Economía

Baldoví: "Si vamos a elecciones, el desencuentro pasará factura"

  • El líder de Comprmís, Joan Baldoví, pide alcanzar un pacto en septiembre
Joan Baldoví. Foto: eE.

Es la cara y la voz de Compromís en el Congreso, un valencianista convencido que tomó su bautismo dé fe en política como militante del Bloc Nacionalista Valencià y ha sido casi todo lo que se puede ser en la cosa pública desde concejal a alcalde, hasta Diputado nacional en las últimas legislaturas. Cuando a Joan Baldoví i Roda (Sueca, Valencia 1958), le preguntas, a bocajarro, como se siente al ser reiteradamente, según las últimas encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el político mejor valorado, no solo de su tierra (Valencia) sino de España, habla de cercanía y humildad y dice que eso le da "un plus de responsabilidad ante sus electores".

Afirma que es muy posible que el secreto de su éxito esté en huir de los estereotipos y en buscar alternativas dialogando. Tal vez por eso lamenta profundamente que la falta de consensos haya desembocado en la investidura fallida de Pedro Sánchez y califica de "gravísimo error" que el debate haya quedado reducido sólo a un reparto de ministerios. Es un hombre afable y cordial, muy correcto y educado en las formas, pero implacable en el fondo que huye de hacer gestos solo de cara a la galería.

Mantiene un discurso sencillo muy pedagógico de izquierdas, pegado a la tierra aunque no pierde de vista ni por un instante la parálisis en la que se encuentra la política nacional. Dice que lo vivido en el Parlamento ha sido la crónica de un fracaso anunciado, y reparte responsabilidades por igual al Partido Socialista que a Podemos. Advierte que una repetición de elecciones pasaría una alta factura a toda la izquierda "por no haber sido capaces de entendernos".

Acusa al presidente del gobierno en funciones de haber querido "una rendición, no una colaboración" e insiste en que "las víctimas más importantes del desacuerdo son los millones de votantes progresistas que ahora están muy cabreados". Aun así, haciendo gala de su profesión de maestro de escuela, cree que la convocatoria de septiembre puede ser una oportunidad para aprobar un gobierno de coalición. Pide a los Diputados que no se vayan de vacaciones sin avanzar en puntos de encuentro. "Hay que ponerse a trabajar ya para aprobar el curso antes del verano", sentencia.

Finalmente ha sido una investidura fallida, ¿es la historia de un fracaso para Pedro Sánchez, o ha sido Pablo Iglesias quien, obsesionado por los sillones, ha roto la baraja?

Ésta ha sido la crónica de un fracaso anunciado. Empezó mal, y en tres meses hemos estado mucho más pendientes de si Pablo Iglesias estaba en el consejo de ministros o no, cuando la verdadera negociación tenía que haber comenzado al día siguiente de las elecciones. Han actuado ambos como un mal estudiante dejando la preparación del examen para los últimos días y pretendiendo aprobar sin hacer un trabajo previo. Al final, lo que mal empieza mal acaba. Pero, como yo soy maestro, y vengo de la tradición de que, habiendo una segunda oportunidad, se puede aprobar en septiembre, creo que ese es un buen mes para empezar el curso político también.

"Sánchez e Iglesias hablaban de estudiar y no de solucionar, que es lo que hay que hacer"

¿La única forma de llegar a un acuerdo es aparcar los sillones o en un gobierno de coalición tiene que haber ministros de Podemos sí o sí?

Es razonable que haya ministros de Podemos. Todos los gobiernos de coalición de Europa se forman con ministros de los partidos que integran esa coalición. Si una de las bestias negras, que para Sánchez era Pablo Iglesias, se apartó, lo hizo para facilitar que hubiera ministros de los dos partidos. Pero vamos, más importante que los sillones o los ministros es que se acuerde un programa de lo que se quiere hacer con propuestas concretas. Todo el debate no puede quedar reducido a un reparto de ministerios, y hacerlo es un gran error. Es mucho más importante qué queremos hacer con el gobierno, y luego ver quién va a intentar la representación de esa área en el gobierno.

Los socialistas dicen que aquí la víctima fue Pedro Sánchez y el ejecutor Pablo Iglesias, que, por segunda vez ha impedido la investidura de un presidente de izquierdas. ¿Esa es una lectura interesada o tiene algo de razón?

Al final, en esta historia, la única víctima ha sido la aspiración de la mayoría de ciudadanos que votaron por un gobierno progresista. Las víctimas más importantes son los millones de ciudadanos que ahora mismo deben estar muy cabreados. En todo caso, si trasladamos esto al terreno de la política, creo que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han sido víctimas y culpables a partes iguales.

Pues usted mismo acusó al presidente del gobierno de no querer una negociación, sino una rendición, ¿ha sido así?

