Economía

La 'revolución' del coche eléctrico le puede costar a Alemania más de 100.000 empleos

  • La transición afectaría a 178.000 empleos hasta 2025, según estima el Ifo
  • Se prevé que hasta 75.000 trabajadores del sector se jubilen esta década
Imagen: Dreamstime

Las automovilísticas alemanas están decididas a echar el resto por el coche eléctrico. Las firmas saben que en este asunto el futuro ya está aquí y por eso su objetivo es llegar a 2025 con un gran potencial de mercado en el sector. Estas compañías quieren ponerse a la vanguardia de un reto en el que Europa ha puesto muchas esperanzas. Pero esta 'revolución' también tiene otra cara: el reemplazo del vehículo tradicional tendrá efectos en el mercado laboral con la pérdida de miles de empleos.

Así lo estima el prestigioso Instituto Ifo alemán, con sede en Múnich. En un estudio encargado por la Asociación Alemana de la Industria del Automóvil, el organismo calcula que, a medida que los gobiernos intentan eliminar los vehículos diésel y de gasolina en favor de los de bajas o nulas emisiones, casi 200.000 empleos se verán afectados en el país de aquí a cuatro años. Una cifra que se ve parcialmente recortada por el número de trabajadores con una jubilación próxima.

"Si de aquí a 2025 la producción de coches con motor de combustión disminuye en la medida prevista por la actual normativa sobre emisiones, el paso a los motores eléctricos afectará al menos a 178.000 empleados; es decir, trabajadores que fabrican grupos de productos que dependen directa o indirectamente del motor de combustión, de los cuales 137.000 están empleados directamente por la industria del automóvil", precisa el informe del Ifo.

En su cálculo, no obstante, el Ifo prevé que 75.000 trabajadores del sector automovilístico alemán se jubilarán a mediados de esta década. Una cifra que reduce la 'sangría' pero insuficiente para compensar la brecha generada, según Oliver Falck, director del Centro Ifo para la Organización Industrial y las Nuevas Tecnologías: "La transformación que cabe esperar en las plantillas no se verá totalmente amortiguada por la jubilación de los baby boomers".

"Dado que las empresas ya son conscientes de este desfase, tienen la oportunidad de tomar a tiempo las medidas adecuadas, como el reciclaje y la formación continua", prosigue Falck, quien ya identifica el cambio de paradigma en las cifras de producción: "La evolución de las mismas ya nos muestra que se necesitan piezas muy diferentes para los coches eléctricos que para los motores de combustión".

"Es importante mantener los puestos de trabajo altamente cualificados en la producción restante de motores de combustión y en los vehículos eléctricos sin frenar el cambio estructural", ha dicho en la misma línea el presidente del Ifo, Clemens Fuest, asumiendo que la "transición a la electromovilidad" es un "un reto importante, especialmente para los proveedores de la industria del automóvil, en la que predominan las empresas medianas", informa CNBC.

En efecto, las autoridades se han tomado en serio esta transición. El gobierno alemán quiere que se matriculen en el país entre 7 y 10 millones de vehículos eléctricos para finales de esta década. A su vez, la Comisión Europea pretende que haya al menos 30 millones de coches de emisiones cero en las carreteras de la Unión para 2030.

Según la Agencia Internacional de la Energía, el año pasado se matricularon alrededor de tres millones de nuevos coches eléctricos, una cantidad récord que supone un aumento del 41% en comparación con 2019. El mismo organismo muestra que, aunque el mercado automovilístico europeo se contrajo un 22% en 2020, las nuevas matriculaciones de coches eléctricos se duplicaron con creces hasta alcanzar los 1,4 millones. En Alemania se registraron 395.000 de esos nuevos coches eléctricos.

No toda la esperanza está perdida, sin embargo. Tal y como aclara Reuters, el estudio del Ifo no tiene en cuenta la eventual creación de puestos de trabajo ni para la fabricación de vehículos eléctricos ni para industrias aledañas como la producción de baterías. Con todo, las estimaciones de pérdida de empleos actuales deben ser tenidas en cuenta en un momento en el que Europa busca ansiosamente la recuperación tras la pandemia.

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