La popularidad de Amazon en Reino Unido se queda pequeña en comparación con EEUU. El país tiene condiciones especiales para que el gigante de Internet campe a sus anchas. Los más perjudicados están siendo los grupos de alimentación que están inmersos en una lucha de precios para ganar terreno en el comercio electrónico. l Amazon, Lidl y Aldi se cobrarán las próximas víctimas del apocalipsis en EEUU: los supermercados
En 2017, más de 5.000 tiendas cerraron en EEUU por la crisis del comercio minorista. Las grandes cadenas ya han anunciado nuevos ajustes que afectarán a más de mil establecimientos para este año. Si la situación es dramática en EEUU puede ser aún peor en Reino Unido, golpeando directamente a supermercados.
El término de apocalipsis del retail ha sido acuñado por los medios estadounidenses para describir el cierre masivo de centros comerciales y tiendas al por menor. Está afectando al sector de la distribución y está dando igual que tipo de productos vendan (alimentos, textil, electrónico, complementos…).
Mientras la economía se recupera y el consumo repunta, el comercio minorista solo ve como se reducen sus ventas. El auge del comercio electrónico, el cambio de hábito de los consumidores, la burbuja de centros comerciales, elevados alquileres y el efecto Amazon en los precios está arrasando con el gran comercio tradicional.
Los expertos señalan que tarde o temprano el fenómeno se sentirá con intensidad en Europa. La peor parte se la llevará Reino Unido.
Reino Unido sufrirá más que nadie
La tasa de penetración del comercio electrónico en el país es muy superior a su entrono comparable. El porcentaje de ventas online asciende al 18% frente al 12% de EEUU o el 8% de Francia.

En esta elevada tasa, Amazon tiene mucho decir. El gigante de Internet tiene una cuota de mercado de casi un 30%. Prácticamente, cinco veces más que el máximo competidor local. Sainsbury y Tesco tienen cada uno cuota del 6,5%.

A la caída de ventas que están presentando los principales grupos británicos de distribución, hay que añadir la guerra de precios que tienen con supers extranjeros que han entrado con fuerza en Reino Unido con precios a la baja como Lidl o Aldi.
El contexto del Brexit
Y todo ello agravado por las consecuencias del Brexit. Las compañías ha visto como se les han disparados los costes por el hundimiento de la libra que les han obligados trasladar las subida de precios al consumidor.
Ya hay señales serias de la profundidad que puede tener a corto plazo la crisis. Las Navidades tuvieron un efecto devastador para las expectativas del sector, empezando por el textil. Mothercare encajó un profit warning en enero. Marks & Spencer han anunciado cierre de tiendas. Y Tesco tiene previsto realizar miles de despidos.
Sólo acaba de empezar
"Las consecuencias que estamos observando ahora son solo el comienzo", ha dicho Richard Hyman, analista de retail a Bloomberg, y advierte de que el caos en Reino Unido va a ser mucho más impresionante. Los argumentos que utiliza para tan oscuro vaticinio son simples. A la predisposición de los consumidores de utilizar Amazon, se une que la alta densidad de población, la expansión de Internet y las buenas infraestructuras favorecen el aumento del comercio electrónico.

Pero hay más, compañías como Amazon cuenta con ventaja en el trato fiscal al no disponer de tiendas físicas. La presión tributaria sobre los establecimientos es de las más elevadas de Europa y discutiblemente diseñada. La aplican los ayuntamientos sobre valor catastral de la superficie. Con el aumento de precios inmobiliarios, el año pasado estos tipos de ingresos creció a 30.000 millones de libras. Un coste de los propietarios que quedan repercutidos al inquilino.
Ventajas fiscales
Helen Dickinson, máxima ejecutiva de la patronal British Retail Consortium, lamenta la perdida de competitividad que supone para los grupos tradicionales de distribución. "Entendimos mal ese balance y ahora Amazon disfruta aquí de ventajas impositivas que simplemente tiene por no tener tiendas", explica. Y compara con otros sistemas impositivos donde Amazon paga por los ingresos que genera.
Si el sector en EEUU más perjudicado es el textil, en Reino Unido está siendo los supermercados e hipermercados. Las tiendas de alimentos más grandes del Reino Unido pierden dinero en sus operaciones online, de acuerdo con estimaciones de Credit Suisse.
La fuerte competencia por el comercio electrónico y la necesidad de frenar a Amazon ha provocado que el servicio a domicilio sea gratis. "Han intentado crecer a toda costa", indica Charles Allen, analista de Bloomberg Intelligence. El experto señala que es difícil de entender porque pensaron que esta guerra contra Amazon en coste de las entregas es sensata.

Todavía están yendo a más instaurando un modelo a mitad de camino en la que aplican descuentos si los clientes recogen la compra en puntos de entrega. Walmart ha comenzado a instalar sitios de entrega en sus tiendas Asda en el Reino Unido, como los que existen en EEUU, donde ofrece rebajas por utilizar este tipo de servicio. Sin embargo, los consumidores británicos están más acostumbrados a la comodidad del servicio a domicilio.