
La Unión Europea pasa a la acción ante la alerta sanitaria del coronavirus: prepara un plan fiscal extraordinario para combatir los efectos de la epidemia y garantiza la flexibilidad con el déficit de los Estados en virtud de una cláusula para situaciones excepcionales que permite gastar dinero fuera de la senda de estabilidad marcada a los países. En este sentido se ha pronunciado el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, en entrevista con El País. Además, Gentiloni ha adelantado que en la próxima reunión formal del Eurogrupo, prevista para el 16 de marzo, se decidirán medidas fiscales extraordinarias y coordinadas para hacer frente a la crisis del coronavirus.
"Nuestras reglas fiscales ya tienen una cláusula para acontecimientos inusuales, que permite gastar dinero fuera de la contabilidad del déficit para este tipo de urgencias", asevera el comisario europeo la entrevista, en relación a la respuesta fiscal que los países miembros necesiten dar para paliar el impacto económico del coronavirus.
Italia, como nación europea más afectada por la epidemia del Covid-19, ha sido la primera en anunciar medidas fiscales para amortiguar las consecuencias de la paralización económica que sufren las regiones afectadas del norte. Sin embargo, se espera que no sea la última en hacerlo. Gentiloni ha apostado por que la implementación de manera coordinada en Europa de medidas fiscales enfocadas a apoyar los sistemas sanitarios, las pymes y el empleo: "Lo primero es apoyar el sistema sanitario. Segundo, asegurar la liquidez de las empresas, en especial las pequeñas y medianas. Y tercero, afrontar posilbes consecuencias extraordinarias en el empleo".
También ha sido Italia el primer país que ha pedido a la UE la activación de la cláusula que permite gastar más y flexibilizar el objetivo de déficit. Desde la Comisión Europea se contempla un desarrollo del brote "muy rápido" que hace atisbar peticiones por parte de otros países, entre ellos España.
El coronavirus exige coordinar la política fiscal a nivel europeo, asevera Gentiloni
El comisario ha subrayado que la aplicación de estas medidas no conllevará un aumento de peso en el déficit que rompa las reglas comunitarias debido a que se contempla la flexibilidad en acontecimientos como terremotos o el actual brote epidémico. Ha recordado que esa cláusula específica se ha utilizado en años anteriores, y ha considerado muy probable que más países se acojan a ella además de Italia para afrontar las consecuencias económicas del virus originado en Wuhan.
"Dentro de una semana, el Eurogrupo debería decidir medidas fiscales extraordinarias para hacer frente a esta situación excepcional", ha concluido. En este sentido concluyó la teleconferencia de los ministros de Economía y Finanzas de la UE el pasado miércoles, cuando los números dos de los Ministerios de los distintos países fueron emplazados a diseñar medidas para la reunión del 16 de marzo. "Dado el impacto potencial en el crecimiento, incluida la interrupción de las cadenas de suministro, coordinaremos nuestra respuesta y estaremos listos para usar todas las herramientas políticas adecuadas para lograr un crecimiento fuerte y sostenible, y protegernos contra una mayor materialización del riesgo a la baja", señaló el miércoles presidente del cónclave ministerial, Mario Centeno, para luego añadir que en el marco de esa respuesta "podrían ser necesarios" estímulos fiscales para apoyar el crecimiento. Los ministros europeos recogieron el encargo de Centeno y pusieron a sus equipos a trabajar en medidas de todo tipo: fiscales, financieras y estructurales para ser discutidas en la próxima reunión.
España, rezagada
En este sentido, España se está quedando a la zaga en la toma de medidas que sostengan el consumo dañado por la epidemia global que ya han adoptado varios países siguiendo el ejemplo chino, como Italia, que ha aislado a 16 millones de personas de Lombardía y 14 provincias cercanas.
El coronavirus daña principalmente al consumo y exportaciones, con lo cual, aquellas medidas que se tomen para sostener consumo y comercio exterior como reducir aranceles e impuestos indirectos, ayudan a que no se paralice la actividad de este trimestre y, en función de la duración de la enfermedad, sostener el crecimiento del próximo.