
Nuestro país vive inmerso en una dolorosa paradoja. Si por un lado la población española ha aumentado alrededor de un 36% desde 1975 (se ha pasado de un país con 34,2 millones de habitantes a otro de alrededor de 46,9 millones) lo cierto es que este aumento de la población no se nota en todas las zonas por igual.
Durante estos años, en los que España ha sufrido una revolución económica, amplias regiones de nuestro país se han visto afectadas por movimientos migratorios de gran calado desde las zonas rurales hasta las grandes ciudades.
Así, provincias como Soria han visto cómo su población se reducía en este periodo más de un 23%, según las cifras de población que maneja el Instituto Nacional de Estadística (INE), mientras que otras como Madrid han crecido un 73% impulsadas por el crecimiento de la capital y las ciudades dormitorios que la rodean.
Cada año, este proceso de pérdida de población se deja notar en las áreas que se han venido en denominar por los expertos 'la España vacía'. Comprueba en este mapa qué municipios perdieron y cuáles ganaron población entre 2017 y 2018.
Este otro mapa muestra la evolución de la población en cada provincia entre el 1 de enero de 2018 y la misma fecha de 2019:
Este movimiento de población de los pueblos a las ciudades lleva provocando durante años que amplias regiones de la península queden despobladas con densidades que compiten en los ránking europeos con Laponia Noruega.
Según los últimos datos de Eurostat, la densidad de España en su conjunto se situó en 2016 en 92 personas por kilómetro cuadrado, por debajo de la media de la UE, de 177 personas/km, y de países como Alemania, con 233 personas/km. No obstante, la situación es especialmente llamativa en las comunidades más afectadas por la despoblación, como Castilla y León, en donde ese índice europeo cae hasta 26,1 personas por kilómetro cuadrado.

¿Qué regiones están más afectadas por la despoblación?
Castilla y León está entre las comunidades autónomas más afectadas por el abandono de población de sus municipios: casi el 88% de los municipios de la comunidad tenían en 2018 menos población que la que registraban en 1998. Tras ella, Asturias, Extremadura y Aragón son los territorios en los que un porcentaje más alto de municipios han visto mermados su población.
Entre el año 2000 y 2018 el 63,1% de los municipios y 13 provincias han perdido habitantes, según el trigésimo séptimo número de 'Esenciales' de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) a partir de datos del INE.
Sólo teniendo en cuenta el periodo entre 2017 y 2018, hasta 26 provincias perdieron población en ese año, siendo las que más han perdido, en porcentaje, Zamora, Ávila, León y Cáceres mientras que las provincias que más han ganado población entre 2017 y 2018 son Islas Baleares, Madrid y Santa Cruz de Tenerife.
Por municipios, El Ejido (Almería), en donde el número de inscritos en el padrón ha descendido en 3.386 personas en un año, Coslada (Madrid), Benalmádena (Málaga), Fuenlabrada (Madrid), Cádiz y Huelva, son las ciudades y pueblos en los que más población se redujo entre 2017 y 2018.
En el lado contrario, los que más ganaron fueron Madrid, Murcia, Hospitalet de Llobregat (Barcelona), Valencia, Mijas (Máklaga), Palma, Getafe (Madrid) y Parla (Madrid). El crecimiento de Madrid es significativo comparable con lo ocurrido en Barcelona, en donde la población se ha mantenido más o menos estable, con una reducción de 466 personas en el padrón.
Emigración de las zonas rurales
Una de los principales motivos que se suelen alegar para explicar la despoblación de parte de España es la emigración de los habitantes de estas zonas a otras partes de España.
En estas últimas dos décadas, la población de los municipios de 1.000 o menos habitantes ha caído un 8,9% (142.000 habitantes menos). De esta forma, han pasado de concentrar el 4% de la población en el año 2000 al 3,1% en 2018.
¿Y dónde se van? Depende en gran medida de su punto de origen. Es cierto que ciudades como Madrid o Barcelona han visto estos años cómo su población se disparaba a consecuencia de los inmigrantes llegados de zonas rurales de otras partes de España, pero también las capitales de provincias o ciudades medianas han experimentado un crecimiento.
El destino de los que se mueven de una zona está influido por su origen, como demuestra los últimos datos publicados por el INE sobre migraciones interiores.
La otra cara de la moneda es la inmigración de ciudadanos de otros países que han visto en la despoblación de zonas rurales la oportunidad para labrarse una vida en España o de extranjeros que se asientan en este tipo de pueblos buscando la tranquilidad. Esta llegada de migrantes ha cambiado la vida en muchos pueblos españoles hasta el punto de que en algunos municipios en 2018 ya había registrados más extranjeros que españoles.