
Ante el cierre del Parlamento británico por parte de la Reina de Inglaterra, a petición del primer ministro, Boris Johnson, surgen nuevos derroteros en el periplo británico hacia la salida de la UE.
1. ¿Qué es la suspensión del Parlamento?
Se trata del cierre oficial del Poder Legislativo británico, una competencia que corresponde en exclusiva al Gobierno y que solo la Reina puede autorizar. Normalmente ocurre antes del Discurso de la Reina, es decir, el plan legislativo para el año entrante que supone la apertura de un nuevo período de sesiones.
2. ¿Pueden los diputados impedirla?
Es complicado. Tienen a su favor la connivencia declarada del presidente de la Cámara de los Comunes, que podría exprimir el reglamento para que prevalezca la voz de Westminster, como anticipó también ayer un extraordinario comunicado en el que calificó la maniobra de "escándalo constitucional".
3. ¿Es posible revertirla en los tribunales?
Resulta enormemente difícil, aunque no imposible, que un juez revierta una decisión basada en una convención irrefutable de un sistema que, en lugar de contar con una Constitución escrita, se fundamenta en el precedente.
4. ¿Cómo justifica el 'premier' su decisión?
Su subterfugio oficial es, a priori, incuestionable: tras uno de los períodos de sesiones más prolongados de la historia moderna, no está dispuesto a esperar al 31 de octubre para impulsar la urgente agenda doméstica. De ahí que el Discurso de la Reina actúe como el salvoconducto que da soporte legal al cierre del Parlamento.
5. ¿Puede una moción de censura reventar los planes de Johnson?
En teoría, sí, pero es arriesgada si los diputados se precipitan, ya que necesitan el apoyo de rebeldes en las filas tories. El martes, los grupos de la oposición habían apostado por la vía legislativa, en lugar de la moción de censura, como receta contra un divorcio no pactado, pero la maniobra del premier podría reordenar sus prioridades.
6. ¿Qué pasa si el Gobierno pierde en un voto de no confianza?
Johnson solo tendría que permanecer en el cargo los 14 días hábiles que establece la normativa y convocar unas elecciones generales una vez superado el 31 de octubre, garantizando así el Brexit cuando había prometido. El riesgo de esta estrategia es que amenaza con subestimar al colectivo contrario a una ruptura a las bravas, que podría sorprender con la formación de una mayoría suficiente para desalojar al actual primer ministro y poner a un mandatario temporal para solicitar un retraso de la salida y, a continuación, ir a nuevas elecciones.
7. ¿Cuánto durará la suspensión?
Desde la segunda semana de septiembre hasta el 14 de octubre, una duración favorecida por el receso parlamentario ya previsto a partir del 14 de septiembre por la temporada de congresos de los partidos.