Economía

La reforma fiscal que prepara Cataluña castiga todavía más a las clases medias

  • El acuerdo entre el 'Govern' y los Comunes afecta más a las rentas intermedias que a las más elevadas
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Hace hoy justamente una semana, se presentó el acuerdo fiscal entre la Consejería de Economía de la Generalitat y Catalunya en Comú Podem, en el marco de las negociaciones para sacar adelante los Presupuestos catalanes para 2020. Se presentó como una vía para ganar progresividad en el marco tributario catalán y que pague más quien más tiene, pero la realidad es que los cambios que se plantean afectan en mucha mayor proporción a las clases medias que a las más elevadas, en un contexto en el que Cataluña ya es actualmente la autonomía que más presión fiscal ejerce sobre las rentas bajas y medias. Así lo han constatado a elEconomista expertos fiscalistas de los bufetes Garrigues, Cuatrecasas y Roca i Junyent.

En el caso del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), los cambios se centran en las rentas de entre 90.000 y 175.000 euros anuales, con un mayor impacto en el nuevo tramo creado, entre 90.000 y 120.000 euros, que ve subir dos puntos el tipo aplicado (ver gráfico). Las rentas de 120.000 a 175.000 euros ven aumentar un punto su tipo de referencia, mientras que las rentas superiores mantienen el tipo máximo del 25,5% actual.

La Generalitat calcula que estos cambios solo afectarán al 1,5% de los declarantes, unas 52.400 personas, pero prevé recaudar 31 millones de euros adicionales.

Por el lado opuesto, la rebaja anunciada para las rentas más bajas tendrá un impacto muy reducido en los contribuyentes beneficiarios, unos 205.000, con un impacto en la recaudación que restará 12,4 millones anuales a las arcas catalanas. Para un contribuyente soltero, sin hijos y que ingrese una renta del trabajo de 16.000 euros, el ahorro en la Declaración de la Renta será de solo 67 euros (pasando de pagar 1.005 euros a 938 euros).

Así, el acuerdo entre ERC y los Comunes en este punto es más un ejercicio simbólico que una medida que modifique sensiblemente el tratamiento fiscal de los más pobres y de los más ricos.

Pero donde más se percibe el castigo a las clases medias es en la reforma planteada para el Impuesto de Sucesiones, que es la que mayor recaudación adicional reportará a la administración autonómica si salen adelante las Cuentas de 2020. Y es que, de los 542 millones de euros anuales adicionales que prevé recaudar la Generalitat cuando estén en vigor todos los cambios tributarios, 189,75 millones corresponden al impuesto q1ue grava las herencias de los catalanes.

En este tributo, cambian dos parámetros. El primero es que se recuperan los coeficientes multiplicadores por patrimonio preexistente del heredero para los grupos I y II (hijos, cónyuge y ascendentes del fallecido), que se eliminaron en 2010, cuando Artur Mas cumplió su promesa electoral de aplicar bonificaciones al Impuesto de Sucesiones para acercarlo a las características del tributo en Madrid y evitar traslados por motivos fiscales.

La subida de Sucesiones afecta en menor proporción según crece la herencia

Los nuevos coeficientes, todavía no concretados por el Ejecutivo catalán, se aplicarán a partir de cantidades superiores a los 500.000 euros, como pasa en el Impuesto de Patrimonio en Cataluña.

El segundo cambio reduce las bonificaciones en la cuota tributaria a pagar por la herencia, tanto a hijos como a ascendentes, mientras que en el caso de los cónyuges se mantiene la bonificación del 99% actual. En los otros casos mencionados, las bonificaciones que ahora oscilan entre el 10% y el 99%, según los diversos tramos hasta totalizar el valor de la herencia, se moverán ahora entre el 60% (para el tramo de herencia hasta 100.000 euros) y el cero% (por encima de los tres millones de euros).

Así, las herencias de mayor importe pagarán más por el Impuesto de Sucesiones, pero el aumento proporcional del tributo es mucho más acusado conforme se reduce el importe total de la herencia. De esta forma, el receptor de una herencia de 250.000 euros, de los que 75.000 corresponden a una vivienda habitual y 175.000 a otros activos, puede tener que pagar hasta casi 16 veces más que ahora, mientras que una herencia de tres millones de euros pagará el doble que ahora (ver gráfico).

Los abogados consultados inciden en que el elevado precio de la vivienda en el área de Barcelona hace que las herencias sean de mayor cuantía que en otros lugares de España, y que las bonificaciones actuales sirven de nivelador.

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