
La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó en la madrugada del sábado un paquete de estímulo fiscal para plantar cara al coronavirus tras una dura negociación entre los legisladores demócratas, en control del Congreso, y la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuyas negociaciones en el Capitolio estuvieron lideradas por el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
El proyecto de ley de 110 páginas ofrecerá ayudas a los consumidores y trabajadores afectados por el brote y fue aprobado por una mayoría de 363 votos a favor y 40 en contra. El plan se encuentra ahora en manos del Senado, que no tendrá oportunidad de aprobarlo hasta la próxima semana dado que muchos de los senadores abandonaron la capital durante el fin de semana.
En un comunicado el sábado, tras la aprobación del proyecto de ley en la Cámara de Representantes, el líder de la mayoría del Senado, el republicano Mitch McConnell, recalcó que los senadores "deberán revisar cuidadosamente" la propuesta. "Creo que la gran mayoría de los senadores de ambos partidos estarán de acuerdo en que debemos actuar con rapidez para garantizar la ayuda a los trabajadores, familias y pequeñas empresas estadounidenses", añadió.
Como parte del estímulo fiscal, las medidas sobre la mesa incluyen distintas formas de ayuda. Entre ellas los trabajadores obtendrían hasta dos semanas de baja por enfermedad remunerada y hasta tres meses de baja médica y familiar remunerada durante la emergencia. Es importante recordar como a este lado del Atlántico, un tercio de los empleados, especialmente aquellos con los ingresos salariales más bajos, no cuenta con baja por enfermedad remunerada.
Otro salvavidas llega a través del incremento de 1.000 millones de dólares a los subsidios por desempleo, que ayudará a los trabajadores despedidos en las últimas semanas a cubrir sus gastos. Así, el proyecto de ley también designa ayudas para todas las mujeres embarazadas de bajos ingresos y madres de niños pequeños que pierden sus empleos debido a la pandemia y 400 millones de dólares para ayudar a los bancos de alimentos a gestionar la un aumento de la demanda.
En este sentido, el estímulo fortalece varios programas que facilitan el acceso a comidas y alimentos entre los estadounidenses de bajos ingresos, donde se incluye el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria, conocido popularmente como cupones de alimentos, y programas que ofrecen desayuno y almuerzo gratis a estudiantes de bajos ingresos. De esta forma se eliminará algunos requisitos que exigen que algunos receptores de cupones de alimentos tengan un empleo o estén en capacitados para trabajar.
Pruebas gratuitas para los estadounidenses
Las ayudas fiscales orquestadas por los legisladores y la administración Trump aumentan los fondos federales para el servicio de salud público, Medicaid, que ayudará a los estados a cubrir los costes de salud para los ciudadanos por debajo del umbral de la pobreza. Los costos de Medicaid generalmente aumentan durante las recesiones económicas. También se intenta que todos los estadounidenses, incluidos aquellos sin seguro médico, puedan hacerse pruebas gratuitas para detectar el virus.
Trump declaró el Estado de Emergencia Nacional el viernes, algo que adicionalmente libera hasta 50.000 millones de dólares en fondos para los estados y municipios. Además anunció que renuncia temporalmente al pago de intereses de los préstamos federales para estudiantes y ordenó a su administración comprar petróleo para la reserva estratégica de EEUU.
La semana pasada, el Congreso aprobó una ley de 8.3000 millones de dólares para ayudar al gobierno a desarrollar una vacuna y proporcionar dinero a los estados para ampliar su capacidad de realizar pruebas de laboratorio e intentar limitar la expansión del virus. Paralelamente, la Reserva Federal ha rebajado los tipos en 50 puntos básicos y ha sacado su bazuca con inyecciones de liquidez.