Economía

La ajustadísima carrera entre Trump y Biden pone en jaque la recuperación económica en EEUU

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Lejos de tener una hoja de ruta clara, las elecciones en Estados Unidos dejan la coyuntura económica en vilo a la espera de conocer los resultados definitivos en Nevada, Wisconsin, Georgia, Carolina del Norte y Michigan. Pensilvania, que sigue erigiéndose como uno de los bastiones clave, podría tardar incluso un par de días en ofrecer un veredicto final, a expensas de potenciales litigios en ciernes. Siga aquí minuto a minuto las últimas noticias sobre las elecciones EEUU.

"Es probable que los mercados se centren en los votos y las demandas judiciales en lugar de los anuncios de cualquiera de los candidatos" estima Paul Donovan, economista jefe de UBS. "Los resultados electorales hasta ahora indican una polarización continua de la política estadounidense. Eso es preocupante a largo plazo", añade. Es importante recordar como en el 2000 la incertidumbre por conocer quién fue el presidente llevó al mercado a caer durante las jornadas posteriores.

A corto plazo la atención se centra en la política fiscal. Un estímulo fiscal de finales de este año sería plausible si el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es reelegido, pero cuenta con menos probabilidades si el exvicepresidente demócrata, Joe Biden, acaba por ocupar la Casa Blanca. La escala de dicho paquete dependerá de la composición del Capitolio, donde el bloqueo legislativo está garantizado.

Para Didier Saint-Georges, managing director y miembro del Comité de Inversiones Estratégicas de Carmignac, esto supone "un delicado equilibrio entre un crecimiento económico presionado por el impacto económico de gestionar los riesgos derivados de la pandemia, cierto grado de estímulo fiscal, el apoyo imperativo de la política de los bancos centrales y la esperanza de una vacuna efectiva contra el virus en algún momento del próximo año".

En estos momentos, a la espera de seguir conociendo el goteo de resultados, los demócratas mantendrán su mayoría en la Cámara de Representantes pero los republicanos extienden su presencia hasta algo más de 200 escaños, lo que perfila al partido como una minoría mucho más influyente independientemente de quien gane la Casa Blanca.

El camino de los demócratas hacia una mayoría en el Senado se ha reducido drásticamente. El líder de la Cámara Alta, el republicano Mitch McConnell, fue reelegido en Kentucky, su homólogo en Carolina del Sur, Lindsey Graham, también salvó la jornada así como Steve Daines en Montana. En Carolina del Norte, el senador republicano Thom Tillis cuenta con una ventaja en estos momentos al igual que David Perdue en Georgia. La senadora republicana, Susan Collins está muy por delante en Maine y Joni Ernst, senadora de Iowa, ganó su candidatura para un segundo mandato.

"Un Senado republicano parece un gran obstáculo para un gasto gubernamental muy expansivo dado el tono de las negociaciones recientes. Los mercados están claramente preocupados por el potencial de crecimiento a más largo plazo", indica en una nota a sus clientes Oliver Blackbourn, gestor del equipo de Multi-Activos en Janus Henderson. Antes de la jornada electoral, la posibilidad de una barrida demócrata hacía pensar al mercado que Biden y su partido aprobarían un descomunal estímulo para EEUU.

En estos momentos, la principal lectura de la carrera presidencial estadounidense pone de manifiesto que la barrida demócrata se ha derrumbado y no llegará a materializarse. Por lo tanto, más allá de la incertidumbre a corto plazo sobre el ganador real de las elecciones presidenciales, que fácilmente podría conducir a desafíos legales y a un flujo de noticias caótico, es probable que el mercado tenga que seguir lidiando con el mismo panorama complejo que hemos visto recientemente.

"Todavía es posible que los demócratas terminen ganando la Casa Blanca y, con el voto de desempate de Kamala Harris en el Senado, el control de ambas Cámaras del Congreso. Pero incluso en ese escenario, las esperanzas de un importante acuerdo fiscal posterior a las elecciones, junto con gran parte de la agenda económica más amplia de Biden, pueden estar muertas legislativamente hablando", destaca Andrew Hunter, economista de Capital Economics.

Incertidumbre para el mercado

El periodo que se abre ahora, tras las elecciones en EEUU, no va a estar exento de incertidumbre. Los mercados van a tener que esperar para ver qué rumbo toma la política económica del país, lo cual puede generar un periodo de volatilidad, sin una dirección clara para los mercados.

Desde DWS creen que este periodo se mantendrá, al menos hasta el año que viene, cuando empezará a haber más pistas sobre las políticas que podría adoptar la nueva administración, sea cual sea, para los próximos años. Hay que recordar que el mandato del actual presidente estadounidense termina el 20 de enero de 2021.

"Todavía es demasiado pronto para una evaluación final y no pondríamos demasiado énfasis en las reacciones tempranas del mercado", explican desde la gestora de Deutsche Bank. "Es probable que los inversores no obtengan una imagen clara de las prioridades de la nueva administración, lo que quiere hacer y lo que puede hacer, hasta la primera mitad de 2021", señalan.

Una de las consecuencias que empiezan a barajar los analistas por la división electoral en estas elecciones es que la Reserva Federal estadounidense (Fed) se vea obligada a cargar sobre sus hombros una mayor responsabilidad para impulsar la recuperación.

Si finalmente es más complicado que haya un acuerdo para lanzar estímulos a la economía por parte de los legisladores, parece que la Fed tendrá que dar un paso al frente. "Que los estímulos fiscales sean más complicados de ejecutar significa que, en caso de que la economía estadounidense vuelva a frenar, y es probable que haya una ola de Covid en invierno, recaerá sobre la política monetaria el volver a dar apoyo", explica Jim Leaviss, responsable de inversiones en renta fija pública de M&G.

El experto se aventura a destacar algunas posibles medidas que podría plantearse la Fed, que ya se han valorado durante los últimos meses. "Más compras de deuda (QE), recortes de tipos, e incluso el control de la curva de interés podrían entrar al juego", señala el experto.

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