La crisis de la industria alemana no toca fondo y vuelve a marcar mínimos de actividad, por el impacto de la caída de exportaciones, que registra el mayor descenso en diez años. El PMI manufacturero de julio cayó a 43,1 puntos desde los 45 de junio, lo que supone el peor dato desde 2012 y por debajo de las expectativas del mercado. El sector servicios mantiene por muy poco a la economía alemana en ligera expansión, pero los analistas de IHS Markit señalan que aumenta el riesgo de una caída en recesión técnica de la economía alemana durante el tercer trimestre.
La guerra comercial y el frenazo del comercio mundial están golpeando con fuerza al corazón de la primera economía de Europa. Desde comienzo de año, la poderosa industria alemana, que representa más del 20% del PIB, ha entrado en contracción y todavía no ha tocado fondo. El indicador de PMI adelantado mide la actividad de un sector a partir de encuestas a empresas sobre empleo, producción y pedidos, y es uno de los primeros datos que se publican para observar la evolución económica de un país. Si este se sitúa por debajo de 50 puntos, señala contracción en la actividad. La primera estimación de PMI manufacturero se situó en el nivel más bajo en siete años al situarse en 43,1 puntos.
Las preocupaciones geopolíticas, el Brexit, las crecientes fricciones comerciales y en particular el deterioro cada vez mayor del rendimiento del sector automotriz han empujado el sector manufacturero hacia una desaceleración más pronunciada; la encuesta respectiva señala una contracción del crecimiento del sector industrial de aproximadamente 1%, señala IHS Markit, la consultora que elabora el índice. Phil Smith, economista de la firma, indica que los datos aumentan el riesgo de una "leve recesión técnica" en el tercer trimestre. El Bundesbank hace unos días ya admitió que los próximos meses serán duros.
La crisis industrial se está produciendo especialmente por una caída de las exportaciones
La crisis industrial se está produciendo especialmente por una caída de las exportaciones, el principal pulmón de la economía alemana y una reestructuración sin precedentes del sector automotriz que se enfrenta a los desafíos regulatorios para las emisiones de los motores de combustión y la electrificación del coche eléctrico. Solo en el último mes, compañías como Continental, Daimler o Basf han recortado sus pronósticos de venta.
El mal dato ya está empezando a contagiar al resto de la economía. El PMI compuesto se sitúa 51,4 puntos desde los 52,6 puntos registrados en junio. El sector servicios mantiene a flote a la economía y se mantiene por encima de los 55 puntos. El informe de IHS señala que la confianza para el conjunto de las empresas ha caída a mínimos de tres años y medio afectando a la creación de empleo.
La ocupación sigue creciendo pero al menor ritmo en cuatro años. "Mientras que las compañías en el sector de servicios continuaron contratando trabajadores, se aceleró la reducción en los empleos de las fábricas", detalla el economista la consultora.
La evolución de Alemania está arrastrando al resto de la zona euro. Las empresas europeas tampoco se están librando de las presiones que sufren las alemanas. Las tasas de crecimiento observadas en Alemania, Francia y el resto de la zona euro en su conjunto fueron modestas, y el sector manufacturero actuó como un mayor lastre para la actividad comercial en todos los casos, especialmente en Alemania. El PMI compuesto cayó a 51,5 en julio frente a 52,2 de junio. El manufacturero descendió a 46,4 puntos desde los 47,6 puntos de junio.
Las exportaciones, incluido el comercio dentro de la zona euro, marcaron mínimos históricos en la serie histórica que se remonta desde finales de 2014. Las exportaciones de productos cayeron al ritmo más intenso desde noviembre de 2011, mientras que se ha observado un ritmo de declive más débil en el sector servicios.
Las fábricas europeas registran por tercer mes consecutivo destrucción de empleo
Las empresas redujeron su contratación de empleados en respuesta al deterioro de las perspectivas y a la situación de las carteras de pedidos, por lo que la creación de empleo indicó su menor crecimiento en casi tres años. Las fábricas señalaron su tercera caída mensual consecutiva en las plantillas, y la destrucción de empleo registró su mayor tasa desde junio de 2013. Las firmas del sector servicios indicaron una nueva creación neta de empleo, aunque el aumento fue el más reducido de los cuatro últimos meses.
Los malos datos económicos llegan un día antes de la reunión del BCE en la que se espera que anuncie una nueva ronda estímulos ante la desaceleración de la economía europea. El panorama económico para el banco central ha cambiado 180 grados desde principio de año, cuando paralizó el programa de compra de deuda, a pesar de detectar una cierta ralentización y tenía previsto subir por primera vez tipos desde 2011. En la pasada reunión de junio, el BCE decidió retrasar el alza hasta mediados de 2020 cuando el enfriamiento de la economía fue un hecho y se empezó a descartar un repunte de la actividad para el segundo semestre. Hace unas semanas en Sintra, el presidente del BCE, Mario Draghi, admitió la posibilidad de volver a recortar tipos y reactivar el programa de compras.