
Con dilatada experiencia en la gestión pública y privada, el viceconsejero de Empleo y Juventud del Gobierno Vasco, Marcos Muro, explica a eE los efectos que sobre esta autonomía está teniendo el coronavirus en la industria y el empleo.
Parece que ha habido una relajación de posiciones entre el lehendakari y el presidente del Gobierno
El lehendakari siempre ha manifestado que está dispuesto a colaborar desde la lealtad institucional. Pero no nos parece de recibo las decisiones unilaterales y saltándose el reparto competencial, como ha sido el caso del cierre total de la actividad productiva. Queremos decisiones consensuadas y teniendo en cuenta las particularidades de cada comunidad autónoma. Nosotros conocemos nuestra demografía, conocemos Euskadi, y que actividades son productivas.
¿Han hablado Iñigo Urkullu y Pedro Sánchez de las consecuencias del parón productivo?
Sí. Y parece que se va a habilitar ese proceso que se ha denominado desescalada, una apertura progresiva de la libertad de movimientos con muchas limitaciones para la concentración de personas para que se pueda recuperar la actividad antes.
¿Antes del 26 de abril?
Sí. Es posible que antes del 26 de abril. De hecho hay alguna empresa no esencial que vuelve a la actividad con el cumplimiento de normativas, prevención, a partir del 13 de abril. Es el caso de Michelín. Pero además hay otras empresas.
¿Qué supone para ustedes el cierre total de la actividad industrial?
En primer lugar hay que hay que hacer una labor de previsión complicada. El cierre de la actividad productiva tiene un impacto enorme en la economía vasca, en los vascos y en las vascas. Nosotros hemos estimado un crecimiento negativo del 3,6% del PIB, lo que quiere decir que generaremos 3.300 millones de euros menos en 2020 con respecto a 2019. Ese cálculo se hizo pensando en un cierre de un mes, desde el 14 de marzo al 14 de abril. Ahora tenemos que ver cómo afecta si finalmente hay una desescalada antes del 26 de abril.
Y, ¿qué efectos puede tener este virus sobre el empleo en Euskadi?
Los efectos serán cualitativos y cuantitativos. Antes del coronavirus, con unas previsiones optimistas pensábamos que en el País Vasco se iban a crear 11.500 nuevos puestos de trabajo en 2020, pero con la pandemia se van a destruir 17.000, que sumados a los 11.500 que ya no se van a crear, la destrucción es de 28.500 puestos de trabajo. Hay que tener en cuenta que según los datos de febrero, en el País Vasco había cerca de 117.000 personas paradas. Pues bien, si los agentes sociales comenzamos a trabajar juntos, pensamos que en 2021 crearemos 15.000 nuevos empleos. Ahora bien, no hay que olvidar que detrás de cada parado hay un drama familiar.
¿Qué ocurre con las políticas activas de empleo en el País Vasco?
Afortunadamente, nosotros tenemos presupuestos gracias al acuerdo de cinco formaciones políticas. Y ahora lo que vamos a hacer es agilizar todas las medidas, simplificar la burocracia y modificar los Presupuestos para combatir las nuevas situaciones que van a surgir tras el fin de la pandemia del coronavirus.
¿Cómo valora que Trabajo haya desviado la cuota que empresas y trabajadores pagan al fondo a la Formación del Empleo, a las prestaciones por desempleo?
Nos hemos enterado de esto vía decretazo. Y es cierto que nuestro sistema se financia con el Concierto Vasco. Pero insistimos. Decisiones unilaterales, ¡no! Colaboración no es imposición. Creemos que ahora toca reforzar las políticas de Formación de Empleo para el día después. Debemos tener las necesidades cubiertas y necesitamos fondos.
¿Cuál es el plan que el Gobierno de Urkullu ha diseñado para salir de esta situación?
Estamos trabajando en un Plan Plurianual de Empleo y Reactivación Económica, 'Zurik Euskadi', que aplicaremos cuando superemos la pandemia. Pondremos en marcha el país, saldremos magullados, doloridos, pero saldremos, fijo. Primero con una financiación en Salud, la que se precise, y a continuación con un Plan de emergencia para empresas y personas.
¿Se trata de medidas cuantificadas?
Sí. Hay que anticiparse a los escenarios y hemos puesto en marcha tres niveles: 300 millones de euros para atender las demandas de gastos en Sanidad. Más de 500 millones para avales a pymes y autónomos. Requeriremos la máxima colaboración interinstitucional: diputaciones, asociaciones de municipios vascos. Y luego, a través del Lanbide (Servicio Vasco de Empleo) habilitaremos ayudas para las cuotas de la Seguridad Social de los autónomos y de los alquileres de locales, convocaremos ayudas para la contratación de los jóvenes, programas de prácticas no laborables y, ayudas a la contratación de desempleados no cualificados, sin olvidar el Programa de Formación y Trabajo en alternancia.
Urkullu habló el fin de semana de un plan de vuelta a la normalidad
En la reunión con presidentes de CCAA y con el presidente Sánchez, el lehendakari planteó la necesidad de un plan de vuelta a la normalidad que anticipe escenarios de circulación, de transporte, de sectores, de actividades deportivas, culturales. Nos hemos ofrecido a la colaboración con el Gobierno de España, aunque ahora es la contención del virus y reforzar la cobertura socio-sanitaria, atendiendo a las personas mayores.