Economía

Diez razones que explican por qué el virus se ha descontrolado en Madrid

  • La falta de recursos deja al desnudo la fuerza de las administraciones regionales
  • El Gobierno respondió a Sol hasta esta semana, a pesar de las llamadas de auxilo
  • Ha faltado una trazabilidad adelantada y controles en las fronteras
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Foto: Efe.
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La segunda oleada del covid-19 ha pillado prácticamente desprevenida a la Comunidad de Madrid por múltiples razones: unas de ellas atribuidas a errores en la gestión, y otras tantas, y no menos importantes, a factores externos, como la falta de respuesta del Gobierno de Pedro Sánchez. En cualquier caso, razones que han acabado afectando de manera considerable en la evolución de una pandemia. Se trata de un virus que no solo ha rebrotado en Madrid. Otras Comunidades Autónomas, y grandes ciudades de todo signo político están viendo cómo se colapsan las camas de sus UCIS, superando en porcentaje relativo al número de habitantes a la región madrileña. Sin embargo, no abren telediarios, como sí lo hace Madrid, extendiendo este viernes las restricciones a otras zonas, mientras el ministro Salvador Illa pisa los talones a Ayuso, le reclama determinación, y le recomienda, solo a ella, que cierre toda la ciudad de Madrid. Pero, ¿qué tiene esta Comunidad que la ha convertido en un punto tan vulnerable?

Al menos diez causas podrían explicar cómo la situación se ha descontrolado de agosto a septiembre, una vez que Aragón y Cataluña ya estaban mandando señales del preocupante y rápido número de contagios y de sus consecuencias. Más allá de las razones políticas, en sus características poblaciones, número de habitantes, gran movilidad y, en la posición geográfica y de capitalidad se encuentran la raíz.

Placaje de Moncloa

Sanitarios y expertos venían advirtiendo a la Comunidad. El virus no se había ido de Madrid. Este verano, seguían las hospitalizaciones, los contagios, y aunque monitorizado, el goteo no ha tenido fin. Más al contrario. Sin embargo, en el pensamiento colectivo, con un presidente tres semanas de vacaciones e invitando a los españoles a sentarse en las terrazas, ha cundido la convicción de que, más allá de rebrotes puntuales, la segunda oleada no llegaría antes de octubre o noviembre. Eso ha relajado a responsables políticos nacionales y autonómicos -a unos más que a otros-. Y también a la población general. Al tiempo, el Gobierno de Sánchez ha ido arremetiendo contra la gestión de Ayuso en cada unas las ocasiones que tenía, como si Sánchez fuera adalid de la excelencia en gestiones. El presidente y los suyos (Iglesias, Lastra, Calvo y Ábalos, entre otros) atacaron políticamente a Ayuso en la primera oleada, en la desescalada, en la nueva normalidad, y ahora día, tras día, a pesar del abrazo virtual de Sol de este lunes. El último desacuerdo de Illa y Ayuso no parece un buen comienzo de cogobernanza, después de varias cartas por parte de Sol reclamando la ayuda de Moncloa.

Esto ha sucedido con un sistema autonómico que no funcionara para situaciones de esta gravedad, con limitación de recursos económicos y legales para una administración regional, y en una atmósfera política donde la falta de coordinación y de estrategia comunicativa ha brillado por su ausencia en el Gobierno de Ayuso, denotando serias discrepancias entre populares y ciudadanos.

El episodio del patinazo de Antonio Zapatero, adelantando confinamientos selectivos, subrayó ese caos comunicativo. El viceconsejero metió la pata, con un decalaje entre intenciones, órdenes y actuaciones. Pero fue aun peor el remate de esta faena, con la ya célebre 'escapada' de Ignacio Aguado, portavoz del Gobierno, además de vicepresidente de la Comunidad. El portavoz se negó a comparecer ante los medios tras el traspié de Zapatero. Y ese episodio alimentó la escasa empatía del Gobierno, la discrepancia en los mensajes, además de engordar la improvisación, hasta que el consejero de Justicia, Enrique López, hizo unas declaraciones esa misma noche, y el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, grabó un vídeo intentando rebajar ambos el miedo y el enfado que el director del Hospital de campaña de Ifema inoculó aquel día.

La consecuencia de tanto caos ha dado lugar a un nuevo nombramiento, el de Sandra Fernández al frente de la dirección de la Comunicación de Sol. Además del problema de la comunicación institucional, con la pandemia, la Consejería de Sanidad de la Comunidad se ha convertido en otro foco informativo.

Dicen algunos detractores de la presidenta que Ruiz Escudero no era de su confianza, y que le fue impuesto como consejero desde Génova. Y eso explicaría una cadena de destituciones, dimisiones, y el nombramiento de Antonio Zapatero como viceconsejero, prácticamente para gestionar el covid-19 en Madrid y despachando a solas con Díaz Ayuso.

Pero fuentes de la consejería y del entorno de la presidenta niegan la mayor. Recuerdan que Zapatero llegó de la mano de Ruiz Escudero, y que el consejero le ha integrado en todas las reuniones como un consejero más. Claro que hay otras personas que señalan de Zapatero, que sabedor de su conocimiento y experiencia, le gusta hacerlo notar.

Una amenaza permanente

El Ejecutivo de Ayuso soporta desde el día uno de la pandemia la amenaza permanente de una moción de censura propiciada por la izquierda abanderada por el PSOE en la Asamblea y por Más Madrid. También aderezada por posibles tránsfugas dentro de Ciudadanos, y con la guinda del delegado del Gobierno -y al mismo tiempo secretario general del PSOE en Madrid- José Manuel Franco.

