
Acaban de anunciar el inminente desembarco en Portugal y Francia. ¿Cuál es el objetivo?
Forma parte de nuestro Plan Estratégico de Internacionalización y va a suponer la creación de una sociedad en Portugal para vender producciones locales a las cadenas de distribución con las que ya trabajamos. Eso permitirá también un crecimiento de nuestras producciones en España, sobre todo de Castilla y León, porque tenemos un crecimiento sustancial en el país vecino, con una importante presencia en importantes cadenas. En Francia queremos tener un punto para la exportación desde ese país a los mercados internacionales. Será a través de una sociedad mixta con otra compañía francesa que es líder en ese país y tiene gran presencia en Europa. Esa unión de fuerzas nos va a servir para tener más capacidad a la hora de exportar aprovechando la ventana que nos dan las producciones de Murcia y Andalucía cuando no las hay en Europa. Va a suponer una gran proyección internacional que nos va a permitir llegar a clientes europeos y asiáticos.
En 2020 crecieron en facturación un 17%, hasta los 104 millones. ¿Cómo está yendo este ejercicio?
En 2020 batimos todas las cifras porque la pandemia disparó el consumo de patata fresca en el hogar. Este año no llegaremos a esas cifras pero sí tendremos un gran crecimiento respecto a 2019, que para nosotros era nuestro año récord. Estamos mejorando en eficiencia y eso nos da mejores resultados económicos y también la posibilidad de ganar clientes. Estamos aumentando mucha cuota con las cadenas de distribución que nos está valorando aún más frente a nuestra competencia ya que nos concentramos en lograr la máxima calidad en la compra de materia prima.
Patatas Meléndez selecciona patata con origen en España durante todo el año. ¿Cómo está respondiendo el consumidor?
Muy bien porque uno de los cambios de hábito que hemos tenido a causa de la pandemia es que un mayor interés por las producciones locales. Eso implica comprar más materia prima a los agricultores españoles, que son la base de nuestro negocio y con los que estamos muy arraigados, pero además conservarla para tener una buena exportación. La patata de España tiene una calidad culinaria excepcional, que no tienen los países del norte de Europa. Desde nuestra red comercial se está dando a conocer fuera nuestro producto, que está siendo muy atractivo en Suiza, Bélgica, Holanda o los países del Este.
¿Ustedes tienen un Plan Agrario con los productores?
Nuestro Plan Agrario va en un doble sentido. Que el agricultor tenga un margen de beneficio que haga que sus producciones sean sostenibles. De hecho, vamos a hacer una certificación que avale que tienen un margen superior al de otros cultivos para atraer a esos productores que tienen un importante expertise y que reserven sus mejores campos para patatas porque vamos a un modelo de calidad total, que es lo que nos están pidiendo nuestros clientes. Hemos implementado también en el Plan el tema de la sostenibilidad medioambiental con cultivos mucho más respetuosos.
Han rechazado la entrada de fondos de capital riesgo, ¿por qué?
Tenemos un sector muy cualificado, con mucho talento y profesionalizado. Par nosotros el medio rural es estratégico y queremos seguir manteniendo ese compromiso con el territorio. Sobre todo, es un compromiso personal para ayudar al sector productor y que éste nos reconozca como motor de la economía en el sector agrario.
Han presentado novedades en Fruit Attraction. ¿Cuáles destacaría?
Los platos preparados, un proyecto con el que queremos dar un producto ya transformado. Hemos creado la marca The Melfarm, de productos vegetales -judía, zanahoria o brócoli- con patatas. Es el germen de nuestro gran proyecto para 2023 de platos preparados en los que estamos trabajando,siempre con base de patata ya que no hay nada en España. Otra de las novedades es el packaging de papel o incluso de bambú porque el tema de la sostenibilidad es una de nuestras principales apuestas. Estamos presentándolo a nuestros distribuidores. Otra línea es la diversificación. Hemos presentado la jícama, un tubérculo mexicano con sabor a frutas como manzana o pera y que se presenta en varios formatos, como tortillas, chips o snacks. Estamos haciendo las primeras producciones en el sur de España para no tener que importar producto y dar valor añadido a los agricultores y facilitarles la rotación de cultivo.
Abordan un importante proceso de digitalización. ¿Cuál es el objetivo?
Vamos a digitalizar toda la parte agro para tener todos los datos posibles sobre dónde plantamos, con qué agricultores trabajamos, variedades... Un sistema que nos va a dar una data que vamos a llevar a la nueva fábrica, que va a ser la mejor a nivel mundial. Toda esa información nos va a servir, gracias al blockchain, a que toda la trazabilidad que hemos conseguido en el campo llegue al consumidor. Incluso vamos a conocer quién está detrás de la producción, qué agricultor, su expertise. Detrás de cada producto hay una historia y quiero trasladar qué están haciendo las personas que están en el campo.
¿Qué aporta una compañía agroalimentaria como Patatas Meléndez contra la despoblación?
En nuestra planta de Medina del Campo trabajan 500 personas, mantenemos contacto con agricultores que labran 4.000 hectáreas y damos trabajo indirecto a unas 12.000 personas. En el medio rural, si no hay un proyecto tractor que genere empleo, que haga sostenibles las producciones, la gente termina emigrando. Nosotros estamos intentando retener todo ese talento dignificando su trabajo.
¿Se mantienen las fechas para abrir la nueva planta?
Sí, en el último trimestre de 2022. Construimos esta planta para dignificar el producto porque a la patata siempre se la ha tratado como la pobre de la cocina. La filosofía es que la patata se trate como una fruta, como el producto más delicado que pueda existir en la alimentación y para ello hemos diseñado un modelo en el que toda la línea ira transportada por agua, seleccionaremos con visión óptica para ver si hay defectos. La visión artificial nos permitirá casi la perfección.