Economía

La banca en la sombra puede sepultar la economía de China y salpicar al mundo entero

  • "El crédito genera cada vez menos crecimiento de adicional de PIB"
  • La banca en la sombra está conectada con la banca regulada y el Gobierno

La economía de China es la segunda más importante del mundo, la primera si se analiza en paridad de poder adquisitivo. Por eso, resultan preocupante algunos de los desequilibrios económicos que presenta el país, que podrían dañar seriamente a la economía china y afectar a su vez al resto del mundo. El crecimiento del crédito y del peso de la banca en la sombra en el sector financiero, podría desembocar la próxima crisis financiera en el 'gigante asiático'.

La banca en la sombra está ganando peso en China a un ritmo que preocupa a expertos y agencias de crédito. Aunque su tamaño respecto al PIB de China aún no es alarmante, el crecimiento de los últimos años está alcanzando el 30% por ejercicio, frente al 10% al que lo hace de media en el resto del mundo, según CaixaBank Research.

En un documento titulado 'Los desequilibrios de China y el papel del sector financiero', los economistas del Banco de España (BdE) explican que "la expansión rápida y generalizada del crédito es un terreno propicio para que la eficiencia en la asignación de los recursos disminuya y se creen las condiciones para un repunte futuro de la morosidad". 

La banca en la sombra o shadow banking, está llegando a suponer el 50% de los préstamos bancarios. Esta expansión se ha realizado a través de diferentes instrumentos, pero sobre todo con los préstamos privados los y los productos de gestión de capital (WMP por sus siglas en inglés).

Un banca que lo envuelve todo

Los WMP son "un elemento inquietante a tener en cuenta es que muchos bancos tradicionales, con la ayuda del shadow banking, han reclasificado préstamos, muchos de ellos dudosos, en otros productos financieros que requieren provisiones mucho menores... esta práctica podría generar tensiones importantes en el sistema financiero", destacan los economistas de CaixaBank.

Desde el BdE destacan que estos productos se venden por igual a inversores minoristas (hogares) que mayoristas (sector bancario). Son instrumentos que "suelen tener rentabilidades fijas, por encima del tipo de interés de los depósitos... aunque no están garantizados, los inversores asumen la existencia de garantías implícitas por parte de los bancos, y estos, a su vez, asumen garantías implícitas del Gobierno", comentan los economistas del BdE.

Este tipo de garantías impide que los inversores valoren el riesgo real que están asumiendo al adquirir un producto cuyo activo subyacente puede perder valor. Según datos del Banco de España, los activos subyacentes de los WMP proceden principalmente del sector de la construcción, vivienda e infraestructura. 

El problema es que la banca en la sombra está directamente relacionada con el sector bancario y con el sector público de China. "La exposición directa del sector bancario regulado al sector bancario en la sombra es uno de los aspectos que plantea las mayores dudas sobre el nivel de los riesgos sistémicos de China: los activos bancarios invertidos en el sector bancario en la sombrea representa un 11% del total".

La relación directa entre banca en la sombra, sector bancario regulado y sector público es estrecha. Todos estos agentes tienen en común el ladrillo: "Las medidas implementadas para controlar las salidas de capitales han limitado las posibilidades de inversión en el extranjero, lo que, unido a las reducidas oportunidades de inversión interna, ha generado una excesiva concentración del ahorro de los hogares en el sector inmobiliario... en caso de que se produjera una perturbación negativa en el sector, los riesgos de contagio para la economía china, a través de los canales real y financiero, pueden ser relevantes", reconoce el informe del BdE.

Para concluir, el banco central cree que "si los riesgos que se ciernen sobre China se materializarán, sería muy probable que tuviesen un efecto contagio más allá de las fronteras de ese país". Si la economía de China sufre, la actividad mundial podría verse afectada a través del comercio y del sector financiero. 

Si la economía China sufre una fuerte ralentización tendría que enfrentarse a nuevas fugas de capitales y una presión a la baja sobre el yuan. El Banco Popular de China tendría que luchar contra estos movimientos vendiendo parte de sus reservas (constituidas en gran parte por bonos soberanos de EEUU), "los tipos de interés a largo plazo de EEUU se elevaría con repercusiones a escala global", sentencia el informe.

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