Como todos los años, en los próximos meses de noviembre y diciembre, asistiremos de nuevo al despertar de las campañas de planes de pensiones, antes de finalizar el año fiscal.
Y es que, aunque nos cueste verlo reflejado en nosotros mismos, la jubilación llega y tenemos que estar preparados desde diferentes aspectos para afrontarlo de una forma planificada. Es verdad que resulta difícil sentarse ante un papel y un lápiz, o delante de un ordenador, y planificar las finanzas de nuestro futuro. ¿Cuánto voy a necesitar? ¿Cuánto debo ahorrar para no ver dañado mi nivel de vida? Como no son preguntas fáciles de contestar, podemos adoptar varias posturas, dedicarle un tiempo con nuestro asesor financiero (que sería lo conveniente) u optar por fórmulas más cómodas: ya lo veré más adelante, me queda mucho tiempo, o una variedad de patadas para adelante que tenemos muy estudiadas.
Una buena recomendación es comenzar a ahorrar pronto y con importes pequeños. Realizar aportaciones de pequeño tamaño para ir creando un ahorro futuro es una alternativa fácil, cuya principal ventaja es que no exige un gran sacrificio presente y tiene muchas bondades desde el punto de vista financiero.
El ahorro sistemático nos evita tomar la decisión de cuándo comprar un activo
El ahorro sistemático te obliga a diversificar el momento de entrada en los mercados financieros. Todos los años, tanto en renta fija como en renta variable, los mercados tienen una volatilidad que a veces nos hace dudar en el momento de decidir comprar activos financieros, ya sea porque nos parece que están muy caros, si han subido mucho, o porque están bajando y nos atemoriza que sigan esa tendencia. Esta sistemática de ahorro nos evita tomar la decisión de cuándo comprar un activo, ya que la convierte en mecánica y promedia el coste medio de los activos a lo largo de los meses y ciclos de los mercados.
Si a esta ventaja le unimos un largo periodo de tiempo, tenemos una gran fórmula para abordar nuestro ahorro para la jubilación, ya que el interés compuesto juega a nuestro favor.
Pequeños importes y un largo periodo de tiempo son dos características que nos llevan a mirar a nuestro colectivo mas joven de la sociedad, por ejemplo, la generación de los 80. Por una parte, puede que no gocen de un gran renta disponible, aunque pueden destinar pequeños importes al ahorro, y si de algo disponen es de mucho tiempo hasta la jubilación.