
Los datos de paro que publicó este jueves el Ministerio de Trabajo provocaron un grito ahogado nada más conocerse las cifras. Nunca antes el mercado laboral español desde que hay registros había vivido un golpe tan fuerte como el que está dejando tras de sí la pandemia de coronavirus y las medidas encaminadas a reducir sus efectos. Marzo fue un mes récord en subida del paro y caída de la afiliación. Pero el bofetón más grande se lo llevó Andalucía. Sin embargo, detrás hay una explicación.
El paro en el conjunto del país subió en 302.265 personas el pasado mes de marzo, un récord histórico, una cifra nunca vista antes -ni siquiera en lo peor de la última gran crisis- como consecuencia de la repercusión que está teniendo en el tejido productivo la crisis económica y sanitaria provocada por el COVID-19.
Un episodio que ha cambiado la tendencia en la evolución del paro con que se inició el mes de marzo, provocando un impacto sin precedentes desde mediados de mes. Pues bien, Andalucía 'aportó' de ese total, hasta 138.569 desempleados. El 45% del conjunto ni más ni menos.
La razón a tan desorbitada cifra es que a diferencia de lo que ocurrió a nivel nacional, la comunidad autónoma no 'ocultó' a los afectados por un ERTE en la estadística oficial y sí decidió sumarlos a la hora de contabilizar a los trabajadores que se han quedado parados en el mes. Mientras que la cifra oficial que publicó ayer el Ministerio de Trabajo -los citados 302.000 parados- no tenía en cuenta los trabajadores afectados por un Expediente de Regulación de Empleo, Andalucía sí optó por considerarlos como parados.
La propia ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se escudó en que "un ERTE no es destrucción de empleo", en la medida en que el trabajador afectado se queda temporalmente sin trabajo o ve reducida su jornada laboral, pero no se extingue su empleo. Por eso tampoco se le resta de la cifra de cotizantes o afiliación total, porque sigue dado de alta. El caso es que sí acceden al sistema de prestaciones del SEPE; en otras palabras, cobran el paro. Una decisión que permite blanquear o maquillar las cifras o, dicho de otro modo, 'esconder' a un sinfín de empleados que se han quedado 'parados' pero no computan como tal. En concreto a 620.000 personas afectadas por un ERTE que confirmó ayer la ministra, una cifra a la que sindicatos y patronales suman ya otro millón más.
La diferencia es que Andalucía ha aconsejado a los afectados por ERTE que se inscriban como demandantes de empleo en el Servicio Andaluz de Empleo con el objetivo de aligerar el cobro de la prestación.
Fue la propia Consejería de Empleo la que puntualizó este extremo en un comunicado en el que asegura que "frente a otras comunidades autónomas, Andalucía ha aconsejado a los afectados por ERTE que se inscriban o reinscriban como demandantes de empleo en el SAE, para poder aligerar así el envío de datos al Ministerio de Trabajo de cara a que puedan cobrar la prestación por desempleo cuanto antes".
Estas personas, a medida que dichos ERTE se vayan regularizando, puntualiza, "dejarán de ser contabilizadas como parados registrados, pasando a ser demandantes de empleo no parados, como se viene haciendo desde 1985 por normativa estatal".
El paro sube en Andalucía en 138.569 personas por la crisis #COVID
— Consejería de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo (@EmpleoJunta) April 2, 2020
El fuerte incremento se debe a que Andalucía ha aconsejado a los afectados por #ERTE que se inscriban como demandantes de empleo en el @SAEmpleo para aligerar el cobro de la prestaciónhttps://t.co/T9l84We3wD