Economía

El Gobierno se queda sin aclarar el verdadero ajuste presupuestario

  • Bruselas reclama una restricción en las Cuentas del 0,65% del PIB
El vicepresidente de la CE, Valdis Dombrovskis y la ministra de Economía, Nadia Calviño.

El Ejecutivo socialista dio ayer el primer paso en la elaboración de los nuevos presupuestos, cuyo aprobado resulta determinante para su propia longevidad. Al Gobierno de Pedro Sánchez le preocupa más el mensaje que llegue de Barcelona que de Bruselas respecto a las nuevas cuentas, por las consecuencias políticas. Pero el visto bueno de la Comisión Europea resulta clave para la credibilidad de la política económica de la coalición, en un momento en el que nuestro país busca ganar peso en la UE, e incluso colocar a la ministra de Economía, Nadia Calviño, al frente del Eurogrupo.

Sin embargo, el gran ausente en el PowerPoint distribuido ayer por Moncloa es el esfuerzo estructural total que realizaría nuestro país con el nuevo presupuesto para este año. Este indicador, que refleja la mejora de la posición fiscal de una economía al margen del ciclo económico, por ejemplo debido a los ingresos adicionales derivados del crecimiento, es la principal referencia a la que atiende la Comisión al evaluar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Con él calibran el verdadero ajuste realizado para reducir deuda pública.

La cifra de ajuste, clave en el caso de España con un déficit estructural de 38.000 millones

Resulta además más importante en el caso de nuestro país, dado que carga con el mayor déficit estructural entre los socios del euro, más de 38.000 millones de euros. El vicepresidente de la Comisión Europea al cargo de Economía, Valdis Dombrovskis, ya afeó la pasada semana a Madrid por la lenta reducción del déficit, a pesar de años de robusto crecimiento por encima de la media europea.

La Comisión pide a nuestro país un ajuste estructural para este año de un 0,65% del PIB (casi 8.000 millones de euros). Pero en los nuevos objetivos fiscales presentados ayer no está claro cuál será el ajuste exacto, dado que la reducción del déficit hasta el 1,8%, desde el 2,3% con el que se cerró 2019 según la Comisión, podría deberse al impulso del ciclo. Y desde la UE llevan tiempo avisándole a España de que el saneamiento de sus cuentas no puede depender tanto del ciclo, porque cuando las cosas se tuerzan el déficit y la deuda repuntarán.

Desde el Gobierno apuntan a elEconomista que el esfuerzo estructural se determinará cuando el Gobierno envíe el borrador de los prepuestos a la Comisión. Por eso mismo, en Bruselas guardan silencio y no quieren pronunciarse hasta que no vean los números en detalle. Sobre todo, se fijarán en si el esfuerzo estructural que presente el Gobierno está dentro de la flexibilidad que permite el Pacto de Estabilidad. Aunque ni el ejercicio de contorsionismo contable más elaborado serviría para compensar el aumento de gasto anunciado por PSOE y Podemos. Eso sí, la cifra final del ajuste dependerá de la voluntad política que perciba el Gobierno en la Comisión de Ursula von der Leyen para abrir la mano en su primera evaluación a las cuentas de los Estados.

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