
Los líderes europeos se encontrarán de nuevo el jueves y el viernes en Bruselas en una cumbre con unas conclusiones centradas en la política económica e industrial, pero una agenda que ha terminado dominada por las relaciones exteriores, sobre todo con China y Turquía.
La última cumbre de julio alumbró el histórico fondo de recuperación de 750.000 millones de euros y el presupuesto plurianual comunitario de 1,1 billones de euros. Ahora los Estados miembros llegan en un clima de vetos, bloqueos y tensiones, como volvió a alertar este miércoles Alemania, que preside este semestre el Consejo (que agrupa a los países).
"Mi preocupación ha crecido de que con el acalorado debate sobre el mecanismo del Estado de Derecho dentro de la UE, nos encontramos cada vez más con un bloqueo en las negociaciones presupuestarias generales", señaló el embajador alemán Michael Clauß. Por eso, el diplomático añadió que considera "muy probablemente inevitable" que a finalización de las negociaciones del paquete presupuestario se retrasen más allá del 1 de enero, lo que podría posponer la llegada de la ayuda a España y el resto de socios al segundo semestre de 2021.
El Consejo aprobó por mayoría cualificada la propuesta alemana sobre la condicionalidad del Estado de Derecho, que hay que cumplir para recibir fondos europeos. Pero dejó mal sabor de boca entre los nórdicos y los Frugales, liderados por Holanda, para quienes se queda corta, y tampoco gustó a los infractores, Hungría y Polonia. Si el texto final que ahora se negociará con el Parlamento Europeo no satisface a uno y otro bando, con intereses encontrados, tanto holandeses como húngaros ya han dicho que sus parlamentos no aprobarán la ampliación del techo presupuestario. Un procedimiento para el que se requiere la unanimidad de los 27, y necesario para que la Comisión Europea pueda pedir prestados los 750.000 millones del fondo de recuperación.
Reforzar la soberanía
Con este telón de fondo, los líderes discutirán este jueves precisamente cómo reforzar la soberanía europea, concepto por el que lleva empujando la Francia de Emmanuel Macron desde que llegara al poder en 2017. La necesidad de apuntalar la autonomía estratégica de la UE ha cobrado aún más urgencia durante la pandemia del covid-19, dada la dependencia europea en áreas fundamentales del sector médico, farmacéutico o tecnológico.
El bloque de las economías más pequeñas y aperturistas (como Holanda, los nórdicos y los bálticos), apuntan no obstante que esta autonomía estratégica no debe llevar a prácticas proteccionistas. Por eso, el viernes los líderes intentarán perfilar mejor qué quiere decir este concepto, al ser aplicado a campos como la política de competencia, industrial o de innovación.
Los 27 también volverán a insistir en la necesidad de equilibrar la relación comercial y económica con China, un punto en el que la unanimidad es sólida. Más complicado será que lleguen a una posición común para lidiar con Turquía, que ha subido la temperatura en el Mediterráneo oriental. Francia forma parte de los 'duros', con griegos o chipriotas, mientras que Alemania lidera el bloque de los pragmáticos. Las sanciones a Bielorrusia y una breve discusión sobre la relación futura con el Reino Unido también se colarán en el menú de la cumbre.