
Tal y como adelantó elEconomista, el Gobierno estudia ampliar a 25 actividades más el acceso a las ayudas directas de 7.000 millones aprobadas por el Gobierno para pymes y autónomos. Concretamente, estas actividades congregan a al menos 100.000 autónomos que se han quedado fuera de la ayuda en esta primera versión de las CNAES habilitadas, en las que el Gobierno recoge hasta 95 actividades.
Artesanía
Según ha podido conocer este medio, las 25 actividades que el ministerio de Economía estudiará en las próximas horas incorporar al listado de beneficiarios son: preparación e hilado de fibras textiles; fabricación de tejidos textiles; acabados textiles; fabricación de artículos confeccionados con textiles, excepto prendas de vestir; fabricación de artículos de marroquinería, viaje y de guarnicionería y talabartería; fabricación de otros productos de madera, artículos de corcho, cestería y espartería; fabricación de azulejos y baldosas de cerámica; fabricación de artículos cerámicos de uso doméstico y ornamental; fabricación de productos básicos de hierro, acero y ferroaleaciones; forja, estampación y embutición de metales, metalurgia de polvos; fabricación de instrumentos musicales y otras industrias manufactureras.
Uno de los principales segmentos de clientes de estas actividades, son las empresas turísticas, que, al no haber desarrollado prácticamente actividad alguna desde la declaración de la pandemia, no se han abastecido de estos productos, por lo que la afectación, aunque de forma indirecta está siendo enorme para estos negocios.
Comercio
Relacionadas con el comercio son: juegos y juguetes en establecimientos especializados; artículos nuevos en establecimientos especializados (souvenir); actividades de diseño especializado o peluquería y otros tratamientos de belleza.
En el caso, de las tiendas de souvenir, los afectados recuerdan que prácticamente ha visto suprimida su capacidad de negocio ante la ausencia de turistas, de los que dependen prácticamente al 100%. Sin embargo, al no estar reconocidas como empresas turísticas, no han podido acceder a las ayudas específicas para el sector. Mientras que en el caso de las peluquerías, las nuevas normas de salud e higiene establecidas para evitar la propagación del virus, ha mermado considerablemente la capacidad de estos negocios, que han visto reducida su facturación de forma sustancial. Ello, unido a la ausencia de celebración de eventos y las limitaciones de encuentros y reuniones sociales, que suponen uno de sus principales nichos de mercado.
Educación
Además, se incluyen en la petición de las asociaciones de pymes y autónomos incluir del sector de la enseñanza: educación secundaria técnica y profesional; educación deportiva y recreativa; educación cultural; actividades auxiliares a la educación; otras actividades de servicios sociales sin alojamiento; creación artística y literaria; actividades de organizaciones religiosas; otras actividades asociativas y otros servicios personales.
En este caso, además de la afectación total durante el periodo de confinamiento y de desescalada, la reapertura se ha visto condicionada al cumplimiento de las medidas de distanciamiento social que han limitado de forma sustancial la capacidad de estos negocios. Sabiendo además que en este caso estos establecimientos viven fundamentalmente de la afluencia de alumnos de educación primaria a sus centros de educación medioambiental, cuestión que a lo largo de este periodo aún no ha podido ser reanudada.
Desde UPTA, una de las entidades representantes del colectivo, denuncian al respecto que estas ayudas tendrían que haber sido universales, sin distinción de actividad, con el único requisito de haber perdido más del 30% de facturación durante el estado de alarma.
"Se trata de actividades que en la mayoría de los casos y debido a las restricciones sanitarias, cierres perimetrales y otras decisiones administrativas, han perdido como poco el 30% de facturación en este periodo y en muchos de los casos no han facturado ni un solo euro en estos doce meses", apuntan.