El premio Nobel de Economía en 2013 Robert Shiller se muestra "preocupado". En su opinión, no es que estemos ante una burbuja financiera, sino que estamos ante tres simultáneas: "Creo que tenemos burbujas en tres clases de activos financieros. Los bonos a largo plazo, las acciones y la vivienda, al menos en EEUU. Las tres a la vez. Simultáneamente".
"No es fácil saber qué hacer. Salir de la bolsa y meterte en renta fija ya no va a servir, porque los dos mercados están sobrevalorados. Puede ser un momento para seleccionar acciones individuales que puedan sobrevivir en la economía de la pospandemia. Tal vez es lo que hay que hacer, aunque debo confesar que yo no lo estoy haciendo", asegura el también catedrático de la Universidad de Yale en una entrevista a La Vanguardia.
Abordando la burbuja bursátil, y al hilo de su último libro, Narrativas Económicas (Deusto), Shiller se hace eco de la importancia de las narrativas y el mensaje que cala más que los datos en un escenario en el que "los inversores saben el nombre y la historia de la empresa en la que invierten, pero no saben cuál es el precio ni los beneficios por acción".
"La narrativa conduce la realidad, en lugar de ser al revés. Mire la bolsa. Yo empecé a escribir sobre el mercado bursátil hace más de 40 años. Y está claro que los precios bursátiles son mucho más volátiles que los beneficios subyacentes. ¿Cómo puede ser? Tiene que ver con las narrativas, leyendas como las del 'crash' de 1929. Eso es lo que genera la volatilidad, más que los fundamentos económicos", prosigue.
En este contexto, pone de ejemplo la progresión de la criptomoneda más famosa: "La del bitcoin sí fue una narrativa más contagiosa. Una moneda sin el respaldo de ningún gobierno resultó atractiva para algunos libertarios. Solo contaba con la credibilidad de su presunto creador, Satoshi Nakamoto, una persona que ni siquiera existe."
Entrando de soslayo en lo ocurrido en Wall Street con el foro de Reddit que ha disparado valores como los de GameStop dañando a fondos bajistas, el Nobel de Economía matiza que "Internet solo está acentuando algo que ya existía. Todo empezó con el invento de los periódicos hace unos 400 años. A partir de ese momento empezaron a divulgarse ideas bastante enloquecidas. "La primera burbuja especulativa de la historia fue la de los tulipanes en 1630 y eso coincide casi exactamente con el inicio de la prensa. Antes existía especulación, por supuesto. Pero, sin los periódicos, no existía la posibilidad del contagio", incide.
Centrando más el tiro en el marco económico actual, Shiller incide en lo excepcional del momento con, por ejemplo, los tipos de interés negativos: "Ya estamos fuera del alcance de la experiencia histórica, y por lo tanto puede que estemos acercándonos a un límite que rompa el patrón. Los tipos de interés hace 40 años que mantienen una tendencia a la baja. Han llegado a cero o a negativo. No pueden seguir cayendo. Tal vez aparezca una nueva narrativa que cambie nuestras expectativas."
Con todo, haciendo de nuevo hincapié en el peligro de las narrativas, advierte sobre la nueva percepción que parece haber con la inflación: "La gente piensa que la inflación ha desaparecido definitivamente. Esto me parece un error. Ya existe una expansión rápida de la oferta monetaria. Es extraño, porque cuando se trata del precio de la vivienda la gente piensa que seguirá subiendo".
Shiller: "Tal vez más que intentar prever las recesiones y las burbujas, las ciencias económicas deben intentar suavizar esos bandazos volátiles que hacen tanto daño"
De cara al futuro, el Nobel económico considera "totalmente acertado" emitir bonos y financiar la inversión publica aprovechando los bajos tipos. "El calentamiento global es un reto enorme y necesitamos invertir más en la transición energética que en grandes empresas. ¿Qué inversión empresarial puede ser tan importante como esa inversión publica?", justifica.
Por último, opinando sobre su propio campo de estudio y trabajo, concede que "tal vez más que intentar prever las recesiones y las burbujas, las ciencias económicas deben intentar suavizar esos bandazos volátiles que hacen tanto daño". "Prever con precisión es imposible porque el sistema responde a las previsiones. No es como un pronóstico meteorológico. El tiempo no cambia debido a la previsión", culmina.