Día del agua

El valor del agua, un recurso finito e insustituible

  • Hay 2 200 millones de personas en el mundo sin acceso a agua potable
  • Solo el 2,5% de este recurso en el planeta se considera dulce

Es conocido como el oro azul debido a que es esencial para la supervivencia y es escasa, dos elementos que convierten al agua en un bien muy preciado. De hecho, una persona podría sobrevivir en torno a un mes sin ingerir ningún tipo de alimento, pero solo aguantaría siete días sin agua.

A este respecto, la pandemia ha puesto de manifiesto, más si cabe, la importancia del agua para la salud de las personas, ya que el lavado de manos está siendo una de las prácticas más efectivas para frenar la expansión de la Covid-19. Ahora bien, solo tres de cada cinco personas en todo el mundo tienen instalaciones básicas para lavarse las manos, según los últimos datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.

El ejemplo más dramático es el de África subsahariana, donde el 63% de las personas en áreas urbanas, o 258 millones de personas, no tienen acceso al lavado de manos. En este sentido, Naciones Unidas estima que hay 2 200 millones de personas en el mundo que viven sin acceso a agua potable. Por ello, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en la Agenda 2030 (el número 6) es, precisamente, garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todas las personas.

Este es uno de los muchos valores del agua, el que tiene para la salud, pero no el único. Como indican desde Naciones Unidas, "el valor del agua es mucho más que su precio: el agua tiene un valor enorme y complejo para nuestros hogares, la cultura, la salud, la educación, la economía y la integridad de nuestro entorno natural. Si pasamos por alto alguno de estos valores, corremos el riesgo de gestionar mal este recurso finito e insustituible". No en vano, en la actualidad, este recurso está muy amenazado por el crecimiento de la población, las crecientes demandas de la agricultura y la industria, y el empeoramiento de los impactos del cambio climático.

Por ello, Naciones Unidas lanzó la campaña #Water2me en redes sociales con el objetivo de generar conversación y recopilar comentarios de diferentes personas en el mundo sobre el significado y valor del agua para cada uno de ellos, ya sea económica, social, culturalmente o de otras formas y qué papel juega en sus vidas. Por ejemplo, en los hogares, escuelas y lugares de trabajo, el agua puede significar salud, higiene, dignidad y productividad. En los lugares culturales o religiosos, el agua puede evocar conexión con la creación o comunidad, mientras que en los espacios naturales el agua puede ser significado de paz, armonía y conservación. Los resultados de esta campaña digital están ayudando a dar forma al Día Mundial del Agua de 2021, que se celebra este 22 de marzo.

¿Diamantes o agua?

Desde un punto de vista económico, el precio de un bien no es siempre el mismo, depende de ciertas circunstancias y del valor que le den los individuos. Es aquí donde entra en juego la paradoja del valor. En su libro, La riqueza de las naciones (1776), Adam Smith, ya exponía que la palabra valor algunas veces expresa la utilidad de algún objeto particular y otras el poder de comprar otros bienes que la posesión de ese objeto transmite. Uno puede llamarse valor de uso; el otro, valor de cambio. "Las cosas que tienen el mayor valor de uso tienen con frecuencia poco o ningún valor de cambio; por el contrario, las que tienen el mayor valor de cambio tienen frecuentemente poco o ningún valor de uso. Nada es más útil que el agua: pero apenas se compra nada, apenas se puede tener nada a cambio. Un diamante, por el contrario, apenas tiene valor de uso, pero con frecuencia se puede obtener una gran cantidad de otros bienes a cambio de él".

En otras palabras, pese a que el agua es esencial para la vida de todos los seres vivos, su abundancia y disponibilidad hacen que económicamente sea mucho más barata de adquirir que un diamante, cuya utilidad es escasa. Ahora bien, imaginemos una situación ficticia en al que una persona lleva tres horas vagando por el desierto y está sedienta. En esa travesía se encuentra con una tienda que ofrece diamantes a, por ejemplo, 1 euro, y botellas de agua a 100 euros cada una. Lo más seguro es que a pesar de que la persona del ejemplo crea que el precio de los diamantes es una ganga, terminará comprando la botella de agua, ya que ésta cubrirá una necesidad básica que no se satisfaría con 100 diamantes. Y el agua comienza a escasear.

Para 2040, se proyecta que la demanda mundial de agua se incremente más del 50%. Desde la Fundación Aquae recuerdan que este preciado bien es altamente escaso y, cada día que pasa, nos vamos acercando de manera progresiva a la temida escasez de agua. Se calcula que el 97% del agua del planeta es salada y solo el 2,5% se considera dulce. "El agua dulce se distribuye en un 70% en agua congelada en glaciares y un 30% en la humedad del suelo o acuíferos. Respecto al resto, un 1% se encuentra en cuencas hidrográficas y tan solo un 0,025% es potable. Por tanto, solo el 0,007% del agua existente en la Tierra es potable, y esa cantidad se reduce año tras año debido a la contaminación", apuntan desde la Fundación Aquae.

Solo el 0,007% del agua existente en la Tierra es potable, y esa cantidad se reduce año tras año debido a la contaminación

Por ello, son tan necesarias iniciativas como Softys Water Challenge, un concurso que busca financiar proyectos que doten de acceso al agua a comunidades vulnerables de América Latina. El primer premio en 2020 fue para Isla Urbana, una solución proveniente de México, que diseña e instala sistemas de captación de agua de lluvia en los techos de las casas, brindando una fuente alternativa de agua potable en comunidades vulnerables de forma eficiente y sostenible.

En esta misma línea, enmarcado en el programa europeo LIFE, destaca el proyecto LIFE Phoenix, que abordará la problemática de la reutilización de aguas residuales a nivel europeo hasta 2024 para convertir las aguas residuales en un elemento de alto valor para su reutilización en el riego agrícola de forma segura y eficiente (este sector es el mayor consumidor de agua potable de la Unión Europea). Además, busca dar solución a la creciente amenaza que suponen los contaminantes emergentes y microplásticos, que causan problemas en los actuales sistemas de depuración, ya que son difícilmente eliminables.

Por otro lado, algunos inventos novedosos que ya están en uso para conseguir que este recurso sea accesible para toda la población son, por ejemplo, los dispositivos Lifestraw y Solvatten. El primero de ellos es un tubo de plástico que se usa como una pajita y que está dotado con un sistema de filtración del agua que es capaz de eliminar protozoos y bacterias. Un producto destinado, sobre todo, a países en desarrollo y a poblaciones afectadas por crisis humanitarias. Por su parte, Solvatten es un invento con apariencia similar a un bidón corriente y que sirve para disponer de agua limpia y caliente gracias a la energía solar.

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