El Banco Central Europeo extenderá su programa de compra de bonos pandémicos (PEPP por sus siglas en inglés) hasta mediados de 2022, según han revelado altos cargos de la entidad a la agencia financiera Bloomberg. El BCE tiene espacio para tomar medidas drásticas siempre y cuando la deflación siga amenazando al euro.
Varios miembros del Consejo de Gobierno apoyarían una extensión de 12 meses, incluso aquellos que en un principio hubieran preferido extender el programa solo durante seis meses más, según han revelado las fuentes a Bloomberg. Esta sería una forma también de calmar el rally del euro.
Tal movimiento superaría las expectativas del mercado con creces. Los economistas encuestados por Bloomberg esta semana creen que las medidas de crisis, destinadas a mantener el precio del dinero por los suelos para ayudar a la economía de la zona del euro se extenderían seis meses hasta finales de 2021 y se ampliarán en 500.000 millones de euros hasta un paquete total de 1,85 billones de euros. La decisión está programada para el 10 de diciembre.
Todavía existe la posibilidad de que no se llegue a este acuerdo, y algunos responsables políticos están preocupados de que llevar el programa hasta 2022 implica hacer suposiciones injustificadas sobre la economía pospandémica. La presidenta Christine Lagarde puede tener dificultades para alcanzar la unanimidad en el consejo de 25 personas, según han revelado algunos de los funcionarios.
Los miembros del Consejo de Gobierno también se están preparando para la discusión sobre el tamaño del programa de bonos. Varios quieren que el aumento no supere los 500.000 millones de euros, pero Lane, el economista jefe del BCE, está buscando un aumento mayor.
¿Qué dicen los expertos?
Los expertos de Bloomberg Economics aseguran que "anticipamos una extensión de seis meses hasta finales de 2021, pero una extensión de nueve o 12 meses es una posibilidad".
El debate sobre el estímulo gira en torno a cuándo se puede considerar el final de la 'fase de crisis' de la pandemia, por lo que las medidas de emergencia pueden dar paso a herramientas más convencionales. Ese es el término que los expertos del BCE han utilizado para justificar el poder y la flexibilidad excepcionales del programa de compra de bonos por valor de 1,35 billones de euros.
Aunque muchos están de acuerdo en que deberán seguir brindando apoyo a la economía después del lanzamiento de las vacunas contra el coronavirus, el impacto directo de la pandemia en la economía se desvanecerá. El estímulo de emergencia del BCE tiene la intención explícita de ser temporal porque anula las restricciones de programas anteriores que tenían como objetivo evitar infringir la ley de los tratados europeos.
Los miembros del Consejo de Gobierno parecen estar aceptando que el próximo año puede ser demasiado pronto para decidir con certeza cuánto tiempo debe ejecutarse el programa, y están dispuestos a extenderlo para evitar que la incertidumbre se cierne sobre la economía.