierta falta de oportunidad".
Respecto al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia remitido por el Gobierno a Bruselas, el representante de las empresas familiares dijo haber tenido contacto con los equipos de distintos ministerios y con la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno y "podemos atestiguar su dedicación y capacidad profesional".
Sin embargo, afirmó que "con frecuencia, nos sentimos excluidos de los procesos de deliberación" y "a menudo percibimos una cierta desconfianza desde las administraciones públicas".
La actitud de la banca
En este acto, la vicepresidenta segunda y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, señaló que se va a aprovechar el crecimiento económico esperado tras la crisis para reducir los niveles de déficit y deuda pública ya desde 2021.
"Vamos a aprovechar el crecimiento económico que todos esperamos este año y los siguientes para reducir ya desde 2021 el déficit y la deuda pública. Es la senda de estabilidad fiscal que hemos enviado a las instituciones europeas hace más de una semana, pero todos entendemos que esta tendrá que ser una de nuestras prioridades a medio plazo cuando se recupere el crecimiento económico", apuntó.
Por otra parte, Calviño afirmó que los dirigentes de las entidades financieras españolas han escuchado los mensajes del Gobierno y han mostrado "un cambio de actitud", mostrándose más abiertos a negociar los procesos de reestructuración con los sindicatos. En cualquier caso, aseveró que el Ejecutivo utilizará los instrumentos a su alcance para que el proceso de transformación del sector bancario permita reforzar la solvencia de las entidades y contribuir al crecimiento.