Sí, ha sido así. Pretendió una rendición en vez de una negociación. Él quería pactos de Estado y que los demás lo votaran sin más. En el caso concreto de Compromís, han negociado con desgana, sin ningún interés. A mí me ha dado la impresión que al final creían que la fruta caería del árbol por interacción divina, y oiga, para lograr votos hay que pactar y consensuar.

"Una persona que quiere ser presidente no puede soslayar un  problema principal, como es Cataluña"

Pero con Compromís negociaron, ¿o no?

Creo que al final Sánchez quería nuestro voto, pero a cambio de nada. Yo, la última comunicación que tuve con el gobierno, fue el domingo anterior a la investidura a medio día y no volví a saber nada. Si no hubo ningún contacto, yo entendí que lo daban por perdido, que no querían negociar. En todo momento ellos hablaban de estudiar y no de solucionar. Y creo que aquí el verbo era muy importante, porque estudiar está todo estudiado, y lo que había que hacer era solucionar el tema.

Admita que Pablo Iglesias se coló, y mucho, pidiendo las políticas activas de empleo, que todo el mundo sabe que son de competencia autonómica…

Tal vez o alguien le mandó un WhatsApp con muy mala leche, o simplemente fue una improvisación. Creo que cometió un error porque las prisas nunca han sido buenas, e improvisar en el último minuto, tiene desagradables consecuencias.

¿Usted cree que si fuéramos a elecciones en noviembre todo esto pasaría factura a la izquierda?

Claro que si vamos a elecciones el desencuentro va a pasar factura. Yo le he advertido a Pedro Sánchez que puede que las encuestas le sean favorables, pero percibo un cabreo generalizado entre los ciudadanos. La investidura fallida puede llevarnos a una abstención masiva en el bloque de la izquierda. Si finalmente no se tragan sus egos, y su orgullo, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, y se va a elecciones, puede haber sorpresas desagradables.

"Pablo Casado, sin hacer nada, está mejorando sus expectativas. No va a mover su voto"

¿Sorpresas para el PSOE, para Podemos o para toda la izquierda?

Si finalmente hay elecciones el 10 de noviembre, creo sinceramente que toda la izquierda pagará una alta factura, por no haber sido capaces de entendernos.

Tal vez, pero, según los datos de Moncloa, el PSOE seguiría creciendo y desangrando a Podemos…

Puede ser, pero incluso aunque los socialistas subieran en diputados no van a sacar mayoría absoluta en unas nuevas elecciones. Al final va a tener que depender de una manera o de otra de los mismos apoyos que podían depender hoy, porque la derecha ya le ha dicho claramente que no van a votarle. Sería una frustración para todos que finalmente el PSOE optara por bajar los brazos, y no hacer nada de aquí al 23 de septiembre, para propiciar unas nuevas elecciones. Una cosa son las elecciones y los sondeos a día de hoy, y otra el enfado que la gente pueda llegar a tener el 10 de noviembre.

¿Qué diferencia hay entre el pacto del Botànic, que ustedes suscribieron en su tierra, y el que se puede hacer a nivel nacional?

El pacto del Botànic se puede perfectamente exportar a nivel nacional, pero el factor humano es importante. Creo que los caracteres de Ximo Puig y de Mónica Oltra son mucho más cercanos que los de Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, pero en todo caso es un problema de voluntad por las dos partes. Yo sigo haciendo un llamamiento a que superen los egos y si ellos no son capaces de acordar nada, que nombren un equipo nuevo, abran una página nueva, empezando de cero y a ver si en estos dos meses podemos recuperar el curso.

"Todo el debate no puede quedar reducido a un reparto de ministerios y hacerlo es un error"

Usted, en el discurso de investidura, reprochó a Sánchez que tuviera grandes ausencias, como por ejemplo con el tema de Cataluña. ¿Era una táctica, una estrategia para congraciarse con los independentistas y conseguir sus votos?

El presidente quería pasar de puntillas por el tema de Cataluña para intentar no levantar ampollas y ver si finalmente conseguía la abstención de Esquerra Republicana. Esa es una manera de ver las cosas, pero entiendo que una persona que quiere ser presidente del Gobierno no puede soslayar uno de los principales problemas que tenemos ahora mismo encima de la mesa. También le digo que el tema de Cataluña no es el único problema, y hay otros que deben tener la visibilidad que se merecen, y no la están teniendo.

¿Que en septiembre pueda haber sentencia del procés puede suponer un contratiempo para intentar una negociación?

El propio Rufián dijo que será mucho más incómodo para ellos abstenerse en septiembre como lo han hecho ahora. Por eso digo que hay que ponerse a trabajar ya. Propongo que ¡no se vaya nadie de vacaciones! Si no hemos sido capaces de aprobar el curso antes del verano, nos quedamos a estudiar y aprobamos a principios de septiembre. Es absolutamente primordial que no frustremos nuevamente a los ciudadanos.