A pesar de su posición institucional, Franco no ha cesado de animar campañas y manifestaciones contra la presidenta regional. A día de hoy, esta presión sigue ahí. Tanto que el PSOE ha tenido que rectificar y negar ahora que acudirá a la manifestación contra ella este fin de semana, una corrección que se ha producido tras una llamada de las altas instancias, dada la complicada situación que vive ahora mismo Madrid. Y aún más, teniendo en cuenta las terribles consecuencias que tuvo la manifestación del 8-M.

En estas cuitas, a la Comunidad le ha pillado otro toro: el de un número suficiente de rastreadores una vez que el virus se vuelve a descontrolar en agosto y septiembre. Los expertos aseguran que una trazabilidad desde el estado de alarma habría evitado la magnitud del momento. A este respecto, Defensa aportará 7.500 militares para algunas de estas labores. El otro gran problema es la escasez de médicos de Atención Primara en Madrid.

La Atención Primaria

La Atención Primaria es una de los principales deficiencias de la Comunidad de Madrid. En múltiples ocasiones la presidenta Isabel Díaz Ayuso lo ha reconocido. En Madrid no se encuentran médicos. De ahí que se haya pedido al Gobierno que se puedan contratar profesionales extracomunitarios.

Desde la Comunidad se admite que hay que dar un impulso a la Atención Primaria, que los sueldos tienen que ser mejores, y que hay que convertirla en un lugar atractivo de trabajo para que los médicos no salgan huyendo de aquí a los hospitales.

Pero ha sido casi a mediados de septiembre cuando la administración regional ha dado luz verde a una partida de 80 millones de euros para este cometido. El gran desembolso se ha demorado -sostienen fuentes políticas consultadas-, y eso ha hecho que se llegue, en parte, tarde a la respuesta del coronavirus en Madrid. Se podría haber hecho con más rapidez, sostienen a eE.

Asintomáticos fuera de casa

Sin la reserva estratégica nacional a punto, como tantas veces prometió el Gobierno de Pedro Sánchez, las pruebas de PCR también han llegado tarde para adelantarse a la explosión que el virus ha tenido en el mes de agosto. Madrid está haciendo muchos PCR, pero a lo mejor la medida ha llegado algo tarde. Los factores externos están estrechamente ligados a esta casuística. La falta de PCR en los aeropuertos y estaciones de tren o fronteras guarda relación con esa segunda explosión del virus. Resulta paradójico que para entrar a España no haya controles, y que un español que llegue a Italia allí se vea obligado a hacérselo. Solo por el aeropuerto de Madrid Barajas se calcula que más de 800 personas podrían haber entrado con el virus y haber contagiado durante su estancia en el país. A esta falta de controles en España -lo que persiste en aeropuertos y estaciones-, y a su tardanza, hay que añadir la irresponsabilidad y la falta de civismo de algunos de los contagiados , especialmente entre los asintomáticos que se saltan la cuarentena, a sabiendas de que son supercontagiadores.

Pero también es cierto que, en muchas ocasiones, la cobertura económica no les deja otra salida. Y ante eso, las administraciones no han estado a la altura ni tampoco han sabido adelantarse a esa posibilidad, anclados en el eslogan de que habíamos ganado la batalla al virus.

Las 10 razones

1 - La bronca con Moncloa. Aunque Illa dio este viernes sus recomendaciones, hasta ahora, Moncloa ha ingnorado durante meses las peticiones de auxilio a una comunidad donde cruza toda España.

2 - Mala estrategia comunicativa. El Gobierno de coalición no se puede poner medallas en cuanto a comunicación se refiere. Especialmente este verano, con lagunas enormes y ausencias notables como la del portavoz Ignacio Aguado.

3 - Los nombramientos de la Consejería de Sanidad. Ayuso ha tenido que hacer frente a una serie de destituciones y dimisiones y a nombramientos rápidos para salvar una crisis, con los efectos colaterales que eso tiene.

4 - Una segunda oleada adelantada en las previsiones. Aunque los sanitarios venían advirtiendo de la continuidad de casos, ha habido una relajación creyendo que esta ola llegaría a finales de otoño.

5 - Permanente amenaza de moción de censura. El Gobierno de Madrid ha tenido que trabajar todo este tiempo con la permanente amenaza de una moción por parte de la izquierda. En esa ecuación solo falta Cs.

6 - Rastreadores. El número de rastreadores y su contratación ha sido uno de los puntos polémicos de este verano. Para las dimensiones de Madrid, dicen los expertos, el número tendría que ser mayor.

7 - Atención Primaria escasa. El Gobierno de Madrid ha tenido que trabajar todo este tiempo con la permanente amenaza de una moción por parte de la izquierda.

8 - PCR tardíos. Madrid ha sido avanzadilla en la lucha contra el Covid. Fue la primera comunidad que cerró colegios, compró mascarillas para los ciudadanos, pero en los cribados, los mayores, ha llegado como todas las CCAA tarde.

9 - Tardía respuesta económica. La mejora de la Atención Primaria, una de los principales exigencias de los sanitarios, habría necesitado de mayor diligencia para poner en funcionamiento esa partida que ahora subsanará la falta de médicos.

10 - Falta de civismo. Las quejas recaen siempre sobre los políticos, pero los ciudadanos son también responsables en seguir las recomendaciones, sobre todo después de una PCR.

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