
El BCE está poniendo toda la carne en el asador para que la liquidez llegue a todos los puntos del Eurosistema. Para que la política del banco central sea más efectivo estudian ahora incluir a la 'banca en la sombra' en las operaciones de mercado abierto, lo que permitiría a esta rama del sector financiero acceder a la barra libre de liquidez y a los programas de estímulos del BCE.
"Los programas de compra de activos pueden ser herramientas de política monetaria más efectivas en economías con grandes sectores financieros no bancarios (banca en la sombra o shadow banking), asegura un documento de trabajo del Banco Central Europeo.
La banca en la sombra es la actividad de intermediación crediticia o financiación realizada por cualquier entidad financiera, infraestructura, plataforma que se encuentra fuera total o parcialmente del circuito bancario tradicional, según la definición de María Abascal, de BBVA Research. Algunos ejemplos podrían ser los vehículos de gestión de inversión colectiva, las titulizaciones, los hedge funds (fondos de inversión apalancados y que intentan obtener beneficios en todos los contextos).
Los economistas del BCE Adrien d'Avernas, Quentin Vandeweyer y Matthieu Darracq Pariès estudian cómo la banca en la sombra afecta a la transmisión de la política monetaria y a los precios de los activos. Proporcionar liquidez a un mercado monetario deteriorado incluye, primero, usar la ventana de descuento y las inyecciones de liquidez, las compras de activos y, por otro lado, intentar llegar a la mayor parte del sistema financiero para que la política monetaria se transmita lo mejor posible.
"Desde la década de 1980, en la mayoría de las economías avanzadas, la importancia de las instituciones financieras no bancarias, como los fondos de inversión y los bróker y gestores de bolsa de valores, han aumentado constantemente", explican estos expertos en el documento.
Este patrón se aplica en particular al sistema financiero de EEUU, pero también en Europa, donde la 'banca en la sombra' se ha convertido en una fuente cada vez más importante de financiación para la economía real durante la última década. Este crecimiento de este tipo de banca supone muchos beneficios en términos de diversificación, pero también podría plantear desafíos de estabilidad financiera, reconocen los propias autores.
"En particular, la falta de acceso de la 'banca en la sombra' a las operaciones de refinanciación de los bancos centrales podría crear nuevos obstáculos en el mecanismo de transmisión de la política monetaria y para el papel de prestamista de última instancia", señala el BCE.
un programa de compra de activos del banco central, comúnmente conocido como expansión cuantitativa (QE), también puede desempeñar un papel clave para aliviar el estrés de liquidez más allá del sector bancario tradicional. "A medida que crecen los sectores financieros no bancarios (banca en la sombra), es probable que estas nuevas herramientas de política monetaria se usen de nuevo y se conviertan en parte del conjunto de herramientas habitual de los bancos centrales, como lo demuestran actualmente las respuestas de la Reserva Federal a la crisis del coronavirus", comentan los economistas del banco central.
A pesar de todo, los propios autores reconocen que el análisis que realizan incompleto: "Aunque enfatiza los beneficios potenciales de proporcionar liquidez a entidades no bancarias, no analiza los costes potenciales de hacerlo. Después de todo, a cambio de su acceso a la liquidez del banco central, los bancos están regulados y controlados continuamente", apuntan.
Por lo tanto, los bancos centrales están en una buena posición para evaluar la calidad de las garantías proporcionadas por los bancos tradicionales, lo que puede no ser cierto para banca en la sombra. "Además, la expectativa de acceso a la liquidez del banco central por parte de agentes no regulados puede generar un riesgo moral y, por lo tanto, generar distorsiones adicionales. Dejamos estos temas importantes para futuras investigaciones", concluyen los analistas del BCE.