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Ocho años para conseguir una plaza: ¿Cuáles son las oposiciones más difíciles?

  • El 28% de los estudiantes de bachillerato prefiere preparar una oposición a emprender
  • Las profesiones relacionadas con el derecho exigen estudiar una media de 300 temas
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Un estudio realizado por la consultora Círculo Formación asegura que el 28% de los estudiantes de bachillerato prefiere preparar una oposición, frente al 25% que optaría por emprender. Por otra parte, esta cifra es del 21% en el caso de los universitarios recién graduados, según el informe de la Feria de estudios de Postgrado FIEP 2020.

Es cierto que este año se ha publicado la mayor oferta de empleo público de la historia. Este año hay más de 260.000 plazas ofertadas y es posible que esta cifra se incremente a finales de año. La última publicada por el Gobierno consta de 44.787 nuevos puestos que se dividen en 34.151 plazas ordinarias, a las que se le añaden 10.637 plazas del plan de estabilización de empleo temporal.

Por otro lado, dentro de la oferta de empleo ordinaria, 15.800 plazas serán de acceso libre y 9.591 estarán dedicadas a promoción interna y el objetivo del Gobierno es que estén aprobadas antes de que finalice el año. Por tanto, y con estos datos presentes, es un buen momento para opositar. Irene Chía, CEO de 'CazaTuPlaza', el Software Como Servicio (SaaS) especializado en formación de oposiciones, asegura que este año es insólito ya que "la última publicación de plazas para la Administración es de 20.000 y lo normal eran 2.000 o 3.000 plazas".

Hay que tener en cuenta que estudiar una oposición es un proceso largo: "la media está en seis años, pero esto depende de la oposición y de las circunstancias de cada opositor", asevera Chía. Como ejemplo "una oposición de policía está en tres años de media, mientras que la de justicia son seis años o más y las de sanidad están por encima de los ocho años".

Teniendo todo esto en cuenta, aquí contamos cuáles son las oposiciones más difíciles en función de la carga del temario y el tipo de exámenes, número de plazas, número de convocatorias, exigencia de los tribunales, titulación de acceso o grupo funcionarial (en su mayoría son todas A1).

Abogacía del Estado

Las personas que tengan un título de Derecho y decidan apostar por ser abogados del Estado, deberán trabajarse 465 temas. Tras eso, el día de la prueba deberán hacer cinco ejercicios: el primero es oral y deberán explicar al jurado ocho temas extraídos al azar en 65 minutos. El segundo es otra exposición oral de un tema, también elegido al azar, y en el que entran temas diferentes a los del primer examen. El tercer ejercicio es una prueba de idiomas que se divide en dos partes, la primera es obligatoria y la segunda voluntaria. Finalmente, la cuarta y quinta prueba son resoluciones de casos prácticos, con una duración máxima de 10 horas.

Notaría

Los notarios tienen fama de tener un buen salario, pero se habla muy poco del proceso que hay que hacer para llegar a ese punto. Las oposiciones para obtener el título en Notaría exigen haber cursado los estudios de Derecho. Tras eso, los aspirantes a notario tienen que estudiarse 370 temas para, posteriormente, pasar un proceso de selección de cuatro pruebas.

Los dos primeros exámenes son orales. Los aspirantes se preparan la materia y deben exponer un tema extraído al azar por el tribunal. El tercer examen consta de un caso práctico que puede duras seis horas y, finalmente, en la cuarta prueba deben redactar una escritura pública y resolver un problema de contabilidad de matemáticas financieras.

Registrador de la propiedad

Esta es otra de las oposiciones más difíciles. A día de hoy es muy difícil determinar cuántos temas hay que estudiar para optar a una plaza, pero los diferentes expertos apuntan a que están en torno a unos 350 temas.

Como sucede con la abogacía del Estado, la persona que aspire a una plaza en esta área deberá pasar cinco pruebas, comenzando por una exposición oral en la que deberá hablar de cinco temas elegidos al azar. El segundo ejercicio también es de carácter oral con temas diferentes al del primero.

Pero la dificultad que entraña esta oposición es que, a diferencia de las otras, pasada la primera hora el tribunal puede interrumpir al candidato y excluirle del proceso de selección por considerar que le falta preparación.

En el caso de que se pasen las dos primeras pruebas, el candidato deberá enfrentarse a un tercer ejercicio en el que tendrá que calificar un documento y redactar un informe en seis horas, como máximo. Finalmente, el cuarto examen también es de carácter práctico y tiene que ver con liquidaciones de impuestos, registro, inscripciones...

Judicatura y Fiscalía

De nuevo el mundo del derecho se cuela en el palmarés. En este caso, el número de temas que hay que estudiar para entrar en el Ministerio Público y la Judicatura son 328 y, el día de autos, las personas deberán hacer primero un examen tipo test de 100 preguntas, pero no es suficiente con aprobar el examen. Estas oposiciones son las más competitivas de todas, ya que hay que estar entre los 1.300 primero candidatos con más nota para pasar. Si eso sucede, la siguiente prueba son dos exámenes orales de una hora cada uno.

En una de las pruebas se tratan materias de Derecho Constitucional, Civil y Penal, y la segunda versa sobre Derecho Procesal Civil, Procesal Penal, Mercantil, Administrativo y Laboral.

Cuerpo diplomático

Estas oposiciones entran dentro de la tabla porque son muy poco conocidas, salen muy pocas plazas y la exigencia del tribunal evaluador es extrema. Hay que tener en cuenta que el nivel es tan alto porque la persona que consiga plaza representará al Estado, por tanto, el puesto exige una gran responsabilidad.

Según aparece publicado en la resolución del Ministerio de Exteriores, el proceso de selección de la diplomacia tiene dos fases: en la primera se evalúa la cultura general de los candidatos a través de ejercicios escritos y orales, según el temario de la oposición. A esto se añaden pruebas de idiomas, comentarios de texto, una entrevista personal y un examen de temario.

En la segunda fase, ya se accede a un curso selectivo para funcionarios en prácticas que no garantiza la plaza, ya que este proceso es, también, eliminatorio.

Tras estas cinco, estarían las oposiciones para Inspección de Hacienda, Inspección de Trabajo y Seguridad Social, Intervención y Auditoría del Estado, Educación o Sanidad. Además, el que una persona haya sacado un 10 en un examen no implica que consiga su plaza a la primera, "porque los méritos hacen media con la nota, si no tienes puntos por años trabajados, cursos, carreras, podrás no conseguir plaza",  recuerda Irene Chía.

Por tanto, lo más importante a la hora de enfrentarse a una oposición es tener claro que hay que emplear mucho tiempo y esfuerzo y que los resultados no son siempre una plaza fija a la primera, sino que hay que repetir las pruebas para poder conseguir un puesto en la función pública.

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