
El Fondo Monetario Internacional ha publicado su Monitor Fiscal, donde sitúa el déficit público en el 2,2% este año y en el 1,9% en 2020, nivel que se mantendría a medio plazo. En sus perspectivas, los funcionarios de la institución incluyen la extensión de la prórroga presupuestaria de 2018 y otras medidas ya legisladas, incluidos aumentos de pensiones y salarios públicos, así como la proyección de ingresos del personal del FMI. Para 2020 y más allá, las proyecciones fiscales son proyecciones del personal técnico del FMI, que asumen un saldo primario estructural sin cambios.
Por su parte la deuda pública con respecto al PIB se situará en 2019 en el 96,4% para continuar una reducción gradual que el año próximo la situaría en el 95,2% del PIB y el 90,5% del PIB en 2024. Aún así, según los expertos del FMI, nuestro país cuenta con una posición fiscal más relajada de lo deseable dado su déficit por cuenta corriente. De hecho, se incide en que España debe hacer un mayor esfuerzo en reducir su deuda pública y conseguir una mayor consolidación fiscal. También se advierte que es necesario seguir ahondando en las reformas del mercado laboral.
No obstante, durante su rueda de prensa, el director del Departamento de Asuntos Fiscales del Fondo, Vitor Gaspar, alertaba que las principales economías deben estar preparadas para coordinar un estímulo fiscal "en caso de una recesión severa" dado que la inflación y las expectativas de inflación están por debajo del objetivo y las tasas de interés son negativas en muchas economías avanzadas.
De momento, como ya indicaron las Perspectivas de Crecimiento Mundial (WEO, por sus siglas en inglés) publicadas el martes, se recomendó una vez más a los países con margen presupuestario, como Alemania, que lo utilicen para respaldar la demanda agregada. Sin embargo, Gaspar incidió como en otras economías la deuda pública es "alta y creciente". "La complacencia alimentada por las bajas tasas de interés puede conducir a un endeudamiento excesivo, seguido del pánico de los inversores y dislocaciones en los mercados", avisó.
Sin embargo, al contrario de lo que ocurrió en la crisis financiera, la política monetaria en las economías avanzadas ha llevado ya las tasas a cero o incluso a terreno negativo mientras que las compras de activos de los principales bancos centrales ha hecho que una parte importante de los bonos soberanos registren una rentabilidad negativa. El margen de maniobra es así bastante reducido.
Mientras tanto en muchas economías emergentes, los índices de deuda pública son altos y crecientes. A diferencia de las economías avanzadas, donde las bajas tasas de interés han compensado los altos niveles de deuda, el coste del servicio de la deuda emergente también está aumentando. De hecho, algunos países son vulnerables a la volatilidad cambiaria y a las tasas de interés.