
La compañía tecnológica Apple ha decidido ensamblar el nuevo Mac Pro en EEUU después de que el Ejecutivo del país norteamericano decidiera excluir de los aranceles a ciertos componentes necesarios para su montaje.
En concreto, las autoridades de Comercio de Estados Unidos decidieron el viernes eximir del pago de aranceles a 10 de los 15 componentes que Apple había solicitado y que eran necesarios para el proceso de manufactura del Mac Pro, uno de sus ordenadores de sobremesa.
"El nuevo Mac Pro incluirá componentes diseñados, desarrollados y manufacturados por más de una docena de empresas estadounidenses para ser distribuidos a clientes estadounidenses", ha explicado la compañía en un comunicado.
De esta forma, la nueva versión del ordenador, cuya configuración más básica costará en Estados Unidos 5.999 dólares (5.459 euros) cuando se lance al mercado, se seguirá ensamblando en la misma fábrica de Austin (Texas) en la que se produce desde 2013.
"El Mac Pro es el ordenador más potente de Apple y estamos orgullosos de construirlo en Austin. Agradecemos a la Administración por su apoyo para permitir esta oportunidad", ha indicado el consejero delegado de la empresa, Tim Cook.
Tira y afloja con Trump
La negociación con el Gobierno de los EEUU no ha sido fácil. La compañía ha tenido que negociar con Washington para lograrlo y tras comentar que tendría que mover la producción a China debido a las imposiciones arancelarias.
La intención del cambio en el proceso de fabricación -el modelo anterior sí se fabricaba en Texas- hizo que el propio Donald Trump arremetiese contra la compañía instándole a fabricar en EEUU.
Eso sí, Trump aseguró que no habría exenciones en productos a Apple. Finalmente, la compañía tecnológica seguirá fabricando en EEUU, y el Gobierno de EEUU dejará sin cargos adicionales algunos de los componentes clave para fabricar el ordenador más avanzado de Apple.