
María Jesús Montero, ministra de Hacienda en funciones, ha quitado hierro a la carta de la Comisión Europea en la que Bruselas le avisa de sus preocupaciones sobre el equilibrio presupuestario del programa para 2020 que el Gobierno envió la semana pasada. La titular de la cuentas públicas no se lo toma como una "regañina", sino que simplemente no se han incluido las nuevas figuras fiscales que compensarán la balanza y el déficit público. Además, la ministra ha confirmado que no se aumentará el IRPF a las rentas altas, pero deja la puerta abierta a gravar más el Impuesto de Patrimonio y Sociedades.
En declaraciones a los periodistas, antes de entrar a la Diputación Permanente, Montero ha sostenido que dichas figuras se incluirán cuando se ponga en marcha el proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2020, tras las elecciones del próximo 10 de noviembre. Entre las medidas fiscales no se encontrará la subida del IRPF a las clases altas, una medida que se pactó con Unidas Podemos en las cuentas que Moncloa pactó el año pasado con los de Pablo Iglesias, y que finalmente embarrancaron. Esto supondrá una merma de más de 300 millones de euros en los ingresos, que Montero ha asegurado que se compensará a través de otras medidas tributarias.
En este sentido, ha asegurado que el PSOE, la formación por la que se presenta a los próximos comicios, "sigue trabajando para que las grandes rentas y grandes patrimonios de este país puedan contribuir más. EL IRPF no es el impuesto con que mejor podemos hacer que las grandes rentas mejoren su contribución a las arcas públicas. Estas declaraciones son bastante limitadas. Es un tributo que se queda corto para que realmente se pueda profundizar en la justicia fiscal".
Gravar a la riqueza
La ministra en funciones ha aclarado en que "se profundizará en todas las grandes figuras que están en el entorno de la riqueza", pero especialmente en los impuestos "de Patrimonio y Sociedades, que es donde creemos que se encuentra el gran diferencial con el resto de la Unión Europea".
De vuelta a la carta de Bruselas, Montero ha reiterado que "es una constatación de que el gobierno necesita unos nuevos presupuestos. El dato de déficit del presupuesto prorrogado no es el que el Gobierno quiere comprometer".
En cambio, la ministra en funciones sostiene que el déficit previsto para este 2019, del 2% del PIB, sí que se cumplirá. Y ha recordado que hay valorar el esfuerzo de haber logrado bajar, en prórroga presupuestaria, el déficit en cinco décimas a lo largo del año.