Economía

Vestager (UE): "Hay que garantizar transparencia con los datos que se procesan y su uso"

  • Urge a controlar mejor a las empresas subvencionadas por terceros países
  • Apunta a invertir más en inteligencia artificial y que las pymes se beneficien
Margrethe Vestager, vicepresidenta de la Comisión Europea. Imagen: Reuters

La vicepresidenta de la Comisión Europea, responsable de competencia y ramo digital, Margrethe Vestager, revela sus planes a un grupo de periódicos, entre ellos Les Echos.

La Comisión Europea dará a conocer sus recomendaciones sobre inteligencia artificial el 19 de febrero. ¿Cuáles serán las líneas principales?

La inteligencia artificial es el futuro pero también el presente. Ya está muy presente en sus aplicaciones de transmisión de música o de traducción. Todo el mundo está empezando a darse cuenta de que necesita ser regulado. Es necesario un marco europeo que todos los actores que quieran intervenir en el continente tengan que respetar. El año pasado, definimos siete principios éticos para la inteligencia artificial "centrada en el ser humano". Actualmente, están siendo probados por 350 empresas. El reto será transformar estas directrices en reglamentos. Abogo por un enfoque basado en los riesgos, con limitaciones específicas para las tecnologías que se consideren "en riesgo". Debemos asegurarnos de que los consumidores tendrán los medios para verificar que sus derechos se respetan y actuar si no lo hacen. También se pueden imaginar requisitos específicos para el sector público.

"Bajo ninguna circunstancia deben obstaculizar la libertad de expresión o de reunión, como se ha denunciado en Hong Kong"

¿En qué tecnologías piensa?

Relacionadas con la salud, y las tecnologías de vigilancia. Será importante asegurar la transparencia sobre los datos que procesan y su uso, lo cual será un reto complejo dada la masa de datos y las capacidades de las máquinas de autoaprendizaje.

¿Debería prohibirse el reconocimiento facial masivo?

No lo sé aún. Es un tema muy delicado. Puede ser útil, pero no debemos precipitarnos. Necesitamos definir con precisión las condiciones de su posible uso, sus virtudes y sus limitaciones. Bajo ninguna circunstancia deben obstaculizar la libertad de expresión o de reunión, como se ha denunciado en Hong Kong. También algunos Estados americanos han renunciado a ella tras probarla, alegando que aún no es lo suficientemente fiable tecnológicamente.

Asia y EEUU ya están invirtiendo mucho en inteligencia artificial. ¿Cómo puede Europa ponerse al día?

Es innegable que debemos invertir más, asegurándonos de que las pymes también se beneficien. También necesitamos organizar y coordinar mejor nuestros esfuerzos, que actualmente son demasiado difusos. Tenemos los medios, el talento y las habilidades, y depende de nosotros aprovecharlos. También es esencial fomentar el intercambio de datos. Depende de nosotros dar a las compañías reglas claras para que puedan hacerlo sin caer en las reglas anticárteles.

París, Berlín, Roma y Varsovia acaban de pedir una revisión de las normas específicas que rigen la definición del "mercado pertinente"...

Mi punto de partida es claro: la competencia es esencial para estimular la innovación y garantizar la elección y precios razonables a los consumidores. Sin embargo, somos conscientes de que los mercados están cambiando, que la competencia de China se está intensificando y que nuestras normas, que tienen más de 22 años, deben evolucionar en consecuencia. Ya se están examinando varias cuestiones planteadas en las cartas de los cuatro Estados miembros: hemos iniciado un debate sobre el "mercado pertinente".

La verdadera pregunta es si esas fusiones pueden llevar a la ausencia de un rival, y la respuesta es claramente no

¿Se ampliará? París y Berlín creen que es una visión demasiado estrecha de esta definición la que llevó al rechazo de la fusión de sus gigantes ferroviarios, Alstom y Siemens.

Siemens-Alstom es un muy mal ejemplo. Esa fusión podría haber ocurrido. No planteó ningún problema en los mercados afectados: habría quedado un mínimo de competencia en el mercado de trenes o metros. Pero había dos mercados problemáticos: el de los trenes de alta velocidad y el de la señalización, porque no habría habido alternativas si los precios hubieran aumentado y la calidad disminuido. Fue la elección de las empresas no separarse de estas actividades. No se trataba de definir el mercado pertinente, sino de la falta de alternativas para los consumidores.

Europa se ha privado de un gigante capaz de competir con China...

Es un error decir que las reglas europeas impiden la construcción de campeones. Hemos permitido fusiones que han llevado a la creación de líderes mundiales, en cemento, cerveza, óptica. Pero en todos estos casos había alternativas fiables en el mercado. La verdadera pregunta es si esas fusiones pueden llevar a la ausencia de un rival, y la respuesta es claramente no. Aquí está la línea roja.

También ha recibido una propuesta de Países Bajos para las empresas de terceros países fuertemente subvencionadas por sus Estados...

Esta propuesta es muy bienvenida. Es algo que estamos investigando. No se trata de cerrar nuestros mercados, sino de asegurar que no se distorsione la competencia, lo cual está garantizado para las empresas europeas por nuestras normas comunitarias en materia de ayudas estatales. En el caso de las empresas de terceros países, debemos controlarlas mejor y definir las herramientas adecuadas para ello, por ejemplo, en caso de quejas sobre precios bajos considerados como dumping o en caso de adquisiciones de empresas europeas. Tarea compleja, que llevará a un Libro Blanco programado para verano.

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