La pandemia del coronavirus ha acelerado un importante cambio cultural y económico en Estados Unidos, obligando a millones de jóvenes adultos a regresar a casa de sus padres. La proporción de jóvenes de entre 18 y 29 años, donde se incluyen a la Generación Z y los Millennials más tardíos, que se han visto obligados a volver al núcleo familiar alcanzó el 52% el pasado verano, el mayor nivel desde la Gran Depresión, según datos del Pew Research Center.
Previamente, el valor más alto se registró en el censo de 1940, cuando el 48% de los adultos jóvenes vivían con sus padres, aunque este porcentaje seguramente fue mayor durante los años previos, de los que no existe registro. El pasado mes de julio, de acuerdo al Pew Research Center, alrededor de 26,6 millones habitaban la casa de sus progenitores, más de diez veces más que en febrero.
Una dinámica que ya comenzó a despuntar tras el azote de la crisis financiera de 2008, que obligó a muchos Millennials, aquellos nacidos entre 1981 y 1996, a romper con la tradición de abandonar definitivamente el hogar familiar y ganar independencia financiera nada más comenzar la universidad. De hecho, según señala Jim Reid, economista jefe de Deutsche Bank, en los últimos 15 años, el porcentaje de personas de 25 a 34 años que viven con sus padres "se ha disparado" a este lado del Atlántico hasta superar el 17%.
Sin embargo, el Covid-19, que ha infectado ya a más de 7,6 millones de estadounidenses y se ha cobrado la vida de casi 213.000 personas en el país, se ha convertido en el golpe de gracia que incrementa la brecha generacional, con importantes consecuencias no solo económicas sino también políticas. Según los datos más recientes publicados la semana pasada por la Reserva Federal, los Millennials controlan solo el 4,6% de la riqueza en EEUU a pesar de constituir ya la mayor parte de la fuerza laboral, con alrededor de 72 millones de personas.
Si bien no es inusual que los más jóvenes acumulen un patrimonio más reducido que sus mayores, este grupo en particular está muy por detrás de las generaciones anteriores cuando contaban con la misma edad, según revelan los datos de la Fed. En los mismos se observa como durante la primera mitad de 2020, la Generación X (1965-1980) englobaban el 25,2% de fortuna estadounidense mientras los Baby Boomers (1946-1964) defendían su liderazgo al controlar el 53,2%.
De esta forma, los Millennials acumulaban hasta finales del segundo trimestre de 2020 un patrimonio aproximado de 5,19 billones de dólares mientras la Generación X casi multiplica por seis dicho nivel hasta los 28,52 billones de dólares. Los Baby Boomers controlan cerca de 59,56 billones de dólares y los nacidos antes de 1946 alrededor de 18,78 billones de dólares.
"Si el ritmo de recuperación no se mantiene, pasarán muchos meses antes de que el número de jóvenes adultos en casa de sus padres vuelva a los niveles normales, especialmente entre los que han perdido su empleo", explica Jeff Tucker, economista de la inmobiliaria Zillow. Para Tucker, un revés prolongado retrasará el camino hacia la independencia financiera a muchos miembros de la Generación Z al igual que ocurrió con los Millennials hace casi 13 años. No obstante, estos últimos se postulan como los más perjudicados por la debacle actual.
Según el Pew Research Center, el 35% de los estadounidenses entre 18 y 29 años, y el 30% de los que tienen entre 30 y 49 años dicen que ellos, o algún miembro de su hogar, ha perdido su trabajo. Los datos de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por sus siglas en inglés) también indican que entre los parados, los Millennials se enfrentan a períodos más prolongados de desempleo.
Esta situación también puede tener consecuencias políticas. Para el economista jefe de Deutsche Bank, en algún momento, la generación joven de votantes que se queda económicamente atrás superará a los que se han beneficiado de las condiciones financieras favorables que se han consolidado antes del revés de la pandemia. "Cuando esto ocurra o esté más cerca, la posibilidad de un cambio sísmico en la política será mucho más probable", avisa.
De esta forma destacan como durante la próxima década, la Generación Z y los Millennials más jóvenes se convertirá en una fuerza electoral cada vez más poderosa, especialmente si sigue rezagada por el impacto de la pandemia. En EEUU, dicho cruce intergeneracional ocurrirá incluso antes. "Nunca antes el voto ha estado tan polarizado por la edad, por lo que el peso cada vez mayor de los Millennials y los votantes más jóvenes en los próximos años tendrá un impacto masivo en la política global y descarrilará el status quo", apostilla Reid.
Desde la Brookings Institution coinciden en destacar como los jóvenes podrían ejercer un poder político significativo. Tanto los Millennials como algunos miembros de la Generación Z comprenden ya el 37% de los votantes en EEUU, aproximadamente la misma proporción del electorado que componen los baby boomers y generaciones previas.
Los confinamientos perjudicaron más a los jóvenes que al resto de la población
La pandemia de COVID-19 ha demostrado que las restricciones gubernamentales logran reducir las infecciones, según confirmó el FMI en un capítulo de su próxima edición de Perspectivas de la Economía Mundial, pero también contribuyeron a la recesión y golpearon con especial fuerza a los grupos de población más vulnerables, como las mujeres y los jóvenes. De esta forma la institución señala que los confinamientos redujeron más bruscamente la movilidad de los jóvenes de entre 18 y 44 años, con hijos de menor edad afectados por los cierres de escuelas y a menudo con contratos de trabajo temporales con más probabilidades de ser rescindidos durante una crisis. También frenaron más drásticamente la movilidad de mujeres, que soportan una mayor carga en el cuidado de los niños. Para evitar una mayor desigualdad duradera, los responsables políticos deberían reforzar las prestaciones por desempleo y ofrecer permisos remunerados a los padres, según el Fondo.