La idea de conseguir una garantía de depósitos común para los bancos de la eurozona (EDIS, por sus siglas en inglés) está a medio camino entre un proyecto zombie y una criatura legendaria. La iniciativa, que nació en 2012 al sentar las bases de la unión bancaria, encalla no solo en el nivel político, sino también en las discusiones técnicas, donde terminó desterrada para buscar una solución.
España es uno de los países que más ha empujado por darle vida a EDIS. Tras meses de discusiones, interrumpidas parcialmente por la pandemia, los Estados miembros continúan divididos en todos los frentes, según resume un documento de la presidencia alemana del Consejo que resume el estado del debate, y al que tuvo acceso elEconomista.
Esta garantía común para los depósitos de hasta 100.000 euros de los europeos nació para romper el vínculo entre riesgo soberano y la banca, que tantos problemas causó durante la pasada crisis. La propuesta no termina de despegar, precisamente, por la oposición de Alemania a cargar con los riesgos de la banca de los socios periféricos. Berlín ha continuado sin dar su brazo a torcer incluso cuando el nivel de créditos morosos en Europa bajó a niveles aceptables (por debajo del 4% de los préstamos totales) para empezar con la mutualización de los riesgos, según la Comisión Europea.
Hace un año, el ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz, dejó la puerta abierta a EDIS si se consideraban otros aspectos al mismo tiempo, como revisar el tratamiento de la deuda soberana en los balances bancarios. Una propuesta que hizo saltar las alarmas en Italia y España, ya que implicaba terminar con el riesgo cero que siempre ha tenido esta deuda desde el punto de vista prudencial.
El Eurogrupo tomará el pulso a los avances logrados en las discusiones técnicas este lunes, de cara a preparar la discusión de los líderes a mediados de este mes sobre la unión bancaria en la cumbre de la eurozona. Sin embargo, los obstáculos para lanzar EDIS son tales que el mensaje que se espera que salga del encuentro de los ministros de Finanzas y de los líderes es, sencillamente, seguir trabajando en la propuesta, según comenta un alto cargo europeo.
Austria propuso en 2018 una "solución híbrida" menos ambiciosa que la mutualización completa de depósitos
"Se necesita aun un enorme trabajo técnico", añade la misma fuente, explicando que no se está cerca aun de la discusión política. No obstante, valora el progreso realizado durante los pasados meses para entender las diferentes opciones sobre la mesa.
Para intentar desbloquear el debate, y sobre todo la oposición alemana, Austria propuso en 2018 una "solución híbrida" menos ambiciosa que la mutualización completa de depósitos. Con ella, se crearía un fondo central que daría liquidez a los sistemas de garantías nacionales una vez que hubieran agotado sus fondos.
Nuevos debates
Esta propuesta sin embargo ha abierto nuevos debates sobre su diseño, sin resolver el problema de fondo. "Algunos Estados miembros señalaron que el modelo híbrido solo podría ser una etapa intermedia en el camino hacia el establecimiento de un EDIS completo (con una cobertura de pérdidas del 100%). Otros Estados miembros argumentaron que el modelo híbrido no debería implicar ninguna mutualización o el reparto de pérdidas debería estar sujeto a condiciones claras o decisiones políticas", resume el documento de la presidencia alemana.
La unión bancaria sí avanzará en otra de sus patas pendientes, aunque no del mismo calibre. Se espera que el Eurogrupo apruebe este lunes la red de seguridad ('backstop') para el fondo de resolución bancaria. Se trata de permitir al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) acudir al rescate del fondo cuando se agote y sea necesario resolver un banco. Su bendición llegará junto al aprobado de la actualización del tratado del MEDE para hacerlo más operativo, que Italia ha bloqueado durante un año. Sin embargo, aun tendrá que sortear la ratificación en los parlamentos nacionales el próximo año, y aun podría descarrilar en la cámara italiana.