
Los argentinos amanecieron ayer en shock y así parecían seguir hoy. Algunos, sorprendidos y exultantes, porque saben que el presidente Mauricio Macri tiene pocas posibilidades de ser reelecto y eso aliviaría sus penas económicas. Otros, porque no entienden cómo pudo haber vuelto el kirchnerismo con tanta fuerza. Todos, unos y otros, están igualmente preocupados: saben que nada será lo mismo desde los comicios del domingo.
Los que no podían comprar dólares fueron a los supermercados. Compraban "todo lo que sube cuando sube dólar". Y eso, en Argentina, es prácticamente todo. La hiperinflación de 1989 todavía está latente en los más viejos, cuando, tras el triunfo electoral del peronista Carlos Menem el valor del Austral, la divisa argentina en ese momento, cayó en picado. El resultado fue desolador: la hiperinfación provocó que el porcentaje de argentinos viviendo en la pobreza pasara del 25% al 47% en apenas 10 meses.
Pero más allá de estos reflejos, la economía entera se paralizó. Lo sabe Ernesto, quien fue a comprar un foco para su Peugeot que ya tiene varios años. "Me dijeron el precio y no lo podía creer: 7.500 pesos. Hasta el sábado, con ese monto uno se podía comprar un televisor. "Pero esa no era la mala noticia: el comerciante no me lo quería vender, no sabía cuánto saldría mañana y si iba a poder renovar el stock alguna vez".
"Los números sugieren que el kirchnerismo ganará en primera vuelta salvo que en el corto plazo se produzca algún cambio radical que modifique la arena política", analizó el Grupo SBS en un informe. Agregando que "el próximo gobierno probablemente combinará algunas medidas heterodoxas de corto plazo con promesas de retornar a la ortodoxia en el mediano plazo".
Nervios entre los inversores
El viraje puso nervioso a muchos inversores, que escucharon durante toda la campaña y de boca de Macri que el principal partido opositor llevaba de candidatos a "comunistas" y que la intención del Frente de Todos es "no pagar los compromisos de deuda", pese a que no había sido eso parte de la plataforma del kirchnerismo. Esta "campaña del miedo" finalmente le jugó en contra al Gobierno por la estampida que generó en el dólar y los títulos públicos al día después.
La heterodoxia también puso en jaque a Macri en la plaza bursátil, donde los inversores se sacaron de encima las acciones de los bancos y las energéticas. Alberto Fernández ha prometido eliminar la especulación financiera y las disparadas de tarifas, que llegaron al 2.500% desde 2015. El fin de las ganancias extraordinarias desinfló la cotización de estas acciones y arrastró al resto, en medio de una recesión que no les permite sacar utilidades a la mayoría de las compañías.
Recuerdos del 'crack' de 2001
Por estos eventos, los argentinos rememoraron el 'crack' de 2001, cuando todo el sistema financiero colapsó y el gobierno de turno confiscó los ahorros, restringió las extracciones bancarias, devaluó la moneda 40% en un día, pasar a 'default' la deuda pública y recortó las jubilaciones y los salarios de empleados estatales. Esto trajo consigo el inmediato aumento de la pobreza, el desabastecimiento de alimentos, el cierre de empresas y el surgimiento de pseudomonedas y el trueque entre vecinos para poder conseguir los bienes escenciales.
Por la crisis en el macrismo resurgió el trueque en algunos barrios de la provincia de Buenos Aires, que desde ayer vieron aumentar su actividad. "De un día para otro el Gobierno hizo que mi sueldo baje 20% con la devaluación. Cada vez me cuesta más ir al supermercado por los precios. Creo que el trueque va a ser la mejor opción para estos momentos", contó Jorge.