Cuatro multinacionales, entre ellas dos fabricantes europeos de baterías y dos productores chinos de vehículos, se han interesado por la planta que va a cerrar Nissan en la Zona Franca de Barcelona. Así lo trasladan a elEconomista fuentes empresariales conocedoras de las "conversaciones preliminares" que se producen para la llegada de un nuevo inversor. Este diálogo tiene lugar en el marco de la Mesa de la Automoción y la Movilidad de Cataluña, impulsada por la patronal catalana, Foment del Treball.
Se trata, en todos los casos, de iniciativas que permitirían mantener el actual nivel de empleo que genera la factoría y que, en caso de llegar un productor de baterías para vehículos eléctricos, representaría un gran avance para la electrificación de la producción española de vehículos, pues se trata de una de las grandes carencias del país.
En la mesa de la automoción en la que se están produciendo las conversaciones participan entidades públicas como el Puerto de Barcelona o el propio Consorcio de la Zona Franca de Barcelona (CZFB), así como importantes representantes de la industria catalana de la producción y distribución de vehículos y sus componentes, entre ellos Seat. Nissan es actualmente el gran ausente de la mesa, si bien la enseña japonesa está colaborando activamente, a través de su responsable Frank Torres, en busca de la mejor solución para las instalaciones que se dispone a abandonar en diciembre de 2020.
La intención de este consejo empresarial es utilizar el fondo que deje Nissan en su salida para reinvertirlo en las instalaciones y maximizar su atractivo para los inversores interesados. En concreto, pretenden que este fondo ascienda a 300 millones de euros a modo de compensación por la marcha prematura del espacio y las ayudas recibidas de la administración pública.
Está por ver si Nissan accede a desembolsar tamaña contrapartida para evitar litigios, pero la llegada de una cantidad importante parece determinante para facilitar la gran inversión que supondría convertir una factoría de automóviles en una de baterías o adaptarla para la producción de vehículos de otra marca.
Preguntadas al respecto, fuentes de Foment del Treball se pronuncian en línea con lo expresado por su presidente, Josep Sánchez Llibre, el pasado día 6. El dirigente, sin ahondar en detalles, manifestó en una rueda de prensa que están "esperanzados" con los avances de la mesa. "No puedo decir más", zanjó repreguntado sobre la cuestión.
Cabe recordar que la planta de la Zona Franca la alquila el CZFB, consorcio en el que participan al 50% el Gobierno de España y el Ayuntamiento de Barcelona. El organismo insiste en que será flexible para encontrar fórmulas que mantengan la actividad en el lugar, cuyo gran atractivo es su ubicación estratégica junto al puerto y el aeropuerto.
La producción de baterías es la gran asignatura pendiente del automóvil español
La creación en Barcelona de una gran factoría de baterías sería un gran avance para la industria española de la automoción, que está perdiendo la carrera por el coche eléctrico frente a sus rivales europeos precisamente por la carencia de fábricas de baterías que abaraten su producción.
Así lo acredita el último informe de la organización Transport & Environtment sobre inversiones para la electrificación del automóvil. El documento cifra en 60.000 millones el volumen total de la inversión en Europa de los fabricantes para la producción de eléctricos en 2019. Del total invertido, Alemania aglutinó el 67% y España solo el 0,5%.
Montcada i Reixac
Por otra parte, el grupo de trabajo impulsado por Foment del Treball persigue también una solución para la planta de carrocerías de Nissan en la localidad catalana de Montcada i Reixac, de la que también se va a marchar la compañía nipona. Al respecto, las mismas fuentes consultadas por este periódico agregan que se ha interesado por estas instalaciones un fabricante de cabinas metálicas que trabaja para diversos sectores, entre ellos el naval.
Nissan comunicó a finales del mes de mayo el cierre de sus instalaciones en Barcelona, si bien planteó posteriormente mantener su centro técnico de la Zona Franca, en el que trabajan alrededor de 300 personas. Sobre el mismo, las fuentes consultadas por este diario trasladan que la intención de la mesa de negociación de Foment del Treball es incrementar de forma significativa el número de empleados que continúen trabajando en Barcelona, hasta acercarla a los 1.000.
La dirección de Nissan Motor Ibérica descartó la semana pasada la petición sindical de suspender o retirar el ERE que registró a finales de junio y que afecta a 2.525 de sus cerca de 3.000 trabajadores. En consecuencia, las organizaciones sindicales, que mantienen esta exigencia, no acudieron a la primera reunión oficial.