La liquidez y el crédito no serán suficientes en la crisis del coronavirus para contener la destrucción del tejido productivo. A diferencia de la crisis financiera del año 2008, el fuerte y repentino golpe a las empresas españolas ha provocado cierres a un ritmo tres veces superior al de 2008, con una incidencia superior en el sector servicios, que ha roto en muchos casos la cadena de suministro en la industria y la agricultura. La caída se refleja ya en la demanda de crédito, que en contra de lo esperado en 2020, disminuye pese a unos tipos en mínimos históricos. Los empresarios ponen ahora el foco en las ayudas directas para sostener el tejido productivo español.
Las empresas no piden crédito. El pasado mes de enero los préstamos concedidos a las empresas cayeron hasta los 18.433 millones de euros, según los últimos datos del Banco de España (BdE). La cifra supone una caída interanual del 26,5%. Las entidades bancarias explican este descenso por la escasez de demanda. Para reanimar el mercado financiero, los bancos han tirado los precios de los créditos nuevos concedidos a las grandes empresas.

En enero, el tipo de interés medio, incluyendo comisiones, aplicado a estas compañías -que reclaman una financiación superior a un millón de euros- se redujo hasta mínimos históricos, al situarse en apenas un 1,16%. Nunca el coste de los préstamos a las grandes empresas fue tan bajo. Ni siquiera en el marco de las líneas de avales concedidas por el Gobierno tras la pandemia. Entonces, en abril, el interés más bajo se colocó en el 1,29% en estas operaciones. El anterior mínimo data de diciembre de 2019, cuando apenas llegaba al 1,26%, según las cifras del Banco de España.
Falta de demanda
Esta falta de demanda de crédito es la principal diferencia con la crisis financiera del año 2008. Según el BdE, en la anterior recesión se produjo también una fuerte caída determinada, en este caso, tanto por la demanda como por la oferta.
La caída del crédito entre 2007 y 2011 fue debida al comportamiento de las cajas, dado que en los bancos el crédito continuó creciendo, si bien de forma muy moderada -crecimiento acumulado del 0,5% en el período-. En el caso de las cajas de ahorros, que habían crecido de forma mucho más acelerada en los años previos, redujeron la concesión de crédito en estos años, de tal forma que se observó un descenso acumulado del 1,4% para estas entidades.
En el crédito a las empresas no financieras se observó un importante descenso en este período. En conjunto, el crédito a empresas no financieras cayó un 6,2% en el período entre 2007 y 2011, casi 54.000 millones de euros. Este descenso se debió al comportamiento del crédito concedido a las empresas de los sectores de construcción y actividades inmobiliarias, que disminuyó hasta un 12,9% en tasa acumulada.
Esta situación era inesparada para las entidades, que a mediados de 2020 previeron una gran avalancha de peticiones de créditos. "Nos hemos preparado para un aluvión de peticiones de préstamos por parte del sector privado a niveles récord", según respondieron a la encuesta trimestral del Banco de España (BdE), publicada a finales del abril.
Destrucción de empresas
La rapidez en la destrucción de empresas ha provocado un colapso sin precedentes en el tejido productivo español. En comparación con la crisis de 2008, España destruye ahora empresas a un ritmo tres veces superior que entonces.
El coronavirus ha destruido más tejido empresarial neto que en ningún otro país del entorno. La cifra exacta es de 101.086 empresas menos, el 6,8% del total, en 2020. En España, en el año 2020 se crearon 79.151 sociedades, un 15,8% menos que en 2019 y el número de sociedades disueltas fue de 20.259, un 13,1% inferior a 2019, según el INE.
Durante 2008 y 2012, en plena crisis financiera, desaparecieron un total de 177.336 empresas, la mayoría pymes y sobre todo en Murcia y la Comunidad Valenciana, por su dependencia del sector de la construcción, según la Seguridad Social, mientras que las grandes han demostrado su capacidad de supervivencia. Estos datos aparecen en el artículo ¿Cuántas empresas se ha llevado la crisis?, incluido en el número del mes de enero de 2012 del Informe Económico de la escuela de negocios Esade.
Este elevado ritmo de destrucción de empresas, que afecta especialmente al sector servicios -según reflejan los últimos indicadores PMI-, ha provocado también turbulencias en la cadena de suministros, debido a la desaparición de muchos proveedores del sector industrial y agrícola.
Por su parte, la cifra de personas en desempleo -entre parados, trabajadores en Erte y autónomos en cese- llega ya a los 5,5 millones, la cifra que se alcanzó en la crisis de 2018.
Ayudas directas
Por todos estos motivos, los empresarios piden al Gobierno que active un paquete de ayudas directas a las compañías. A su juicio, muchas no sobrevivirán pese a recibir liquidez en forma de crédito.
"Las medidas resultan claramente insuficientes", destaca CEOE en un comunicado. "La prolongación durante más de un año de la situación epidemiológica, que se ceba especialmente con algunos sectores de la actividad económica, muy intensivos en mano de obra, hacen imprescindible agilizar las ayudas directas a los sectores afectados para garantizar su supervivencia", añade el documento.
El Gobierno tiene listo un paquete de ayuda de 11.000 millones de euros que estaba previsto para su aprobación este martes. Sin embargo, se ha retrasado al viernes y aún no se conocen los detalles sobre cómo será la ayuda.