
Desde los semiconductores a las tierras raras pasando, como no, por productos médicos de primera necesidad. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firma el miércoles varias órdenes ejecutivas para crear cadenas de suministro "más resistentes y seguras para los bienes críticos y esenciales".
Según informa la Casa Blanca, en los últimos años, los hogares, los trabajadores y las empresas estadounidenses han sentido cada vez más la presión de la escasez de productos esenciales, que incluyen medicamentos hasta alimentos o chips.
De hecho, desde el arranque de año, la escasez de semiconductores en el sector automovilístico ha obligado a ralentizar la producción de coches, algo que a su vez impacta a los trabajadores muchas plantas del país. Algunas compañías en particular, como es el caso de General Motors, han avisado que la situación podría comerse hasta 2.000 millones de dólares de sus beneficios este año.
Tampoco podemos olvidar como el año pasado, al inicio de la pandemia, la escasez de equipos de protección personal para los empleados sanitarios en primera línea de batalla contra el Covid-19 también generó estragos.
Para evitar este tipo de episodios, el decreto de Biden obliga a una revisión inmediata durante los próximos 100 días de las cadenas de suministro patrias y ordena a los Departamentos y Agencias federales que identifiquen formas de protegerlas contra una amplia gama de riesgos y vulnerabilidades. En este sentido, los esfuerzos se concentran en cuatro áreas principales.
La primera incluye a los ingredientes activos de fármacos y medicamentos. Durante las últimas décadas, más del 70% de los facilitadores que abastecen a EEUU se han trasladado al extranjero. Esta labor complementará el trabajo en curso para asegurar las cadenas de suministro necesarias para combatir la pandemia de COVID-19.
Por otro lado están los minerales críticos, incluidas las tierras raras. Todos ellos son una parte esencial para defensa, la alta tecnología y otros productos, como motores, generadores eléctricos o la fibra de carbono utilizada en los aviones. La Administración Biden quiere asegurarse de no depender de fuentes extranjeras, especialmente China, en momentos críticos.
En esta revisión a corto plazo también se suman los semiconductores. Pese a que EEUU ha sido tradicionalmente un líder en su desarrollo, a lo largo de los años ha invertido poco en su producción, lo que ha mermado su capacidad tanto de producción como de innovación. Por el contrario, otros países han aumentado sensiblemente sus inversiones en la industria.
Por último están las baterías de gran capacidad, como las utilizadas en los vehículos eléctricos. El gobierno de EEUU señala que aunque el país es un exportador neto de vehículos eléctricos, no lidera la cadena de suministro asociada a la producción de baterías eléctricas. Al respecto, Biden quiere que se aprovechen mejor las considerables reservas de litio en EEUU y la capacidad de fabricación para ampliar la producción nacional.
En un segundo decreto, el mandatario impondrá una revisión más profunda durante un año de duración sobre un grupo más amplio de cadenas de suministro que incluirá seis sectores clave: defensa, salud pública, tecnología de la información y las comunicaciones así energía, transporte, agricultura y producción de alimentos.