Economía

La Comisión, la única salida de Sánchez antes de ir elecciones

  • "El presidente no está en condiciones de imponer nada"
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. Imagen: EFE

El 4 de abril de este año, 18 días después de que se decretara el estado de alarma, la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, tendía la mano al Gobierno proponiendo unos pactos de Reconstrucción Nacional con cuatro puntos: economía, sanidad, políticas sociales y una acción conjunta ante la Unión Europea. Este viernes, Ciudadanos se ha ofrecido a presidir.

Entretanto, los sondeos ya venían marcando la excelente aceptación que la idea de pactos entre las fuerzas políticas tiene entre los españoles. La leyenda de los de la Moncloa de 1977 perdura 44 años después.

Ahora, diez días más tarde de la oferta de Arrimadas, el jefe del Ejecutivo empieza a hablar de grandes pactos, apropiándose la idea de Cs, y rebautizando el Pacto como Mesa de Reconstrucción Social y Económica de España.

"Un pacto así no tiene sentido. Y además, Pablo Iglesias no es Santiago Carrillo"

Los populares nunca han querido entrar en ese pacto, donde partidos como ERC preferían que el PP no participara, y donde un representante de EH Bildu y de la CUP podrían tener el mismo peso que el número de diputados de la formación que representa Pablo Casado. La idea de que, bajo esa plataforma se mutualicen los fallos de la gestión de Sánchez, se refuerce el programa de Gobierno de PSOE-Unidas Podemos y de su socio ERC, y sobre todo, la estética de una Mesa, con el mismo corte extraparlamentario de la del Ejecutivo central y el Govern, ha propiciado que Génova busque otra fórmula para estar en acuerdos puntuales de estado, sin tener la espita de sentarse a negociar con Iglesias y los separatistas. "Un pacto así no tiene sentido. Y además, Pablo Iglesias no es Santiago Carrillo", señalan fuentes del PP a eE.

Este lunes, Sánchez sorprendía a propios y extraños con un cambio de tercio. Decía sí a Casado. Aceptaba la comisión parlamentaria que le proponía, y aparcaba su mesa a la que ya tenía invitados a partidos, instituciones y agentes sociales. Pero donde dije digo, digo Diego.

Fuentes socialistas y fuentes parlamentarias consultadas por elEconomista, subrayan que el cambio de Sánchez se debe a que "el presidente no está en condiciones de imponer nada a un país que se va a acercar a la bancarrota, y por eso ahora necesita al PP –aunque eso implique que las comisiones sean abiertas al público y se vea con claridad, qué medidas proponen mientras Europa no nos quita el ojo de encima-". Asimismo, recalcan otro interlocutor, "Sánchez necesita transmitir que está dispuesto al pacto, cueste lo que cueste, y para ello el PP es imprescindible".

El horizonte

En este tiempo de confinamiento, los populares temen que el dirigente socialista juegue a dilatar la comisión. No tienen muchos elementos para fiarse de él –comentan fuentes del Grupo Popular en el Congreso-. Pero creen que ésta es la única manera de introducir en las comisiones propuestas concretas, escuchar a los expertos, a los agentes sociales y económicos, preguntar a los ministros, o aprobar iniciativas, en las que pueden encontrarse con antiguos socios como el PNV. Recuerdan los de Casado, que hasta ahora, la actitud del PP ha sido leal. Ha apoyado las sucesivas prórrogas del estado de alarma, y ha hecho propuestas, sobre todo en el terreno económico, propuestas que Sánchez escasamente ha llegado a abordar.

El siguiente reto es acordar la presidencia y el reparto de la Mesa de la Comisión

Este martes por la mañana, el PP contactaba con las fuerzas políticas para estudiar el consenso de la comisión, y el miércoles por la tarde lo hacía el PSOE de la mano de Unidas Podemos. Ahora el siguiente reto es acordar la presidencia y el reparto de la Mesa de la Comisión. Los dos principales partidos coinciden en que ésta deber durar dos meses, tras ello ha de haber un dictamen, y también quieren que el voto sea ponderado.

Ahora bien, sin presupuestos a la vista, con los nacionalistas vascos apretando a Pedro Sánchez con sus comicios, las CCAA y ayuntamientos reclamando más ayudas y coordinación, sin horizonte económico y con un paro asolador, la comisión se antoja un acto de fe, o la única salida de Moncloa antes de unas elecciones que pueden estar a la vuelta de la esquina.

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