Y si vamos a nuevas elecciones, ¿cómo les viene a ustedes el calendario electoral?, ¿les perjudica?

A nosotros, un escenario de elecciones ni nos perjudica ni nos beneficia. Tenemos el diputado muy consolidado. De hecho, yo soy el diputado más caro de todo el Congreso.

"La aspiración de los ciudadanos que votaron por un Gobierno progresista"

¿Cuántos votos necesita usted para conseguir un escaño y cuántos el resto de los partidos para salir diputado?

A Compromís nos cuesta cada diputado 572.000 votos. Y hay grupos políticos que, con una media de 45.000 votos ya tiene escaño. Yo tengo más votos, por ejemplo, que Navarra Suma o que Coalición Canaria, pero ellos tienen dos diputados y yo uno.

Hablando de la ley electoral, ¿qué le parece la propuesta de modificar el artículo 99 de la Constitución sabiendo que es imposible sacarlo adelante, ¿fue sólo un brindis al sol?

A mí lo que no me gusta es que se toque la Constitución sólo en ese tema y no en otras cosas tan importantes como por ejemplo que un diputado en Soria cueste catorce o quince mil votos y un diputado en Valencia cueste ochenta, noventa o cien mil votos. Si abrimos el melón constitucional hay que abrirlo para todas las cosas importantes, y no sólo para algo que le puede beneficiar al Partido Socialista en un momento dado.

¿Como le ha sonado la música de las medidas económicas que ha propuesto el presidente en materia de empleo, tecnología, etc.?

A mí la música de las medidas económicas, en líneas generales, me sonó bastante bien, incluso escuché algunos puntos que tienen cierta semejanza con las políticas que estamos haciendo en Valencia, en el gobierno del Botànic. Eché en falta, eso sí, una mayor valentía, por ejemplo, con la reforma laboral. Pero ese es un asunto que se podría abordar en el seno de una negociación.

"Una cosa son los sondeos a día de hoy y otra el enfado de los ciudadanos el 10 de noviembre"

¿Usted creyó a Pablo Iglesias cuando afirmó que le llegaron a decir que la Confederación Española de Organizaciones Empresariales no quería a Podemos en el Gobierno y los socialistas "compraron" esa recomendación?

Bueno, el presidente de la CEOE, ha dicho que probablemente lo mejor serían unas nuevas elecciones porque el panorama estaría más despejado. Es evidente que, un gobierno en el que esté Podemos no despierta el entusiasmo de la patronal.

¿La incapacidad de llegar a acuerdos favorece al bipartidismo?

Probablemente el peso del bipartidismo oscile, y en algunos momentos aumente y en otros no. Pero es evidente que en España tendremos que aprender que se puede gobernar en coalición, como se gobierna en muchos sitios de Europa. Tal vez esa es la asignatura que le falta a la democracia española: acostumbrarnos a que no es un drama, ni una tragedia, gobernar en coalición. Debemos aprender a ceder, y admitir que uno no siempre tiene toda la razón, y que las aportaciones de los otros, son también importantes en política.

Una curiosidad, ¿usted también tuvo la sensación de que Abascal, en su intervención, no fue tan fiero como le pintan?

Creo que la moqueta amansa a las fieras, y Abascal me pareció muy previsible. No fue un león, sino más bien un cachorro intentando dar miedo.

También ha habido una "mutación" llamativa de Gabriel Rufián, que ha pasado de montar numeritos con la impresora a ofrecerse de mediar. ¡Vivir para ver!

Creo que el de ahora es el verdadero Rufián, y que en la pasada legislatura intentaba construir un personaje. El cambio de rol es posible que sea porque ahora es el portavoz de su grupo. Cuando uno asume responsabilidades probablemente deje de hacer cosas que antes hacía de manera más irreflexiva.

¿Se puede seguir indefinidamente prorrogando los presupuestos de Montoro?, Porque eso es demoledor para las autonomías con el tema de la financiación…

Podemos seguir con los presupuestos prorrogados, pero, para los valencianos, es absolutamente dramático que sigamos funcionando con los presupuestos de Rajoy. Es lamentable y debe llevar a algunos a una reflexión seria de lo que están haciendo.

Por otro lado , parece que en el PP hay un debate serio liderado por Nuñez Feijóo para que se abstengan y faciliten gobierno, ¿esa sería una opción razonable?

Todas las opciones son razonables, pero creo que ésta es muy improbable. Pablo Casado, sin hacer nada, está mejorando sus expectativas. Creo que no se va a mover del voto en contra a Pedro Sánchez

¿Pero si esa hipótesis cuajara tendríamos una legislatura imposible y breve?

Creo que lo más difícil para Pedro Sánchez es lograr la investidura. Si lo consigue, puede gobernar con más tranquilidad. Bien con un acuerdo programático, bien con mayorías cambiantes según los temas.

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