
La población residente en España aumentó en 276.186 personas durante el año 2018 y se situó en 46.934.632 habitantes a 1 de enero de 2019. Con este crecimiento, el más elevado desde 2008 (cuando la población aumentó en 570.333 personas) se supera el valor histórico más alto, alcanzado en 2012. A pesar de las cifras, la población registró un saldo vegetativo negativo de 56.262 personas, pero quedó compensado por la migración. España recibió 643.037 inmigrantes.
La población española registra el mayor número de personas de su historia al alcanzar 46.934.632 habitantes en 2018. En términos relativos, la tasa de crecimiento anual de la población se ha duplicado, pasando del 0,28% en 2017 al 0,59% durante 2018, y convirtiéndose en la más elevada desde 2009.
Este importante incremento se ha producido gracias a los inmigrantes que recibió España en 2018, que alcanzó una cifra de 559.309 personas, que suponen un 23,2% más que en 2017. Es la cifra más elevada desde 2008.
El crecimiento poblacional de España se debió al crecimiento de los extranjeros, ya que el número de personas de nacionalidad española se redujo, explica el INE.
El número de extranjeros aumentó en 285.554 personas durante 2018, hasta un total de 4.848.516 a 1 de enero de 2019. Este incremento respondió, en gran medida, a un saldo migratorio positivo de 330.197 personas.
La población de nacionalidad española se redujo en 9.368 personas. Esta evolución fue resultado de un saldo vegetativo negativo (de 102.682 personas), que no se vio compensado ni por el saldo migratorio positivo (3.475 personas) ni por las adquisiciones de nacionalidad española (que afectaron a 90.828 personas, según datos provisionales). Si nos restringimos a los españoles nacidos en España, la población se redujo en 98.595 personas a lo largo del año 2018.
El saldo migratorio de España con el exterior fue positivo en 333.672 personas durante el año 2018. Es el valor más alto de la serie histórica homogénea, iniciada en 2008.
Un total de 643.037 personas procedentes del extranjero establecieron su residencia en nuestro país (un 20,8% más que en 2017). Por su parte, 309.365 personas abandonaron España con destino a algún país extranjero (un 16,1% menos que el año anterior).
El saldo migratorio de la población con nacionalidad extranjera fue de 330.197 personas durante 2018. Este saldo, que viene siendo positivo y creciente desde 2015, fue resultado de una inmigración de 559.309 personas y una emigración de 229.112. El número de inmigrantes extranjeros alcanza su valor más alto desde 2008, mientras que el de emigrantes es el más bajo desde el inicio de la serie homogénea, en 2008.
El saldo migratorio de los españoles con el exterior pasó a ser positivo en 2018 por primera vez desde el inicio de la Estadística de Migraciones (en 2008).
En concreto, fue de 3.475 entradas netas procedentes del exterior. Este saldo fue consecuencia de una inmigración procedente del extranjero de 83.728 personas y de una emigración al exterior de 80.253.
La llegada de españoles no consiste fundamentalmente en una inmigración de retorno, sino de personas con nacionalidad española no nacidas en España (31.438 personas de las 83.728 que inmigraron habían nacido en España).
Durante el año 2018 la población creció en 13 comunidades autónomas y se redujo en las cuatro restantes. Los mayores incrementos en términos relativos se dieron en Illes Balears (1,79%), Comunidad de Madrid (1,39%) y Canarias (1,39%). En el otro extremo, los descensos de población más acusados se dieron en Principado de Asturias (–0,52%), Extremadura (–0,47%) y Castilla y León (–0,43%).