Economía

Las mujeres trabajadoras de EEUU se llevan la peor parte de la crisis

  • La recuperación salarial es claramente más lenta en mujeres que hombres
  • Muchas madres trabajadoras, abocadas a abandonar el mercado laboral
Foto: Dreamstime

La magnitud de la crisis provocada por el coronavirus entre la clase trabajadora de EEUU la da el dato de que uno de cada tres trabajadores estadounidenses a tiempo completo ha sufrido un recorte salarial en lo que va de 2020. Si la cifra ya evidencia los nocivos efectos de la pandemia, dentro de la misma se incluye una lectura aún más devastadora: aunque la mitad de estos trabajadores admite que meses después ha recuperado la totalidad de su sueldo, el porcentaje de mujeres que lo ha conseguido (un 44%) es notoriamente inferior al de hombres (un 52%) pese a que los recortes impactaron en ambos sexos por igual.

Así se desprende de un estudio publicado por MagnifyMoney tras encuestar a 984 trabajadores a comienzos de septiembre. El sondeo incluye otras variables que constatan el agravio que sufren las trabajadores norteamericanas por razón de sexo: si en el caso de los recortes salariales la recuperación es más lenta para las mujeres, en el lado opuesto, el de los aumentos de sueldo y los ascensos, el saldo para ellas también es desfavorable.

Si la mitad de los trabajadores encuestados reconoce que en lo que va de año ha recibido un aumento salarial, el porcentaje de hombre beneficiados rebasa al de mujeres en 10 puntos porcentuales: un 58% frente a un 48%. Otro tanto ocurre con las promociones internas: un 54% de los hombres experimentaron un ascenso frente al 42% de los mujeres.

Todos estos porcentajes ahondan en una tendencia que se ha visto intensificada durante la pandemia: las trabajadoras norteamericanas se han visto abocadas a cambiar de trabajo o a dejar directamente el mercado laboral. Al hecho de que la recuperación salarial está siendo más lenta en su caso se unen otros factores como su papel vertebrador del hogar. Las madres tienen tres veces más probabilidades que los padres de ser responsables de la mayoría de las tareas domésticas y del cuidado de los niños -algo que se ha acusado durante la pandemia- y el doble de probabilidades de sentir que su desempeño laboral es juzgado negativamente debido a sus responsabilidad.

Esta dinámica en la que se espera que las mujeres abandonen su trabajo para cuidar el hogar y luego se las penalice con un salario menor puede obligarlas a abandonar el mercado laboral por completo. En un hogar con hombre y mujer, si el salario reducido de una madre no se restablece mientras el del padre se mantiene estable o aumenta, "puede que ya no tenga sentido financiero para la mujer trabajar", resume de forma dramática a CNBC Matt Schulz, analista jefe de crédito en LendingTree. Por otro lado, con estas consideraciones, es más probable que las madres y no los padres pacten horarios reducidos permanentes con su empleador y acepten los recortes salariales aparejados a esa decisión.

Un informe publicado Lean In y McKinsey & Company en septiembre ya se hizo eco de que una de cada cuatro mujeres estaba considerando cambiar de trabajo o dejar el mercado laboral debido al impacto del covid-19. Igualmente, entre febrero y noviembre de este año, han sido 2,2 millones las mujeres que han abandonado la fuerza laboral, según un análisis del Centro Nacional de Leyes de la Mujer.

Asimismo, los trabajos ocupados de manera mayoritaria por mujeres jóvenes, negras y latinas se encuentran entre los de una recuperación salarial más lenta, lo que puede obligar a más trabajadoras vulnerables a abandonar el mercado en los próximos meses.

"Vemos una brecha de género en prácticamente todos los estudios que hacemos", zanja con crudeza Schulz. "La verdad es que las mujeres tienen muchos vientos en contra, y esta crisis económica en particular es solo otro más".

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