
El domingo se acabará el plazo que se han dado la UE y el Reino Unido para intentar llegar a un acuerdo sobre su futura relación. El riesgo de que no se cierren los términos del futuro acuerdo comercial no para de aumentar. Cada día parece más probable que el 31 de diciembre terminara el periodo transitorio que ambos se dieron para dejar todo listo sin llegar a un entendimiento. El daño económico, por la reintroducción de aranceles y otras restricciones regulatorias, y el impacto en otros sectores como el transporte será significativo. Por eso, la Comisión Europea presentó ayer planes de contingencia temporales para amortiguar los efectos más nocivos en algunas áreas en caso de llegar sin acuerdo al 1 de enero, y asegurar así las conexiones por aire y por carretera, además de la posibilidad de un acceso recíproco a las aguas pesqueras de cada parte.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que "no existe ninguna garantía de que se si se logra un acuerdo, pueda entrar en vigor a tiempo", dado que debe recibir también el aprobado de los parlamentos de Londres y Bruselas, e incluso de los de los 27 socios.
Por eso, el Ejecutivo comunitario ofreció al Gobierno británico mantener una conductividad básica por aire básica entre la UE y el Reino Unido durante seis meses, siempre que el Reino Unido haga lo mismo. También reconocerá varios certificados de seguridad en los aviones para evitar que se queden en tierra las aeronaves.
Además, Bruselas sugiere un sistema temporal de permisos para mantener la conectividad del transporte de mercancías y de pasajeros por carretera, siempre que el Reino Unido ofrezca lo mismo a los transportistas comunitarios.
También propone medidas de contingencia para la pesca, precisamente uno de los puntos conflictivos en la negociación del futuro acuerdo, junto a la paridad regulatoria en aspectos como la normativa medioambiental o laboral, y la gobernanza del propio acuerdo. Dada la sensibilidad de este punto para los europeos, sobre todo para países como Francia, la Comisión ofrece mantener el acceso recíproco a las aguas pesqueras hasta diciembre de 2021, o hasta que se firme un acuerdo pesquero bilateral si sucede antes.
Estos planes de contingencia, que deben ser validados por el Parlamento Europeo, se suman a las casi 90 notas informativas que la Comisión ha publicado para que sectores económicos específicos se preparen al corte de amarras definitivo sin acuerdo. La Comisión además también ofreció un año y medio extra, tras el 1 de enero, para poder seguir accediendo al sector crucial de las entidades de contraparte central (CCP, por sus siglas en inglés), casi totalmente monopolizadas en la City de Londres. Sin este reconocimiento comunitario, se agitarían los cimientos del mercado de derivados, y el riesgo de un terremoto financiero sería mayúsculo.
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