El alcalde Joan Ribó confirmó este miércoles una noticia asumida por los valencianos desde hace semanas: la ciudad no celebrará su fiesta grande en el presente 2020. Será un año sin Fallas -algo que no ocurría desde la Guerra Civil- tras el intento fallido de aplazarlas a verano.
Así lo confirmó el propio dirigente. Lo hizo con un extraño eufemismo: el de anunciar "el aplazamiento de las Fallas 2020 a marzo de 2021 por la crisis del Covid-19". El dirigente hizo el anuncio en una rueda de prensa junto al presidente de Junta Central Fallera, Carlos Galiana, tras reunirse durante la tarde con artistas falleros y representantes de las comisiones.
Ribó anunció además un plan específico de apoyo a la fiesta, y propuso que las Falleras Mayores nombradas para 2020, Consuelo Llobell y Carla García, ejerzan su mandato en 2021. La suspensión definitiva de la fiesta josefina se suma a la de la Magdalena de Castellón y Les Fogueres de Alicante, ambas confirmadas este martes.
700 millones en pérdidas
La declaración del estado de alarma para contener la expansión del Covid-19 coincidió de pleno con los que iban a ser los días grandes de la ciudad de Valencia. Las pérdidas son incalculables, si bien el presidente valenciano, Ximo Puig, se atrevió entonces con una cifra: 700 millones entre el golpe sufrido por las Fallas y la Magdalena.
Con el objetivo de minimizar las pérdidas, y también para restaurar el "golpe anímico" a los valencianos, el Ayuntamiento no tardó ni 24 horas en anunciar una nueva fecha para celebrarlas tras el anuncio de la suspensión. La intención era hacerlo entre el 15 y el 19 de julio, pero la pandemia ha terminado imponiéndose a las Fallas veraniegas que imaginó Joan Ribó.