
La amenaza de una posible salida de Francia de la Unión Europea, la crisis griega que nunca acaba y el auge del antieuropeísmo en Italia son algunos de los desafíos a los que se puede enfrentar el euro en el futuro. Pero los refugios habituales de los inversores, como los bonos alemanes o el franco suizo, ya son demasiado caros, por lo que se plantean otras posibilidades:
1. Comprar bonos vinculados a la inflación francesa
La posibilidad de que una victoria de Marine Le Pen en Francia conllevara una futura salida de la Unión Europea y de la moneda única puede ser buena si se sabe dónde apostar. Ante esa situación, la nueva moneda francesa probablemente acudiría a una devaluación, lo que impulsaría los precios al consumo y de esa forma los bonos ligados a la inflación del país.
2. Comprobar los CAC y los CDS
Los estrategas de ABN AMRO dijeron que los bonos con cláusulas de acción colectiva, conocidos como CACs, que requieren una super mayoría de inversores para aprobar cualquier cambio en la deuda, están bajo demanda. Llevan superando a otro tipo de bonos desde el pasado otoño, dijo la estratega senior de tarifas Kim Liu.
Por otra parte, el mercado de permutas de incumplimiento crediticio (CDS según sus inglas en inglés) han presentado rendimiento de precios similares. Se trata de seguros que adquieren los inversores por si un país incumple su deuda.
3. Jugar con el calendario de las elecciones en Francia
Una buena estrategia sería vender opciones put (con la deuda francesa como subyacente) que venzan poco antes de que se celebren las elecciones, es decir, a finales de marzo o principios de abril, y comprar a la vez opciones put que venzan en mayo o junio, cuando hayan pasado las elecciones galas.
La compra de una opción put otorga al comprador el derecho a vender el activo subyacente (en este caso la deuda soberana de Francia) al precio de ejercicio (precio fijado entre vendedor y comprador) en la fecha de vencimiento o antes de ella a cambio de una prima. Agbo Bloua, de Societe Generale, explica que "los clientes están haciendo esta operación con la deuda francesa y el euro".
4. Comprar coronas danesas
Otros comerciantes de divisas se están refugiando en lugares menos tradicionales, como Dinamarca, uno de los países con una calificación crediticia de 'AAA' y con un gran excedente en su balanza de pagos. El intervencionismo del banco central danés en el valor de la moneda en su paridad con el euro ha crecido desde el referéndum que dio el visto bueno al Brexit.
5. Comprar acciones bancarias a largo plazo
La compraventa de acciones de bancos han sido el instrumento de muchos inversores en capitales para expresar su concepción macroeconómica sobre el mercado global, ya que las entidades bancarias europeas están muy ligadas a los ciclos económicos.
Tanto en la votación del Brexit como en el referéndum italiano que a la postre costó el puesto al entonces primer ministro Matteo Renzi, las acciones bancarias fueron las más negociadas y volátiles.
Con los mercados mundiales superando máximos y las mediciones de volatilidad cercanas a sus mínimos, las opciones tienen un precio inferior. Para los inversores que buscan protegerse contra los riesgos de una ruptura, la compra de acciones a largo plazo en el sector bancario de la eurozona podría proveerles dicha protección.