La huella que está dejando tras de sí el coronavirus COVID-19 en los hospitales, las economías y las bolsas del planeta continúa rompiendo precedentes. Como también algunas de las respuestas que dan los países para intentar frenar la pandemia. Europa entra en una nueva fase en esta crisis. Lo saben en todas las capitales, también en Madrid. La UE toma medidas radicales, como el cierre de sus fronteras exteriores.
Sin embargo, los socios europeos continúan pinchando en el frente económico, con una respuesta principalmente basada hasta ahora en un cóctel de soluciones nacionales, sin utilizar toda la potencia de fuego de sus instrumentos ni coordinar una gran respuesta fiscal que tranquilice a los mercados.
El apoyo fiscal total a la economía dado hasta ahora por los países de la UE representa alrededor del 1% del PIB
Según la Comisión Europea, el apoyo fiscal total a la economía dado hasta ahora por los países representa alrededor del 1% del PIB (como unos 160.000 millones de euros, incluyendo el Reino Unido). Además, los socios han ofrecido facilidades de liquidez de al menos el 10% del PIB, incluyendo esquemas de garantía pública y pagos de impuestos diferidos.
"Acordamos que se necesita una respuesta política inmediata, ambiciosa y coordinada" dijeron los ministros de Finanzas de la UE tras más de cinco horas de teleconferencia.
El comunicado tras la reunión del Eurogrupo pasa revista a las medidas nacionales, como las inyecciones de liquidez o apoyo a los trabajadores, como las de la Comisión Europea, con la reasignación de hasta 37.000 millones de fondos estructurales para amortiguar el batacazo del coronavirus.
Saludan las medidas adoptadas por el BCE y por el Banco Europeo de Inversiones, a quien le piden que refuerce y acelere el impacto de sus recursos actuales. También saludan la flexibilidad introducida por la Comisión al aplicar el Pacto de Estabilidad o las normas de ayuda de Estado.
Sin embargo, los ministros no solicitaron que se amplíe el capital del BEI, como algunos pedían, o que se involucre al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), y los 410.000 millones de fondos que tiene disponibles.
Los ministros indican en su comunicado que no es el momento de adoptar paquetes de estímulo.
"Más allá de la respuesta inmediata y dirigida, estamos trabajando en todas las medidas necesarias para ayudar a la economía a recuperarse una vez que el coronavirus haya retrocedido", señala
"Haremos lo que haga falta y más para restaurar la confianza y apoyar la recuperación", dijo el presidente del Eurogrupo, Mario Centeno, tras la teleconferencia.
Centeno, se había encargado de crear expectativas antes del encuentro, a pesar de que España y otros países había advertido de que no era el día de adoptar grandes paquetes de estímulo.
"La contención forzada está llevando a nuestras economías a tiempos de guerra", escribió en su cuenta de Twitter. Y añadió que "una respuesta poderosa está en camino."
El comisario de Economía, el italiano Paolo Gentiloni, uno de los más favorables a una respuesta rotunda desde el frente fiscal, advirtió tras la teleconferencia que "necesitaremos una coordinación sin precedentes en temas fiscales para restaurar la confianza".
Por su parte, la vicepresidenta de Economía, Nadia Calviño, también abogó por utilizar todos los instrumentos europeos disponibles para contener la extensión del virus y minimizar el daño económico, que todavía no se atreve a estimar dada la incertidumbre que rodea a la pandemia.
Calviño subrayó que España defiende una "respuesta contundente", tanto desde los bancos centrales como desde la política fiscal. Recordó el paquete de 18.000 millones de euros ya aprobado por el Gobierno, y esbozó algunas de las medidas que aprobará hoy el Consejo de Ministros, como el apoyo para los trabajadores y las medidas de liquidez.
Sin embargo, Calviño se resiste a sumarse a sus colegas francés e italiano en pedir un gran estímulo fiscal europeo en este momento.