Cataluña

La Cámara de Barcelona aboga por un salario mínimo catalán de 1.000 o 1.100 euros

  • Defiende un aumento progresivo hasta los 1.200 o 1.400 euros en 2030
  • Propone modulaciones por edad, territorio y sector para evitar perjuicios
  • Ve "contraproducente" el SMI de 1.239 euros que propone la Generalitat
Joan Canadell y Joan Ramon Rovira en la Cámara de Comercio de Barcelona. EE

La Cámara de Comercio de Barcelona aboga por un salario mínimo interprofesional (SMI) en Cataluña de entre 1.000 y 1.100 euros mensuales este año, y una evolución progresiva hasta entre 1.200 y 1.400 euros en 2030, como vía para mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores sin afectar a la economía.

La entidad ha realizado un estudio monográfico en el que anima a la Generalitat –que no tiene competencias en este ámbito- a influir a nivel estatal para conseguir un SMI diferente entre autonomías, debido a sus diferentes costes de vida y estructuras productivas.

En el caso de su propuesta para Cataluña, contempla excepciones para menores de 25 años -para no desincentivar su contratación- y medidas fiscales compensatorias para que las empresas puedan asumir mejor el incremento de salarios. También prevé diferencias entre territorios –como el Área Metropolitana de Barcelona y el resto de la autonomía- y sectores productivos.

Asimismo, la Cámara defiende una actualización periódica del SMI teniendo en cuenta el impacto en la ocupación en años sucesivos y la evolución de los precios y la productividad, lo que, según sus estimaciones, puede situar el SMI catalán entre 1.200 y 1.400 euros en 2030, según un escenario más o menos optimista.

Teniendo en cuenta estos cálculos e indicadores, el responsable del servicio de estudios de la Cámara, Joan Ramon Rovira, cree que la propuesta de la Generalitat de un salario mínimo de referencia catalán de 1.239 euros en 2020 es inadecuada: "El riesgo de que los costes superen los beneficios es demasiado elevado".

En este sentido, considera que es "contraproducente" que el Gobierno catalán o cualquier otra administración tome como referencia para el SMI el 60% del salario medio, que está influido por los niveles salariales extremos, sino que la referencia debería ser el salario mediano. En el caso de Cataluña, tomar como referencia uno u otro indicador supone una diferencia de unos 200 euros.

Desaceleración del PIB

La cámara de Barcelona tampoco coincide con la Generalitat en las previsiones macroeconómicas, y es más pesimista que el Govern respecto a la evolución del PIB catalán.

Mientras la administración catalana espera un avance de la economía catalana este año del 1,9%, frente al 2,2% estimado de cierre de 2019 -a la espera de actualizar los cálculos esta primavera-, la Cámara de Barcelona sitúa el cierre de 2019 en el 2%, y las expectativas para 2020 en el 1,7%.

La entidad, que de momento no calibra los efectos del coronavirus, prevé este año un menor dinamismo del consumo privado y de la inversión, mientras que las exportaciones acelerarán si se recupera el comercio mundial.

Para la industria, considera que registrará un crecimiento "débil" pero más positivo que en 2019, mientras que la construcción y los servicios desacelerarán su crecimiento.

Ley de cámaras

Una de las consecuencias del anuncio del presidente de la Generalitat, Quim Torra, de convocar elecciones anticipadas una vez se aprueben los Presupuestos catalanes de 2020, es que se paralizará la reforma de la Ley de cámaras de comercio de Cataluña, pendiente desde hace años, pero el presidente de la de Barcelona, Joan Canadell, afirma que seguirán trabajando en el futuro texto: "No la podemos frenar más allá de lo que administrativamente sea necesario por el cambio de legislatura".

"A nivel conceptual continuaremos debatiendo con los partidos que tienen más opciones de ganar las elecciones; seguiremos trabajando", ha sostenido.

Respecto a la voluntad de la Cámara de Barcelona de ser la vía de relación entre las administraciones públicas y las empresas, lo que las patronales ven como una invasión a su papel, Canadell ha argumentado: "No queremos representación como actor social, no queremos ocupar un espacio de las patronales, pero sí poner en valor lo que recoge la ley española de cámaras de 2014, mientras que la ley catalana es de 2002".

Ha explicado que ha hablado por teléfono con Foment del Treball y con Pimec –que preparan un contrainforme al de la Cámara de propuestas de reforma de la Ley de cámaras para la Generalitat-, pero que no ha detectado "predisposición" a un acercamiento.

En cualquier caso, cuando la Conselleria responda a sus propuestas y avance la tramitación de la reforma de la ley, Canadell está abierto a una reunión: "Es un primer borrador y seguro que no es el definitivo. Veremos cómo evoluciona y entonces propondremos hablar. Nosotros estamos siempre dispuestos".

"La única entidad que aglutina a todo el sector empresarial son las cámaras, porque representan a todas las empresas de su territorio, pero no queremos poner en entredicho el papel de las patronales", ha remachado.

Ha puesto como ejemplo el fomento de la internacionalización: "Estamos las cámaras, Acció, y otras muchas entidades; cuantos más actores haya que ayuden a las empresas mejor, aunque sí que es necesaria una coordinación".

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